Este domingo 8 de marzo se conmemora un nuevo Día Internacional de la Mujer y, pese a que existen avances en algunas materias, en el ámbito económico aún hay brechas de género que persisten. En Chile, según las proyecciones de población hechas a partir del Censo 2017, hay 9.859.209 mujeres, cifra que supera en 260.108 personas a los hombres. Y aunque ellas representan más del 50% de la población (50,7%), lo cierto es que participan menos del mercado laboral, obtienen menos ingresos y tienen menor autonomía económica.
De acuerdo con la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) 2018, elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), ese año las mujeres percibieron, en promedio, $474.911 mensuales, mientras que los hombres obtuvieron $652.397 al mes; es decir, ellas ganan 27,2% menos que ellos. Lo anterior equivale a que las mujeres en 2018 recibieron al mes $177.486 menos que los hombres. La brecha disminuyó respecto a 2017, cuando dicha cifra fue de -29,3 puntos porcentuales (pp.) en los ingresos.
No importa la edad que tengan las mujeres o qué nivel de estudios lograron alcanzar, pues la distancia en los montos obtenidos se da casi en todos los grupos de edades y niveles educacionales. El grupo de personas de 30 a 54 años es el que en general presenta las brechas de ingresos más importantes, especialmente entre quienes tienen postgrado, ya que las mujeres con esos niveles de estudios obtuvieron, en promedio, un 32,3% menos en ingresos que los hombres en igual condición.
Esta brecha en los ingresos se hace más patente al constatar la autonomía económica de hombres y mujeres, es decir, la capacidad que tienen para generar ingresos y controlar sus activos y recursos. En 2018, el 40,1% de las mujeres de 15 años y más que no estudiaban no tuvo ingresos propios, ni por actividades remuneradas en el mercado laboral, ni por rentas a la propiedad, seguro de cesantía o jubilaciones. En otras palabras, son mujeres dependientes económicamente de otras mujeres o bien, de los hombres, lo que podría limitar su libertad. En los hombres, en cambio, solo 15,0% no tuvo ingresos propios.
Razones que las alejan del trabajo
Según la Encuesta Nacional de Empleo del INE, en el último trimestre de 2019 se estimaron 5.738.100 personas fuera de la fuerza de trabajo; esto es, que no están clasificadas ni como ocupadas (con trabajo) ni como desocupadas (sin trabajo, pero en la búsqueda y con disponibilidad para comenzar uno). De esas personas, 3.745.455 fueron mujeres (65,3%) y 1.992.647 fueron hombres (34,7%).
Una de las razones que explican por qué hay muchas más mujeres que hombres que no trabajan es la necesidad de cuidar familiares. De hecho, la mayor parte de las mujeres fuera de la fuerza de trabajo, esto es 1.300.669 personas (34,7%), señaló que no trabaja debido a razones familiares permanentes, es decir, no ingresan en el mercado laboral pues deben cuidar a hijos, hijas u otros familiares. En cambio, solo 2,3% de los hombres (45.527 personas) entregó esta razón para no trabajar.
De esas 1.300.669 mujeres, un 53,1% tenía estudios hasta el nivel secundario y un 27,7% solo hasta el nivel primario. Además, un 10,2% de esas mujeres tenía educación universitaria, incluyendo postítulos, maestrías y doctorados.
Sin embargo, en los últimos años más mujeres se han incorporado a la fuerza de trabajo. En el último trimestre de 2010, la participación de las mujeres en el mercado laboral era de solo 48,1% y en el mismo trimestre de 2019, la cifra ascendió a 52,7%.
Diferencias en la ocupación
Las brechas de género se dan también con fuerza en las distintas categorías de ocupación, lo que da cuenta del tipo de trabajo al que ellas pueden optar. Así, del total de personas que en el último trimestre de 2019 trabajaron como empleadores en el país (383.626), solo 101.463,7 fueron mujeres (26,4%). Por el contrario, de las 292.446 personas que se ocuparon en el servicio doméstico ese mismo año, 303.338 fueron mujeres, es decir, el 97,5%. A su vez, entre quienes fueron clasificados por la encuesta como familiares o personal no remunerado (79.454), 44.565, es decir, 56,1%, fueron mujeres.