Ya no sorprenden sus arrebatos, y no por eso causan menos daño. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes la suspensión del financiamiento de su país a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por el mal manejo que, según su criterio, la entidad ha tenido respecto del COVID-19.
“Instruyo a mi gobierno a detener la financiación mientras se realiza una investigación sobre el papel de la OMS en la mala gestión y el encubrimiento de la expansión del coronavirus”, declaró Trump, agregando que “la OMS falló en su principal deber y debe rendir cuentas”.
En concreto, el mandatario norteamericano priva a la OMS de aproximadamente 400 millones de dólares, la mayor contribución que un país aporta a la entidad.
Evidentemente, la ausencia de esa suma de dinero se notará en cualquier circunstancia, pero más aun en el actual contexto, en que la pandemia del coronavirus afecta a la mayoría de los países del orbe, alcanzando a más de dos millones de personas.
Pero no, el inquilino de la Casa Blanca no logra o no quiere verlo así. Ya cuando se registraron los primeros contagiados en Estados Unidos, Trump desafió abiertamente las recomendaciones de la OMS. El 27 de febrero, el jefe de Estado afirmó que en su país era muy poco probable la expansión del virus y que su gobierno tenía todo bajo control.
Hoy las cifras muestran que Estados Unidos alberga el mayor número de contagiados por coronavirus. Trump erró.
Y para muchos analistas, la congelación de fondos a la OMS es un error aun peor, tomando en cuenta, además, que la motivación del mandatario norteamericano es la supuesta complicidad entre la entidad en cuestión con China, principal amenaza de la nación norteamericana.
¿En qué consiste el error? Lo expone Gonzalo Fanjul en el periodico español El País: “En el medio y largo plazo, el aislacionismo de Trump extiende una nueva alfombra roja a la influencia global de China. En plena recuperación de su propia crisis, la potencia asiática ha sido rápida en responder a las necesidades de regiones como África y América Latina”.
Poca visión la del mandatario, que inevitablemente afectará el estado de la salud mundial. Pues la OMS, organismo dependiente de la ONU, es la institución internacional que gestiona las políticas de prevención, vela por el acceso a medicamentos en países con dificultades para aquello, clasifica las enfermedades, y asiste a diversas naciones de bajos ingresos con vacunas, agua potable y acciones para bajar el riesgo de contagios.
“La única preocupación de la OMS es ayudar a todos los pueblos a salvar vidas y poner fin a la pandemia de COVID-19”, declaró Tedros Adhanom Ghebreyesu, director del organismo, ante el anuncio de Trump.
Y es que los entendidos, efectivamente, defienden el rol que ha tenido la OMS a lo largo de su historia, sobre todo, en situaciones sanitarias como la actual con el COVID-19.
Es el caso del epidemiólogo Gabriel Cavada, quien destacó la labor de la OMS, indicando que esta es “el órgano rector de la salud en el mundo”.
“Bien curiosa la decisión del presidente Trump. Si hay un mérito que ha tenido la OMS desde su fundación ha sido dar las directrices mundiales para tratar pandemias y todo tipo de enfermedades. Si nosotros conociéramos toda la literatura que publica y promueve la OMS, creo que la gente se daría cuenta de que estamos frente al órgano rector de la salud en el mundo”.
Además, el académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile comparó el comportamiento de Trump con la pataleta de un niño; en todo caso -advirtió- el mandatario norteamericano perderá mucho sin el apoyo de la OMS.
“La decisión del presidente Trump a mi me parece una especie de caricatura del niño que deja de amar a sus padres porque estos lo castigaron. Es una decisión completamente injustificada, muy triste además, yo creo que el presidente Trump va a perder mucho si es que la OMS no le da su apoyo intelectual y técnico”.
Y así como en el ámbito de la salud la decisión de la Casa Blanca generó críticas, en el ámbito político mundial también. Los gobiernos de China, Rusia, Francia, entre otros, rechazaron la determinación de Trump y, a la vez, se comprometieron a seguir colaborando con la Organización Mundial de la Salud.