Gasto público en salud: la falencia que pone a Chile en riesgo frente a la pandemia

Los años de desidia neoliberal, que se evidenciaron con más fuerza cuando se nos empezó a comparar con los otros países OCDE, han dado lugar a una serie de insuficiencias materiales para enfrentar la crisis sanitaria, incluso respecto a los países más golpeados por el Covid-19.

Los años de desidia neoliberal, que se evidenciaron con más fuerza cuando se nos empezó a comparar con los otros países OCDE, han dado lugar a una serie de insuficiencias materiales para enfrentar la crisis sanitaria, incluso respecto a los países más golpeados por el Covid-19.

En el año 2011, la entonces presidenta Michelle Bachelet en compañía del secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría y del ministro de Hacienda, Andrés Velasco, firmaron el convenio que incorporó a Chile como miembro número 31 de los Estados con las economías más desarrolladas del mundo. Desde entonces, los nuevos puntos de referencia para el país serían Estados Unidos, Alemania o Francia, lo cual, entre otras consecuencias imprevistas, empezó a mostrar las inconsistencias de nuestros indicadores sociales.

Los primeros sondeos que arrojó el organismo dieron cuenta de las brechas en materia de salud que presenta nuestro país, perpetuadas hasta la actualidad y que hoy ponen en duda nuestra capacidad de manejo ante la amenaza del Covid-19.

En contraste al estándar OCDE, Chile gasta aproximadamente un 8% del PIB en salud, un porcentaje levemente más bajo al 9% promedio de los países desarrollados. Pero de este porcentaje, solo un 4% aproximado se destina a la salud pública, en circunstancias que el 1% de esa cifra corresponde al aporte del 7% de los afiliados a Fonasa. Así lo explicó la ex ministra de Salud y académica de la Universidad de Chile, Dra. María Soledad Barría.

Sin título

“El Estado gasta poco, eso es clarísimo. Por ejemplo en la OCDE las estadísticas muestran que el promedio son de 3 mil dólares per cápita en salud, Nosotros gastamos 2 mil, de los cuales mil los gasta el sistema público y los otros mil el sistema privado. En los países de la OCDE, de los 3 mil que gastan en promedio, 2 mil los gastan los propios sistemas públicos, por lo que no existe esta desproporción de que gaste tanto el sistema privado como acá en Chile”.

“Nosotros no solamente invertimos poco en salud, sino que además invertimos muy poco con aportes estatales”, expresó la ex ministra.

per capita

Otra característica del sistema que han puntualizado el Colegio Médico y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, es que parte importante del gasto es financiado directamente por personas a través de su propio bolsillo, lo que equivaldría a un 37% de inversión individual frente a un 32% el presupuesto nacional.

gasto bolsillo

Una realidad que atenta principalmente contra las capas medias del sistema público, afirmó la ex ministra. Esto, considerando que las personas de menos recursos tienen relativamente cubierto el gasto, por ejemplo, en medicamentos, lo que les significa un bajo gasto de bolsillo. “El mayor gasto de bolsillo se da en las capas medias que, siendo beneficiarios del sistema público, no lo utilizan, van a médicos particulares y eso no es suplido por nadie”.

“El Estado entrega los medicamentos gratuitos en atención primaria, entonces si los beneficiarios de Fonasa van ahí no pagarán. Ahora, como el sistema está tan estrangulado desde el punto de vista financiero por lo poco que se invierte, a veces fallan los medicamentos, pero insisto, los que más gastan recursos de bolsillo son las capas medias y las capas más altas, en que el sistema de las isapres no cubre nada de medicamentos”.

El senador Guido Girardi, miembro de la Comisión de Salud de la Cámara Alta, se ha mostrado sumamente crítico en cuanto a lo que estas cifras implican para la capacidad de respuesta frente a la pandemia.

“Chile invierte 3,1% del producto como aporte fiscal, que es menos de la mitad de lo que hace cualquier país desarrollado. Por eso hoy día tenemos menos de dos camas básicas por mil habitantes cuando países como Corea del Sur tienen 12, o cuando Alemania tiene 8. Tenemos un tercio de las camas de UCI que tienen los países desarrollados por habitante y es por eso tal vez que estamos en una situación más frágil y más precaria”, aseveró el parlamentario.

camas

Una falencia que se evidencia en los datos de la OCDE en términos de recursos físicos como camas y equipamientos de salud. Así lo señaló también el Dr. Matías Libuy, del Departamento de Políticas de Salud y Estudios del Colegio Médico.

“Los hospitales públicos, a propósito de sub-financiamiento crónico que han sufrido en las últimas décadas, están totalmente sobrepasados respecto de los insumos y la infraestructura que tienen, entonces tenemos hospitales empobrecidos, sin la dotación de recursos humanos necesaria, sin infraestructura adecuada para poder atender en tiempos normales a la población y es en este tipo de coyunturas, en esta crisis, gatillada por el coronavirus, que esta precariedad se evidencia”, afirmó.





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