Sala La Reforma era el nombre que llevaba entonces, como un signo de la época. El jueves 16 de julio de 1970, el auditorio que hoy recuerda a Isidora Zegers y da la bienvenida a la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, en la céntrica calle Compañía, recibió con ese nombre a los integrantes de Quilapayún para interpretar por primera vez la Cantata Popular Santa María de Iquique.
La obra había sido creada pocos meses antes por Luis Advis y el grupo la registró luego en los estudios de IRT, para un álbum publicado ese mismo año por Dicap, con relatos del actor Héctor Duvauchelle y el característico diseño de los hermanos Vicente y Antonio Larrea. También fue interpretada en los meses siguientes en otras salas, incluyendo el segundo Festival de la Nueva Canción Chilena en el ex estadio Chile, pero esa función de julio permanece como la primera vez que se escuchó una composición que se transformaría en referencia de la música chilena.
A medio camino entre el lenguaje docto y el popular, la pieza reconstruía los hechos del 21 de diciembre de 1907: una multitud de obreros del salitre -en un número nunca determinado con exactitud- fueron masacrados por tropas del Ejército, lideradas por el tristemente célebre general Roberto Silva Renard.
“Es una obra perfecta, de un colectivo de personas entregando lo mejor de sí mismos en una época específica. Es magistral”, considera ahora Fernando Carrasco, decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y actual miembro de Quilapayún. “Ha ido creciendo de una manera impresionante. Para Luis Advis, no era su obra más importante ni la que más le gustaba, pero se ha ido agigantando y ahora es demasiado importante. Es un experimento que muchos no entendimos como lo hacemos hoy”, dice.
A medio siglo de su estreno y en línea con esa valoración, el Departamento de Música (DMUS) de la Universidad de Chile celebrará el Día del Patrimonio con una serie de publicaciones virtuales en torno a la pieza, que se difundirán a través de redes sociales entre este lunes 25 y el domingo 31 de mayo.
En ellas, la figura de Luis Advis y la misma Cantata serán analizadas y recordadas por músicos que han sido parte de Quilapayún, como Eduardo Carrasco y Guillermo García; musicólogos e investigadores, como Eileen Karmy y Martín Farías; u otras figuras, como el mismo rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi.
Según Fernando Carrasco, es una forma de extender el impacto que la obra tuvo al estrenarse: “Es maravilloso hacer esto, porque la Cantata fue como un vómito de voces silenciadas por años, por primera vez mostró cosas horribles que habían ocurrido. Por eso es tan importante, porque la gente entendió que el pasado de Chile no era solo como lo contaban en el colegio y teníamos que hacernos cargo”.
Además, explica, será una instancia para valorar al propio Advis, a quien describe como un músico particularmente discreto: “La gente lo conoce poco porque no era un gestor de sí mismo. Al revés, decía que sus cosas no tenían mucha importancia, pero su música crecía porque era maravillosa”.
Así, justamente, es como lo recuerda también el compositor Rolando Cori, actual director del DMUS: “Siempre me llamaba la atención la humildad que tenía”, dice en una de las conversaciones que se difundirán esta semana, en la que analiza sus obras de carácter religioso y su trabajo en instituciones como la Asociación Nacional de Compositores y la SCD.
En otra conversación que será exhibida, el sociólogo Bernardo Guerrero examina el vínculo de Advis con su tierra natal y cuenta que “la de la Escuela Santa María es una de las grandes matanzas obreras del Chile del siglo XX, pero fue ignorada y corría por la tradición oral. Por eso, cuando apareció Quilapayún interpretando la Cantata, creada por un iquiqueño como Luis Advis, inmediatamente se nos vinieron a la memoria todos los recuerdos de nuestros abuelos”.
“Es una cosa extraordinaria y el impacto que tuvo en Iquique no lo tuvo en otras ciudades. No hubo iquiqueño que no tuviese ese disco. Se dice incluso que un requisito para ser iquiqueño es saberse la Cantata de memoria”, apunta en su intervención.
Todo el material será publicado en las cuentas del DMUS en Facebook e Instagram y también estará disponible en el sitio oficial de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
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