Desde el inicio de la pandemia las autoridades locales, como los alcaldes, han sido claves en el abordaje de la emergencia sanitaria. Si bien hay medidas macro, como las cuarentenas que no dependen de ellos, han sido activos sujetos de presión y diálogo con el Gobierno para que dictamine diferentes iniciativas.
Sin embargo, así como se han logrado avances, también ha habido otras situaciones en que las decisiones solicitadas desde el territorio no han sido escuchadas. Tal es el caso de lo sucedido en la última semana, en que el Ministerio de Salud decidió levantar la cuarentena en Antofagasta y Mejillones, a pesar de que en las comunas la autoridad local no compartía la decisión y aseguraban necesitar seguir con esta medida.
En tanto, en la Región de Valparaíso ante el aumento de casos de coronavirus, también se ha solicitado constantemente una cuarentena obligatoria, sin embargo, el Ministerio de Salud no ha determinado aplicar el confinamiento.
Respecto de cómo la centralización ha influido en la estrategia la sobre la emergencia, el director ejecutivo de la Fundación Chile Descentralizado, Diego Portales, señaló que sin duda una situación de este tipo requiere una coordinación nacional, especialmente por la destinación de recursos, pero que esto no implica que las regiones dejen de ser escuchadas.
“Si bien puede haber políticas nacionales y formas de distribuir los recursos desde un ámbito nacional, la pandemia se soluciona en los territorios, con los enfermos y con las medidas preventivas a nivel local, entonces el rol de las autoridades subnacionales, sean gobiernos regionales o locales, es fundamental”, expresó.
Además, Portales comentó que en materia de salud ha existido un ejemplo de cómo el nivel central ha sido el eje de todo, dado que se ha dejado en segundo plano a la salud municipal, aunque es ahí donde se conoce a los territorios: “Se han concentrado muchas tareas en las Seremis y estas se han visto sobrepasadas y se ha subutilizado el recurso de las instancias de atención primaria, que dependen de los municipios”.
Esteban Valenzuela, ex presidente de Comisión Asesora Presidencial de Descentralización, concordó con que esa poca articulación entre los diversos sistemas de salud ha sido un problema en el tratamiento de la emergencia. “En Chile hemos visto que hay un error en no integrar hasta hoy a una parte sustancial y haber empoderado a los directores de los Cesfam y la red de consultorios municipales, que son bien administradas y que pudieron haber colaborado en el tema de la detección temprana”, señaló.
Autoridades autónomas
Tal como ha ocurrido en otros países del mundo, el COVID-19 ha golpeado de diferentes formas a las regiones de nuestro país. Mientras lugares como la zona Metropolitana o La Araucanía han tenido importantes brotes de contagio, en otras como la Región de Aysén el contagio ha tenido un ritmo mucho menos agresivo.
Ante ello es que, según comentó el director de la Fundación Chile Descentralizado, se ha evidenciado la necesidad de autoridades más empoderadas en otros territorios.
“Sin duda alguna que la ausencia de una autoridad subnacional autónoma ha impedido que la voz de las regiones se haya manifestado. Los intendentes son meros delegados del presidente de la República y, por lo tanto, no tienen voz y eso se ha notado. No basta con que cinco o seis alcaldes de figuración nacional tengan voz, tienen que coordinarse en cada territorio y para eso se necesita lo que está en la Constitución hoy día, un gobernador regional electo”.
En tanto, Esteban Valenzuela explicó que a nivel mundial se ha visto que los países que han logrado sortear mejor esta pandemia tienen dos características: están dirigidos por mujeres y son todos federales o tienen una alta autonomía regional: “Por tanto, hay contrapesos que obligan a acuerdos y no al antojo de un ministro con egos muy grandes, como el caso de lo que conocemos en Chile, y un presidente que está en la categoría del semi negacionismo”, indicó.
Asimismo, el ex presidente de Comisión Presidencial de Descentralización comentó que estas características permiten tratamientos en función de cada realidad, lo que ejercido correctamente a tiempo impide ver situaciones como las que hoy se ven en la zona central de nuestro país.
“Aquí que es lo que se nota, la falta de un gobierno metropolitano electo. Recordemos que una de las cosas que vienen y que todavía hay sectores que resisten, es que los gobernadores electos van a hacer a su vez los jefes del área metropolitana. Entonces, seguramente, hubiésemos tenido la clausura completa de cuatro o cinco regiones mucho más temprano”, dijo.
Por otra parte, señaló que la descentralización permite un equilibrio entre un gobierno central fuerte y también regiones fuertes, lo que mejora el debate en torno a rentas y distribución de financiamientos.
“En los países federales hay debate por los recursos, y se obliga a tener políticas de mayor austeridad y control del gasto. Si hubiésemos estado con un país así ya habría programas de empleo masivo, redes de seguridad alimentaria, habría utilización de la tecnología para distribuir comida sana y no más tallarines en los hogares. Eso es lo que uno aprecia de otros países y que Chile lo podría tener si hubiese una mayor descentralización”, añadió.
Desde la política, el diputado por la Región de Atacama y presidente de la Federación Regionalista Verde Social, Jaime Mulet, indicó que la descentralización efectivamente ayudaría a resolver situaciones como la actual, dado que muchas decisiones y el poder de estas se darían desde los territorios.
“A nuestro juicio no solo es una medida que profundiza la democracia, sino que permite hacer un sistema de decisiones mucho más efectivo. Las personas involucradas desde lo local, en el territorio, conversando con otros, viéndose la cara, sabiendo como es el entorno, además tan distintos entre una región y otra, permitirían a nuestro juicio tomar mucho mejor las decisiones no solo en una pandemia sino también en otras situaciones. Eso está demostrado y creemos que uno de los problemas de los retrasos en el desarrollo, el desequilibrio territorial que hay en Chile desde el punto de viste económico, tiene que ver con la falta de poder efectivo en las regiones”, señaló.
Además, indicó que este es un tema que debe debatirse en los procesos futuros del país: “No solo en la discusión del proceso constituyente es un tema que va estar presente, es un tema que tiene que estar presente antes de la Convención Constituyente para que no vaya a fructificar la idea de las lógicas centralistas, que tiene particularmente el presidente Piñera, pero que tienen también parlamentarios de distintos colores políticos”.
En tanto, la diputada de Renovación Nacional y representante de la Región de Antofagasta, Paulina Núñez, dijo que “en plena pandemia surge con más fuerza que nunca los llamados desde el regionalismo, que no tiene colores políticos, a que podamos avanzar en un país con mayor atribución y facultades hacia nuestras regiones. Al final del día nos damos cuenta, por ejemplo, que, al tener una red de salud única, junto la pública con la privada, y concentrar las donaciones y los aportes en Santiago, nos encontramos con que hay pocos recursos en otras zonas”.
En esa línea, la diputada agregó que “también es importante la toma de decisión. Son los alcaldes, son los intendentes, son los Seremis de Salud, son los directores de los hospitales los que mejor saben la realidad de su zona, pero tienen que esperar que una autoridad sanitaria central decrete cuarentena o tienen que aguantar que levanten la medida desde Santiago, sin considerar la opinión de las autoridades locales. Es lo que nos ha pasado en Antofagasta”.
La necesidad de un gobernador
Para abril de 2021 están pactadas, producto de las postergaciones por la pandemia, las elecciones de gobernadores regionales, votación que será uno de los acercamientos más significativos que ha tenido nuestro país a la autonomía de las regiones.
“La elección de un futuro gobernador regional se traduce, ni más ni menos, que en poder tener una autoridad regional con atribuciones, con recursos, con facultades, versus un intendente que, más allá del gobierno que esté de turno, va a responderle siempre a quien le da trabajo, al gobierno central. Por eso es muy importante que aprendamos de esta crisis, que si tenemos un país regionalizado no sea solamente una cuestión de administración política, sino que sea de mayores atribuciones”.
Sin embargo, durante las últimas semanas algunas autoridades han levantado la idea de postergar esta elección. Dicha posibilidad, para quienes abogan por la descentralización es inaceptable.
“Puede haber muchas opiniones, pero mientras el Poder Constituyente que está en este momento en el Congreso Nacional no se manifieste en ese sentido, son opiniones. Indudablemente que la pandemia está mostrando la necesidad de que exista una autoridad subnacional con voz propia”, señaló Diego Portales de Fundación Chile Descentralizado.
Mientras que Esteban Valenzuela, ex presidente de Comisión Presidencial de Descentralización, opinó que dicha postergación sería “un escándalo”, y que más bien responde a un miedo de la élite a que exista una mayor articulación territorial, en la que las regiones podrían, entre otras cosas, hacer presión fiscal para obtener parte de la renta.
“Va a venir un juego de mucha más articulación territorial, social, con los consejeros regionales, los municipios y este gobernador electo que no es un empoderamiento al gobernador, es a los niveles subnacionales como toda democracia decente. Esa elección no se puede correr por nada del mundo”.
En tanto, el diputado Jaime Mulet lamentó que incluso desde la oposición, como es el caso del senador Jaime Quintana, se esté apoyando esa idea. Mulet dijo esperar que esto no prospere y que en caso de que se quiera realizar un aplazamiento “vamos a trabajar porque eso no ocurra, ya estamos trabajando activamente”, afirmó.
Así, el debate histórico de la necesidad de descentralizar Chile ha vuelto a ponerse en la palestra por la pandemia. Serán las futuras elecciones y el proceso constituyente las instancias para garantizar que éste problema avance hacia una solución definitiva, en que se entienda de una buena vez que Santiago no es Chile.