Esta semana el Partido Radical decidió dar un paso al costado de las conversaciones que lideraba el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, en pos de avanzar hacia el acuerdo denominado Plan de Emergencia que convocó el presidente Sebastián Piñera hace un par de semanas.
Apuntando a Briones como el culpable, los radicales acusaron un incumplimiento severo de los compromisos acordados previamente con el secretario de Estado y criticaron la conformación de una mesa técnica con economistas ligados a los partidos en desmedro de una instancia política en la que tuvieran representación. Ante esto, se retiraron de los diálogos y aseguraron que evaluarán cada proyecto de ley que se envíe al Congreso por su mérito, sin descartar rechazarlos si es que éstos no apuntan al que, para ellos, es el tema central: un mayor gasto fiscal.
En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, el presidente del Partido Radical, Carlos Maldonado, explicó los motivos de su colectividad para restarse de la instancia que buscaba ser la base del gran acuerdo impulsado por el Gobierno. Faltas a los compromisos, posiciones intransigentes y un interlocutor poco amigable son parte de las razones que argumentó el ex ministro de Michelle Bachelet.
Respecto del acuerdo que ha convocado el Gobierno, usted ha dicho que desde un principio participaron “desde el escepticismo” en los diálogos previos. ¿Por qué dice esto? ¿Qué le parecía este llamado que hizo el Presidente?
“Porque la verdad es que los recursos los tiene el Gobierno. Perfectamente el Gobierno podría haber asumido su responsabilidad y haber enviado proyectos de ley con el volumen suficiente de recursos como para que pudieran ser aprobados y ser considerados una ayuda eficaz a las personas.
También tiene una dimensión de querer compartir las responsabilidades el Gobierno cuando llama a este acuerdo, porque la llave de los recursos la tienen ellos. ¿Qué puede hacer la oposición aparte de exigir? La oposición no tiene la llave de la billetera fiscal, entonces hay un poco ahí de artificioso en este llamado al acuerdo que ha hecho el Presidente”.
¿Cómo ve que pueda afectar este cambio de gabinete, esta renovación en el Comité Político, del cual usted también ha sido parte en otros gobiernos, en el desarrollo de los diálogos para el acuerdo que convocó el Gobierno?
“Los ministros pueden opinar, pueden sugerir. Pueden imprimirle cierto sello a la gestión de sus carteras, pero las decisiones las toma el Presidente. Así que, si hasta ahora el Gobierno ha mostrado la cara que ha mostrado, un gobierno bastante reacio a construir acuerdos y abrirse a visiones que no son las propias, yo sinceramente no creo que influya mayormente estos pequeños ajustes de gabinete, estos enroques que hizo el Presidente. Sin perjuicio de ello, por el bien del país y de las personas, ojalá haya una apertura a un mucho mayor gasto fiscal”.
Bueno, ése es el motivo que argumentaron desde el Partido Radical para retirarse de la mesa que lideraba el ministro de Hacienda, Ignacio Briones. También lo fue que éste último haya decidido conformar una mesa técnica con economistas para continuar las conversaciones. ¿Por qué cree que la del ministro Briones fue una mala decisión?
“En un período de crisis las decisiones son políticas. Los técnicos son muy valiosos pero ellos ven una parte de la realidad, ellos ven la parte de su especialidad. Los actores políticos somos los que vemos el panorama general y tenemos que ver cómo conjugar las distintas materias que están sobre la mesa para producir acuerdos virtuosos. Ese al ministro Briones claramente no es el terreno que le acomoda”
En el Partido Radical tampoco parecen estar muy cómodos con el ministro Briones, que es uno de los mejores evaluados del gabinete y, según muchos, uno de los ‘distintos’ de la administración de Sebastián Piñera. ¿Qué impresión tienen de él?
“La impresión que tenemos nosotros del ministro Briones es que es una persona que tiene buen lejos en el sentido de que se expresa de manera amigable, tiene un buen mensaje digamos, pero en el fondo es un ministro de Hacienda bastante ortodoxo. Yo creo que él es una persona muy de derecha en cuanto a su pensamiento económico y lo demuestra en sus decisiones. El Gobierno recién ahora se abrió -aparentemente, vamos a ver el resultado- a buscar un acuerdo sobre un mayor gasto fiscal, pero las primeras medidas de los primeros tres meses que ya llevamos de pandemia han sido totalmente insuficientes”.
Usted dice que él es una persona “muy de derecha en cuanto a su pensamiento económico” ¿A qué se refiere?
“Por ejemplo él piensa que el único propósito del sistema tributario es impulsar la inversión, impulsar la economía. No lo ve como una herramienta de redistribución de los ingresos que, en todo el mundo, incluso los países más capitalistas, los impuestos redistribuyen ingresos y siendo esto una cuestión tan imprescindible en Chile.
Ese es el tipo de visiones que yo he notado en conversaciones que he tenido con él, en realidad es una persona muy neoliberal que tiene un toque, más de la apariencia que de fondo, de cierta modernidad o apertura. Por la forma de hablar, un poquito por el look digamos, un poco más informal, su forma de presentarse, pero la verdad es que en el fondo es un economista muy neoliberal. Tiene buen lejos, pero de cerca no se ve tan bien”.