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Año XVI, 27 de abril de 2024


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Cuatro años sin justicia para Macarena Valdés: familia y organizaciones continúan sosteniendo un “femicidio empresarial”

El suicidio que inicialmente se indicó como causa de muerte, ya fue descartado. Sin embargo, la justicia no ha dado muchos avances en el caso y sigue sin esclarecer lo sucedido el 22 de agosto de 2016.

Andrea Bustos C.

  Viernes 21 de agosto 2020 19:48 hrs. 
Maca Valdés

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Macarena Valdés fue encontrada colgada en las vigas de su casa el 22 de agosto de 2016. Carabineros y el Servicio Médico Legal calificaron entonces la muerte como un suicidio.

Sin embargo, su familia descartó aquella posibilidad y advirtió que se trataba de un asesinato generado en el marco de una lucha que ella estaba llevando a cabo en su comunidad Newen de Tranguil contra el proyecto hidroeléctrico de la compañía austriaca RP Global. Por la movilización Macarena y su familia habían sido previamente amenazados.

A cuatro años de su muerte, la investigación está abierta y catalogada como hallazgo de cadáver, ya no como suicidio. Sin embargo, ese es el poco avance que se ha podido conseguir, puesto que no hay culpables ni causa de muerte aún. Es más, la mayoría de las diligencias que permitieron descartar el suicidio fueron gestionadas por su familia y no por la justicia.

“Han sido años difíciles, cuatro años de reclamar justicia y con gente que hace oídos sordos porque simplemente no les interesa entregar justicia, hacer su trabajo, porque estamos pidiendo que la gente que está encargada de investigar investigue. No estamos pidiendo nada de otro mundo”, comentó Rubén Collío, viudo de Macarena sobre esta nueva conmemoración de su muerte.

“Estamos reclamando que hay una Policía de Investigaciones que debe hacer su trabajo e investigar y que hay una Fiscalía que tiene que dar la orden para que esa policía pueda hacer su trabajo y pueda investigar, porque la Policía de Investigaciones tampoco se manda sola, pero no se quiere dar la orden. Por alguna extraña circunstancia no tienen intención de que se investigue esta situación. Yo no entiendo ya si eso es algo antojadizo, voluntario o algo que está planificado para que así sea”, añadió Collío respecto del avance judicial del caso.

Sin embargo, a pesar de esta ausencia de justicia, Rubén Collío afirmó que la fuerza sigue intacta para reclamar y buscar que la situación se aclare: “Hoy día no estamos solos, somos hartos los que gritamos y reclamamos exactamente lo mismo, a Macarena la asesinaron, ya lo demostramos científicamente”, dijo.

Macarena Valdés

Si bien en muchos casos, ante la falta de diligencia de las policías las familias recurren a autoridades políticas para solicitar algún tipo de pronunciamiento o presión, ante la muerte de Macarena Valdés su familia, cercanos y organizaciones han realizado la lucha alejados de aquello, evitando que este asesinato pueda ser utilizado para sacar ventajas políticas, sobre todo ante el desprestigio que hoy rodea a las autoridades de todo tipo.

“Tratamos de ser muy conscientes, todo lo que se ha hecho se ha hecho desde la autogestión y tratamos de mantenerlo de esa manera, de ser respetuosos con la gente que nos creyó desde un principio. Desde un principio no fueron los políticos quienes nos creyeron, no fueron ni los senadores, ni los diputados, ni nadie del Parlamento, fue la gente común, la gente de a pie, fueron los pobladores los que nos creyeron, fueron las lesbofeministas las que nos creyeron, ellas fueron quienes nos dijeron ‘yo te creo, de aquí para adelante no vas a estar solo’ y han cumplido su palabra y se han mantenido apoyándonos hasta el día de hoy”, reflexionó Rubén Collío sobre este punto.

El asesinato de Macarena Valdés ha ido sumando un apoyo cada vez más masivo a nivel social con el paso de los años, esto no solo por la injusticia que ha rodeado el caso, sino también por cómo su femicidio se vincula con las luchas de cientos de dirigentas y dirigentes medioambientales a nivel nacional.

Según explicó a nuestro medio Francisca Fernández, vocera del Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT) , lo que pasó con Macarena Valdés refleja no solo las vulneraciones que comete el Estado y cómo el extractivismo se instala en las comunidades a todo costo, sino también el racismo y patriarcado presente en las instituciones.

“Los sectores que estamos más expuestos a las injusticias son justamente los pueblos originarios, las y los luchadores medioambientales y las mujeres, ahí ya mencioné inmediatamente un tronco de desigualdad, de precarización, de injusticia que Macarena Valdés representa. Ser mujer mapuche, ser mujer y además defensora territorial, entonces cuando hablamos de situaciones de injusticia, por ejemplo, la rapidez con que la policía definió como suicidio el caso de Macarena Valdés sin ningún tipo de cumplimento de estándares respecto al abordaje de su cuerpo, ahí tenemos una situación”, explicó Fernández.

“Otra situación es la constante pausa y letanía que ha tenido la Fiscalía para hacer la investigación, que ha tratado varias veces de cerrar el expediente y gracias a la presión de la familia, de las comunidades, de las organizaciones se ha logrado mantener el caso en la Fiscalía, entonces acá hablamos de una desidia por parte del Estado, de la institucionalidad judicial tanto en el abordaje, operatividad del caso. Hay sin duda un carácter fuertemente racista y patriarcal a la hora de abordar los casos“, añadió.

Francisca Fernández

Francisca Fernández

Así, la lucha que llevó Macarena en favor de la protección de su comunidad, y que hoy continúa su familia también por justicia representa hechos vividos en otros territorios, donde la violencia y desprotección del Estado están presentes día a día.

La lucha no entra en cuarentena

Al igual que los años anteriores, agosto ha sido un mes con énfasis en recordar y visibilizar a Macarena Valdés. Sin embargo, esta vez tanto su familia como las organizaciones que adhieren a esta exigencia de justicia han tenido que reinventar la forma de convocar y conmemorar por las condiciones sanitarias que enfrenta nuestro país producto del COVID-19.

Ante tal panorama, desde la Coordinadora Justicia para Macarena Valdés han llevado a cabo una serie de actividades online. Entre ellas han destacado conversatorios en los que no solo se ha analizado este caso, sino otros asesinatos de mujeres líderes medioambientales en la región.

Desde la Coordinadora, el llamado es que a pesar del paso del tiempo la lucha debe seguir vigente.

“Hay que seguir luchando, seguir acompañando a la comunidad de Tranguil, a la familia de Macarena, hay que seguir agotando todos los esfuerzos y medios para hacer presión social para que no siga alargándose este estado de impunidad que tanto daño genera”, señaló Yasna Huerta, integrante de la Coordinadora Justicia para Macarena Valdés.

“Nuestro llamado es a seguir organizándose para que cada uno, cada una que tenga algún sueño en mente o un propósito en la vida lo pueda concretar junto con la otra, el otro en esta unión que es la organización, en esta necesidad de juntarse y conversar. Ahí va el mensaje a seguir levantando junto a nosotros la exigencia de justicia, que se haga justicia y el primer paso es que el Estado de Chile haga una investigación profesional, certera y acabada sobre el asesinato de Macarena”, añadió la también productora y gestora cultural.

Además de las actividades ya hechas durante el mes, este sábado 22 se realizará una jornada conmemorativa a partir del mediodía, la que incluirá conversatorios y una tarde cultural de música, arte y creaciones a través de las redes sociales de la Coordinadora.


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“Han sido espacios de encuentro, de reflexión y creación de pensamiento crítico con respecto a nuestra defensoría de la tierra, nuestro activismo en lo socioambiental que nos da luces de que por ahí va el camino, que debemos tener la acción de lucha que levante y muestre nuestro grito de exigir justicia. Son también espacios importantísimos de creación de pensamiento crítico y el cómo vamos viendo y analizando nuestros contextos, vivencias y territorio”, comentó Yasna Huerta sobre lo que ha significado este último período de movilizaciones.

Junto a estas actividades online también en La Araucanía se realizarán marchas de conmemoración. Mientras que en Pucura se convocó a un Trafkintu de semillas, acción que para Rubén Collío “hace mucho sentido a la forma de vida que llevaba Macarena”.

“Ella era una guardadora de semillas. Hemos comentado que ella se crió con sus abuelos y se llevaba bien con las viejitas. Un día una papay le entregó un puñado de semillas y le dice ‘son semillas nativas, sin intervenir, siémbralas’ y le pasa un puñadito, unas 20 arverjitas, y ella las sembró y las cuidó y no nos dejó comerlas que era lo más terrible” – comentó Rubén riendo al recordar aquella acción – “cosechó como un kilo de arverjas y dije ‘pero saquemos una cucharadita que sea para probarlas’, pero no, porque el compromiso era otro, y era de honorabilidad donde nadie iba saber si ella las comía. Ella dijo no, yo me comprometí a recibir estas arverjas para sembrarlas y producir más semillas, y de la segunda cosecha podía comer, pero también de esa segunda cosecha tenía que compartir y dar semillas a alguien más”.

“Esa era su manera de ser y de pensar y, por lo tanto, me hace mucho sentido recordarla con actividades que llamen a la vida, a la creación, al cuidado y un trafkintu de semillas, un intercambio de semillas, siento que es una excelente manera de recordarla” explicó el viudo de Macarena Valdés sobre esta significativa acción de conmemoración.

Deudas de justicia y protección

Este femicidio empresarial, como ha sido denominado, además de llevar cuatro años con ausencia de justicia, revela la desprotección en la que están los y las líderes medioambientales en nuestro país. Antes de su muerte Macarena y su familia habían sido amenazados, amedrentamientos que se repitieron hacia su marido luego de la muerte de la mujer y que responden a una situación que afecta constantemente a dirigentes sociales y medioambientales.

Según Global Witness durante el año pasado 212 personas fueron asesinadas por su rol en la defensa de sus hogares y la destrucción del medio ambiente.

“Uno se pregunta, y en nuestras reflexiones como Coordinadora decimos las mujeres luchadoras activistas, defensoras de la tierra y de la vida y los defensores también de la tierra y de la vida están totalmente desprotegidos. No hay un contexto que nos pueda decir que estamos a salvo (…) Tenemos que seguir organizados pero sabemos que podemos correr peligro porque hay un sicariato en Latinoamérica que se instala, así lo demuestra el caso de Berta Cáceres y las matanzas de las compañeras que fueron parte de los movimientos de las represas en Brasil”, comentó respecto de esta situación Yasna Huerta.

Macarena

Créditos: Instagram Justicia para Macarena Valdés.

Para nuestro país y la región la firma del Tratado de Escazú fija lineamientos de protección a dirigentes, entre otras cosas. Sin embargo, aquella posibilidad parece muy lejana, ya que el Gobierno de Sebastián Piñera se ha negado a firmar dicho tratado a pesar de la presión social.

Sobre este punto, Yasna Huerta de la Coordinadora Justicia para Macarena Valdés dijo que “hace pensar en cómo será la fuerza que tiene el empresariado, el capital, el patriarcado que aún así, con todas estas necesidades, tratados tan importantes no se firman (…) Esto es un panorama crítico que demuestra la inhumanidad, el espacio que se da en el sistema y el Estado para ir en contra de los derechos humanos y nos genera un estado constante de preocupación e incertidumbre porque fue Macarena y ¿ahora quién viene? Esa es la pregunta”.

El viudo de Macarena Valdés, Rubén Collío tiene una visión similar sobre esta situación, y aseguró que todo se relaciona con el desinterés de las autoridades en proteger a los dirigentes: “El Estado chileno no quiere firmarlo porque no le interesa proteger a los líderes sociales, no le interesa proteger a la gente pensante, muy por el contrario encarcelan las ideas y ahí tenemos entonces hoy día presos políticos mapuche que por pensar distinto están encarcelados y que llevan más de 107 días en huelga de hambre, entonces difícilmente podemos llegar a algún acuerdo con personas que no quieren firmar tratados para proteger a los líderes sociales”.

Desde el Movimiento por el Agua y los Territorios (MAT) su vocera Francisca Fernández, apuntó en la misma línea. A juicio de la también integrante de la Coordinadora Feminista 8M, lo que se ve en esta situación es “un acto de in-voluntad política”.

“Bajo esa lógica de quehacer, de construcción de Estado y políticas públicas, no nos extrañaría que nunca adscriban al acuerdo o si lo adscriben no lo apliquen porque también tenemos esa complejidad. Un paso es la adscripción del Estado chileno al acuerdo, pero otro caso es cómo se aplica en la realidad, como en el Convenio 169. Tenemos un convenio que ha sido triturado por parte del Estado chileno y que realmente no tiene efectividad, entonces ¿cuándo vamos a hablar realmente de una situación de presenciabilidad, de visibilización de los territorios? Cuando tengamos por ejemplo consultas participativas vinculantes respecto a nuestra opinión como colectividades sobre proyectos extractivos”, indicó.

A esto añadió que “acá requerimos de cambios estructurales en la institucionalidad ambiental, en el sistema judicial y la aplicación real de esta serie de herramientas de tratados, de acuerdos internacionales respecto a los resguardos de los derechos colectivos de los pueblos”.

Bajo este contexto, en el corto plazo lamentablemente para los líderes medioambientales, la familia de Macarena y las organizaciones sociales, el camino se ve complejo. Sin embargo, a pesar del paso del tiempo y los problemas que les han presentado, si hay un hecho concreto en este caso es que la exigencia de justicia para “la Negra” no se terminará hasta aclarar lo que ocurrió el 22 de agosto de 2016.

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