Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Ciencia a través de la pantalla

Columna de opinión por Elise Servajean Bergoeing
Jueves 29 de octubre 2020 9:40 hrs.


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Corría marzo de 2020, terminaban las vacaciones y poco a poco volvíamos a retomar nuestros proyectos. Todos los divulgadores científicos estábamos preparándonos para comenzar el año académico, realizar charlas, talleres, capacitaciones y muchas otras actividades. Pero nos pilló la pandemia y esos planes quedaron en pausa, en medio de la incertidumbre de cuándo podríamos llevarlas a cabo.

Ante este escenario, tuvimos que preguntarnos: ¿cómo podemos  llevar la ciencia a las personas de manera virtual?

Nuestro  primer instinto fue usar todas las herramientas que las redes sociales nos ofrecían, como transmisiones en vivo por Instagram, Facebook y Youtube,  cápsulas explicativas, podcasts, entre otras. Así, fuimos descubriendo nuevas herramientas sin tener claridad del impacto que estábamos generando. Por lo mismo, tras algunas semanas, desde la Fundación Chilena de Astronomía, nos preguntamos si tenía sentido lo que estábamos haciendo. ¿Cuál es nuestro objetivo? ¿Lo estamos logrando?, ¿Deberíamos hacer otra cosa? Tantas preguntas que podían parecer abrumadoras, pero que eran muy necesarias porque –basándonos en la experiencia de otros países, sabíamos que el confinamiento duraría varios meses más y por lo tanto, teníamos que pensar cómo hacer  un trabajo de divulgación diferente, a través de una pantalla.

Fue entonces cuando nos dimos cuenta de las herramientas que nos servían, pero lo más importante es que pudimos apreciar que la distancia ya no era un problema, y comenzamos a ver que justamente a través de la tecnología podíamos estar más cerca que nunca. Trabajar con un colegio de otra región o hacer un conversatorio con alguien de otra ciudad ya no era un tema a discutir, ni tampoco si se necesitaba financiamiento , simplemente había una oportunidad real de acercarnos, aunque suene paradójico. Por lo tanto, tan solo abriendo el computador podíamos llegar y conectarnos con muchas otras personas a las que en otras circunstancias no habríamos podido alcanzar.

Ya han pasado varios meses y me pregunto, ¿Cuáles son las personas a las que no llegamos?, ¿Qué representa la conectividad para nosotros dadas las circunstancias? ¿Deberíamos considerar el internet como un servicio básico? Según la Encuesta Nacional de Acceso y Usos de Internet de la Subsecretaria de Telecomunicaciones del año 2015, el 67% de los hogares declaran tener acceso propio a internet, bajando esta cifra a 42% cuando se trata de zonas rurales. Si bien las distancias se acortan con el uso de herramientas digitales, lamentablemente sigue habiendo un gran porcentaje de personas a las que no podemos llegar.

Diferentes organizaciones internacionales han señalado la importancia de la cobertura de las diferentes tecnologías relacionadas al acceso a la información. Por ejemplo, las Naciones Unidas, en el año 2016, publicó una resolución que señala que “se reconoce que la diseminación de la información …y la interconexión global tienen un gran potencial para acelerar el progreso humano, conectar la brecha digital y desarrollar el conocimiento de las sociedades…”, por lo anterior, señala que el Internet puede ser una herramienta importante para ejercer los derechos humanos.

Ahora que se avecina la llegada de la tecnología 5G a nuestro país y que aparecen proyectos como Starlink, que pondrá en órbita miles de satélites para entregar mejor cobertura de Internet en zonas pobladas alrededor del mundo, es un buen momento para preguntarnos si las personas a las que no logramos llevarles ciencia a sus casas hoy, van a ser realmente beneficiadas por estas tecnologías. Esas personas que declararon no tener internet en sus hogares, ¿podrán tener acceso con las nuevas tecnologías? ¿o será en realidad un problema de recursos y no de cobertura?

El presidente de la Cámara Chilena de Infraestructura Digital, Rodrigo Ramírez,  señaló en Radio  Pauta, en agosto pasado, que “debe monitorearse el despliegue de las redes 5G con el fin de evitar una brecha digital mayor y perpetuar la desigualdad digital”. En ese sentido, entendemos que tener acceso a un internet más rápido y con mayor capacidad será un beneficio para el país, sin embargo,  no podemos olvidar que aún en esta época de la hiperconectividad, hay quienes no están conectados, que no tienen fácil acceso al conocimiento y que, por lo tanto,  están en desventaja.

Es esencial que no olvidemos a las personas que han sido excluidas del progreso, el conocimiento y de la ciencia por su falta de acceso. No los excluyamos ahora que podemos marcar la diferencia a través de una pantalla.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.