La segunda vuelta de las elecciones municipales que se celebra hoy en Brasil se efectúa bajo estrictas medidas de seguridad higiénica, con uso de mascarilla obligatoria, horarios especiales de votación para los ancianos y medidas de distanciación entre los votantes. Y es que el escrutinio llega en un momento en el que el país registra más de 6,2 millones de personas contaminadas por la COVID-19, y más de 170 mil muertos, solo superado por Estados Unidos.
Sin duda esa es una de las razones por las que los candidatos que impulsó el presidente de ultra derecha Jair Bolsonaro han tenido tan poco éxito. De 13 personas en las que apostó, nueve fueron eliminados durante la primera vuelta celebrada el pasado 15 de noviembre. Dos pasaron la prueba y otros dos, entre ellos el alcalde actual de Río, Marcelo Crivella, tienen muy pocas posibilidades de salir triunfantes de esta prueba.
La elección en las ciudades de Sao Paulo y Río concentra la atención dentro y fuera del país. Son las dos ciudades más ricas y también las más pobladas del gigante sudamericano.
En Sao Paulo, donde viven 12,5 millones de habitantes el duelo enfrenta a Guilherme Boulos, miembro del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), compuesto por disidentes del PT del ex presidente Lula. Líder del poderoso Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), Boulos ha sabido ganar el apoyo de un amplio sector de los paulistanos, identificados con su manera sencilla de vivir y su labor en favor de la igualdad racial y de género.
Su contrincante es el alcalde actual, Bruno Covas, integrante del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien obtuvo en la primera vuelta 33% de los votos, es decir 13 puntos más que Boulos. Covas dirige la capital económica de Brasil desde 2018, es un típico heredero de las familias políticas del país. Su abuelo, Mario Covas (1930-2001) fue uno de los fundadores del PSDB. Más allá de ese vínculo familiar Bruno Covas es apreciado por los electores pues pese a que en 2019 se le diagnosticó un cáncer del aparato digestivo, siguió trabajando para intentar frenas el coronavirus que ha costado la vida a 14 mil paulistanos.
En Río de Janeiro las cosas están más claras. El alcalde actual, Marcelo Crivella, un pastor evangélico ultraconservador, aliado de Bolsonaro, llega en mala posición para esta segunda vuelta. El ex alcalde Eduardo Paes (Demócratas, derecha) alcanza una holgada intención de voto del 68% contra 32 para Crivella. Paes es uno de esos políticos brasileños que han pasado por infinidad de formaciones políticas, girando según sopla el viento de sus intereses. Pasó por cuatro partidos antes de ganar la alcaldía en 2008 por el MDB.
Estas elecciones son las primeras que enfrenta Jair Bolsonaro quien sorpresivamente ganó la elección presidencial en 2018. Sus resultados darán una idea de quiénes pueden perfilarse como candidatos a la presidencial de 2022.
Por ahora otras son las preocupaciones que atraen el interés de los brasileños. La economía está de capa caída en razón del confinamiento parcial para enfrentar el coronavirus. Al cierre del tercer trimestre de este año se habían registrado 14,1 millones de personas en busca de trabajo. Hay que añadir otros casi 6 millones de personas que ya no buscan trabajo dada la ausencia de posibilidades. Se estima que el Producto Interno Bruto se contraerá este año 4,5%. Una razón que puede explicar el porqué de los malos resultados de los candidatos afines al presidente, pero y sobretodo los enormes desafíos que esperan a los ganadores.
