María Asunción Requena: reviviendo la obra de una dramaturga crítica y social

La dramaturga nacional María Asunción Requena falleció en el exilio en 1986. Con ello, su trabajo fue relegado al olvido, siendo rescatado en contadas ocasiones. Sin embargo, hoy la compañía La Dramática Nacional se aventura en el rescate de una de las piezas más aclamadas de la autora: Chiloé, Cielos Cubiertos.

La dramaturga nacional María Asunción Requena falleció en el exilio en 1986. Con ello, su trabajo fue relegado al olvido, siendo rescatado en contadas ocasiones. Sin embargo, hoy la compañía La Dramática Nacional se aventura en el rescate de una de las piezas más aclamadas de la autora: Chiloé, Cielos Cubiertos.

María Asunción Requena (1915-1986) siempre estuvo conectada con las tradiciones y los problemas del sur de Chile. Ni el paso del tiempo ni su transición desde Punta Arenas a Santiago fragmentaron este vínculo que quedó reflejado en más de una obra teatral de su autoría. 

Chiloé, Cielos Cubiertos es reflejo de esta búsqueda. Estrenada en 1972 en el Teatro Nacional Chileno con la colaboración de Luis Advis, Margot Loyola y Osvaldo Cádiz, la pieza da cuenta de una realidad de abandono en la que los protagonistas debaten sobre la conectividad de la isla y la sobrevivencia en pleno invierno frente al desprecio de las autoridades: “No ven que son tontos en la capital pa’ preocuparse de nosotros. No nos hacen ni caminos y van a construir un puente”. 

Luego de su estreno, la obra permaneció cerca de seis meses en cartelera, situándose como uno de los trabajos más aclamados de la dramaturga. Sin embargo, con el transcurso de los años, muy pocas compañías revivieron el texto, relegándolo al olvido, como pasó, en general, con la obra de Requena.

No obstante, hoy La Dramática Nacional prepara una nueva versión que espera estrenarse una vez superada la crisis sanitaria. Esto, ya que el estreno oficial debió suspenderse en más de una oportunidad producto de las restricciones aplicadas a los espacios culturales frente a la pandemia. 

Así, de la mano de Osvaldo Cádiz y Gabriel Salazar, la compañía, que anteriormente se sumergió en el rescate de las obras de Antonio Acevedo Hernández, generó un montaje que revive la puesta en escena original con danzas y melodías tradicionales de la isla.    

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En la imagen, parte del elenco de La Dramática Nacional.

En la generación del 50, que es una generación como muy prolífica en términos de dramaturgia, está la figura de María Asunción Requena, quien es una dramaturga que tiene muchas similitudes con Acevedo Hernández. Ella escribe sobre el sur, porque, pese a que nació en Argentina, sus primeros años transitan en Punta Arenas. Ella es muy sureña”, sostiene Nelda Muray Prado, codirectora de La Dramática Nacional. 

“En ese sentido, la obra tiene un montón de demandas sociales, visiones políticas-feministas y aparece de pronto el dichoso puente que se menciona un montón. Eso es una locura. Como que la vigencia de esta obra también pasa por este nivel de negligencia, de desamparo. Eso es impresionante”, dice.

Según la actriz, Chiloé, Cielos Cubiertos es una obra que se sumerge en un relato no oficial que, para bien o para mal, expone temas que siguen presentes en la actualidad. La reposición también implica un reto en términos de dar visibilidad a una obra que ha sido subvalorada: “María Asunción Requena no ha sido conocida. Fue desplazada por la figura de Isidora Aguirre y ahí quedó. No hay más. Entonces, eso tiene un valor significativo para nosotros”, comenta la directora teatral. 

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Requena y su propuesta social 

Osvaldo Cádiz recuerda con claridad cómo fue el trabajo que se dio con la dramaturga en Chiloé, Cielos Cubiertos. Según dice, el estreno fue “un éxito rotundo”, que se debió, en gran parte, a la representación de aquella chilenidad que acostumbra a ser desplazada a un segundo o tercer plano. 

“Admiraba mucho su dramaturgia y ahí me di cuenta de que ella era una mujer muy humilde y abierta a las sugerencias, porque la obra original era muy larga y se fueron acotando algunas escenas. Incluso, algunos diálogos fueron cambiados porque con Margot le decíamos: ‘la gente de Chiloé habla de esta manera o usa estos dichos’. Ahí ella recogía nuestras sugerencias y arreglaba el texto”, rememora el folclorista. 

“Luego, hubo un trabajo muy profundo con Advis para la música. Con Margot lo hicimos escuchar distintas melodías que grabamos en los viajes a terreno que hicimos a Chiloé. Cada vez que él componía un tema íbamos a su casa y lo escuchábamos. Trabajar con ese enorme equipo fue una maravilla”, añade. 

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En la imagen, montaje Chiloé, Cielos Cubiertos en 1972. Créditos: Memoria Chilena.

María Asunción Requena estudió, originalmente, odontología. El teatro llegó a su vida cuando se divorció de su primer marido y se instaló en Santiago, tomando contacto rápidamente con la escena teatral de ese momento que vivía su época de oro. 

Como dramaturga recibió diversos premios, siendo la compañía Teknos de la Universidad Técnica del Estado, la agrupación que se encargó de llevar sus obras a escena. Paralelamente, la autora también realizó una labor social, atendiendo de forma gratuita en poblaciones y develando una postura comprometida con las clases populares. 

Por esta labor, durante la dictadura fue catalogada como marxista, por lo que debió exiliarse en Francia. “Ella era una mujer muy comprometida socialmente, pero no pertenecía a ningún partido político, pero sus ideas eran sociales, eran del bienestar social. Atendía a los pacientes siendo dentista, porque decía que todo el mundo tenía que tener, por igual, esa atención de salud. Ella estaba fichada por eso, por sus prácticas sociales dentro de su labor profesional como dentista”, explica la investigadora Maritza Farías.  

“Ella era una mujer que hablaba de las realidades del pueblo y de las diferencias que existían y de cómo las personas del pueblo podían también surgir. No era una cuestión de una política partidista, sino que tenía que ver con valores sociales”, afirma. 

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En la imagen, María Asunción Requena.

Requena falleció en 1986 y su muerte apenas generó revuelo en el país. Sólo con el pasar de los años su obra volvió a revisarse, pero sólo con pequeños guiños, al igual que otros nombres de la dramaturgia nacional.

 “Las mujeres dramaturgas no aparecen en la historia del teatro chileno oficial. Los libros que cuentan la historia del teatro hablan de los dramaturgos de la época, pero no de las dramaturgas. Ahí tenemos un cuestionamiento y una crítica sobre cómo se escribe la historia, quien la escribe y dónde se pone el foco”, concluye Farías. 

Imagen principal: escena de Chiloé, Cielos Cubiertos. 




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