En conversación con la primera edición de Radioanálisis, el economista Andrés Solimano, se refirió al alza que ha experimentado durante las últimas semanas el precio del cobre y al impacto que tendría dicho incremento en la recaudación fiscal.

Recordemos que el metal rojo ha venido experimentando una tendencia alcista que ha hecho que su precio se cotice en la Bolsa de Metales de Londres en cerca de cuatro dólares la libra, su precio más alto en casi diez años y algunas proyecciones afirman que este aumento en el precio podría continuar.

Respecto de este fenómeno, el economista Andrés Solimano afirmó que “como toda predicción siempre es difícil (…) yo creo que el precio del cobre se debería mantener cercano a los cuatro dólares por lo menos este año, siempre y cuando no se descarrile la reactivación económica en el mundo y especialmente en China”.

Sobre el impacto fiscal, el doctor en economía del MIT señaló que “el ministerio de Hacienda coloca el impacto en cerca de 22 millones de dólares por cada punto de aumento del valor del precio, pero algunas empresas privadas señalan que esta estimación está más cerca de los 60 millones de dólares, entonces podemos pensar que hay un rango entremedio de recaudación adicional por cada punto de aumento del precio del cobre, por lo que en total se podría llegar a cerca de 2 mil millones de dólares adicionales producto de esta alza”.

Si bien a primera vista parece una cifra importante de recaudación, ésta podría ser incluso mayor si es que el Estado tuviese un sistema de tributación acorde con lo que se puede ver en países cuya matriz productiva depende en gran medida de la extracción mineral.

Andrés Solimano es doctor en economía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

En esa línea, Solimano sostiene que “A comienzos de los noventa, la participación de Codelco en el mercado representaba cerca del 70 por ciento, hoy está más cerca del 30 por ciento, por lo tanto, las ganancias fiscales son ahora menores a lo que eran hace treinta años. Eso abre el debate sobre si el arreglo actual es el más conveniente para la economía chilena. Si el mercado del cobre no estuviese tan privatizado estos números serían más favorables”.

Al respecto, el economista explicó que “la gran minería del cobre está sujeta a dos tributaciones: un impuesto a la utilidad de las empresas y un royalty, que en realidad es muy bajo dado que representa menos del 2 por ciento de la recaudación fiscal y es bajo porque no es un royalty de acuerdo a la definición estricta de la palabra, es en realidad casi un impuesto a las utilidades que recauda muy poco, por lo tanto, el grueso de la recaudación que proviene del cobre se obtiene gracias a Codelco más que de las empresas privadas”.

El economista advierte que este modelo se ha replicado con otros minerales como por ejemplo el litio “el modelo es casi lo mismo que con el cobre, se entrega su explotación al sector privado, se le pide una contribución, pero no hay una visión o un modelo que apunte hacia una empresa mixta, por ejemplo. El modelo chileno es particular, privatista y extractivista y los acuerdos que se alcanzaron con las empresas que hoy tienen los concesiones ameritan una discusión e imagino que en la Convención Constitucional el tema de la propiedad y los arreglos en la gran minería deben ser considerados”.

Asimismo, Solimano criticó que “no hay una estrategia de industrialización del cobre y de estímulo de la producción manufacturera, que muchas veces terminamos importando. El problema es que Codelco ha sido una empresa supeditada a las necesidades del ministerio de Hacienda. Ellos tienen que entregar el cien por ciento de sus utilidades y además pedir permisos para poder realizar planes de inversión, entonces, la tentación de los ministerios de Hacienda ha sido usar a Codelco como una caja recaudadora y no como una industria que tiene el rol de crear una estructura productiva más intensiva“.

En ese sentido, el Solimano agregó que “esa ha sido la visión que ha dominado y por eso a Hacienda le brillan los ojos cuando ve los precios como están y no está mal, pero también se debe abrir una discusión que abarque cuál es el rol de la minería del cobre para que no termine siendo solo una actividad extractivista”.