No es para nada nuevo el tema de los llamados “superciclos” en el precio del cobre. Entre los años 2005 a 2014, según un estudio de los académicos de la Universidad de Chile, Ramón López y Gino Sturla, el fenómeno significó que en las 10 principales mineras del país la ganancia sea por más de 120 mil millones de dólares; es decir, casi un 85 por ciento del capital invertido.
Un repunte similar es lo que ha empezado a ocurrir hace algunos días, llegando incluso duplicarse el precio del metal rojo respecto del año pasado. Por tal motivo, este miércoles, el diputado regionalista, Jaime Mulet, anunció la presentación de un proyecto de ley que propone un impuesto especial para las exportaciones de la gran minería privada, esto tomando en cuenta que se trata de una situación excepcional para la cual las empresas no han realizado ningún esfuerzo.
“Fundamentalmente es un impuesto que se graba con el 10 por ciento cuando el valor del cobre supera los 3 dólares la libra, con el 20 por ciento cuando supera los 4 dólares, y con el 30 por ciento cuando supera los 5 dólares la libra. Este aumento de precio obedece fundamentalmente a una situación de escasez, de falta de oferta, y de una demanda que no se previó, de manera que el precio sube y sube de manera extraordinaria”, explicó el diputado sobre el funcionamiento del proyecto.
Para Mulet, a diferencia de lo ocurrido en el anterior superciclo, las ganancias generadas debieran ser compartidas por el dueño de los yacimientos, en este caso el Estado de Chile, y por las empresas que explotan las minas en concesión.
El economista y director del Programa Económico de la Fundación Chile 21, Eugenio Rivera, agrega a esto que en la actualidad Codelco ha perdido cierta relevancia en la producción nacional del cobre y que, además, la producción del país ha perdido relevancia a nivel mundial. Tomando en cuenta estos aspectos, según declaró a nuestro medio, se hace sumamente necesario no cometer los errores del pasado y aprovechar las regalías para financiar los procesos de modernización y de expansión de la producción cuprífera.
“El alto precio del cobre en la segunda mitad de la primera década del siglo XXI representó inmensas ganancias para las empresas privadas en los años 2006, 2007. Estas empresas prácticamente recuperaron su inversión en esos dos años y nosotros pagamos el hecho de que no hayamos establecido un real royalty, el impuesto específico a la producción del cobre fue algo muy débil. Se trata de establecer un royalty que permita que aquella parte que no depende del esfuerzo del empresario, sino que es propio de las riquezas naturales del país, vaya en beneficio del país”, explicó Rivera.
Por otro lado, quienes también han visto con buenos ojos la aplicación de este royalty, así como el incremento del precio del metal rojo son los propios gremios de la minería. Patricio Elgueta, por ejemplo, presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, conversó con nuestro medio y manifestó que esperan que el alza pueda repercutir también en las demandas salariales que tienen actualmente con Codelco.
“Nosotros esperamos de Codelco y de las empresas privadas, que estas ganancias sean equitativas hacia los trabajadores. Cuando el precio del cobre está bajo, se aprietan los cinturones y pagan los trabajadores; entonces, lo que esperamos es que con esta situación se nos considere también en el tema de los beneficios porque harto hemos aportado en la pandemia con respecto a mantener la continuidad económica del país”, indicó.
No obstante, pese a que desde dicha organización se apoya la idea de un royalty extraordinario a la gran minería, Elgueta insistió en que el tema es más profundo aún, y que por tanto se debería apuntar también a discutirlo en instancias como la Convención Constituyente. “Estamos trabajando para eso, tenemos mucho que decir allí”, sentenció.