Sin duda, desde un tiempo a esta parte, el tema de la libertad de expresión ha sido uno de los asuntos que más le ha generado críticas y cuestionamientos al Ejecutivo.
Y es que el actual gobierno se ha visto envuelto en polémicos casos buscando presionar el contenido que aparece en los medios de comunicación. Ejemplo de ello es el supuesto llamado telefónico a Chilevisión que habría realizado el Presidente Sebastián Piñera para criticar los constantes cuestionamientos que el periodista Julio César Rodríguez hace en el matinal.
También hay constancia del llamado que la asesora del Mandatario, Magdalena Díaz, hizo a los ejecutivos de La Red, en Miami, para recriminar la entrevista a Mauricio Hernández Norambuena y para presionar por el llamado “caso Enjoy”, donde estaría involucrado el jefe de Estado.
Más recientemente, la polémica se generó luego de que las Fuerzas Armadas expresaran su rechazo por una parodia a un militar en La Red. Para sumarle gravedad, fue el propio ministro de Defensa, Baldo Prokurica, quien respaldó a la institución castrense enviando una carta de apoyo a los uniformados.
Este último episodio generó un revuelo tal que el secretario de Estado fue citado a la Comisión de Defensa de la Cámara para dar explicaciones. En la instancia, la autoridad sostuvo que así como un medio tiene derecho a parodiar a los militares, los uniformados también tendrían derecho a expresar su molestia.
Ante esto, Radio y Diario Universidad de Chile conversó con Javiera Olivares, coordinadora del programa de Libertad de Expresión del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, quien lamentó la postura del Gobierno pues, a su juicio, las FF.AA. se salieron de su rol no deliberante y, como si fuera poco, amparadas por La Moneda.
“No solo es una confusión y desconocimiento, sino también yo creo en una mala intención respecto del enfoque que osan dar al ejercicio de la libertad de expresión las Fuerzas Armadas y, peor aún, en complicidad con el Gobierno”.
“Las Fuerzas Armadas, que es una institución que tiene la hegemonía del uso de las armas en el país, evidentemente, no representan lo mismo que cualquier ciudadano o ciudadana entregando su opinión”, advirtió la también ex presidenta del Colegio de Periodistas.
En ese sentido, Olivares afirmó que las FF.AA. no solo entregaron una opinión, sino que hicieron uso de una posición deliberante, buscaron amedrentar y atentar contra la libertad de expresión. Por otro lado, la institución castrense se dedica a intimidar mientras aun guardan silencio sobre las persecuciones probadas que han hecho a periodistas de investigación y sobre las violaciones a los derechos humanos tanto en dictadura como en el contexto de estallido social.
“No nos olvidemos que esto se produce en el marco de un cuestionamiento generalizado al ejercicio de la fuerza tanto de los policías como de los militares. No nos olvidemos que estamos en medio de una crisis social que, en la práctica, ha implicado el recrudecimiento a las violaciones de los derechos humanos por parte de las fuerzas de orden y seguridad. Y en este contexto de crisis, de crítica, de cuestionamiento a estos sectores, se producen este tipo de declaraciones que, además, son declaraciones bien curiosas, porque se produce una opinión respecto de cómo tienen que funcionar los medios de comunicación a través de declaraciones coordinadas y deliberantes, pero no se habla del monitoreo, persecuciones, pinchazos de teléfono que se hacen a periodistas de investigación, a activistas sociales, y que son hechos, justamente, por actores del Ejército, respecto de esto no hay ninguna referencia”, señaló la académica.
En cuanto a la actitud del Gobierno, Javiera Olivares señaló que no es de extrañar su conducta antidemocrática, su actitud violenta contra aquellos que lo cuestionan, pues el actual Ejecutivo ya ha perdido su capacidad de diálogo y, ante la evidencia, se ha encargado de coartar la libertad de expresión
“Yo creo que esa violencia, si bien ha estado presente desde los inicios de la transición pactada, es cierto que hoy ha recrudecido, y ha recrudecido porque, por un lado, hay un aumento del ejercicio de la crítica, de la opinión, de la expresión de la ciudadanía como de los periodistas y comunicadores, pero también ha recrudecido porque hoy hay un gobierno absolutamente perdido, que ha evidenciado que ya no es capaz de controlar a través el consenso, del acuerdo con la ciudadanía movilizada y, por lo tanto, utiliza la fuerza, el amedrantamiento”.
Al respecto, la académica alertó sobre la imagen internacional que proyecta el país, donde ya muchas instituciones y organismos han expresado su preocupación por la situación de la libertad de expresión en Chile.
“Está llamando la atención internacional. Hoy, internacionalmente, tenemos organismos de derechos humanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos está atenta a lo que está pasando en Chile, tal como, hasta hace poco, lo estaba atenta ante violaciones a otros derechos humanos, entonces, yo diría que aquí se está cimentando un camino complejo respecto de cómo Chile se está posicionando en materia de derechos humanos y de libertad de prensa y expresión”.
La periodista también recordó que, durante el estallido social, una de las mayores críticas de la ciudadanía fue la dirigida a los medios de comunicación. Para ella, esta crítica aun es totalmente válida pues, si bien reconoció numerosos intentos -sobre todo de medios alternativos- por cuestionar a quienes hoy ostentan el poder, aún los medios masivos están en deuda, por lo que llamó a realizar trabajos con perspectiva crítica, misma que ha estado ausente en los medios durante los últimos años.
“Yo creo que los medios masivos tienen todavía una deuda con asumir perspectivas más críticas de investigación, buscar las causas de los hechos y atreverse a hacer investigaciones que a veces resultan incómodas al poder. Creo que las experiencias de algunos medios que están abriendo sus líneas editoriales como, por ejemplo, La Red, o diversos periodistas de investigación de larga data que también han sacado trabajos muy interesantes, ilustran que se están haciendo esos esfuerzos por parte de algunos actores y actrices del mundo de la comunicación pero, obviamente, todavía no es suficiente”, finalizó.