En conversación con el director de Radio Universidad de Chile, Patricio López, el exjefe de la División de Seguridad Pública del Ministerio del Interior y actual Director Ejecutivo de la Fundación Chile 21, Eduardo Vergara, se refirió a los últimos casos de delitos violentos que se han registrado en nuestro país.
Durante las últimos días, hechos como el hallazgo de un cuerpo calcinado en pleno centro de Santiago o el presunto secuestro con torturas que se investiga en la comuna de Collipulli, han provocado preocupación y alertado respecto de la proliferación del crimen organizado en los territorios.
Al respecto, Eduardo Vergara sostiene que “no cabe la menor duda que Chile está viviendo un punto crítico respecto del comportamiento criminal” y agrega que “si lees el relato de lo que ocurrió en Collipulli, habla de prácticas extremadamente violentas y que se asemejan a lo que sucede en países de Centroamérica o México“.
Vergara recalcó que “el Fiscal Nacional nos recordó que los homicidios en Chile aumentaron un 20 por ciento en 2020 en comparación al año anterior” y añadió que esta situación es más compleja en las comunas bajo la jurisdicción de la Fiscalía Sur donde se ha registrado un 80 por ciento de aumento.
“Una de las tantas externalidades que ha provocado la pandemia es que el Estado se ha reducido en algunos territorios y esto lo ha aprovechado el crimen organizado para ir ganando terreno y ahora tenemos zonas a las cuales derechamente no llega el Estado”, enfatizó el analista.
Respecto de la crudeza de los crímenes, Vergara sostuvo que “la imagen que refleja el crimen organizado cuando ejerce acciones como ésta es mandar señales. Por eso en México cada tanto aparecen cuerpos colgados de los puentes porque la imagen refleja el poder y mostrar que esto es lo que te puede pasar y ese sufrimiento tiene que ver con la destrucción del cuerpo”.
En esa línea, el experto en seguridad recalcó que “siento que lo que correspondería es que estemos absolutamente escandalizados por el aumento de los homicidios y el poder que le hemos entregado al narcotráfico en Chile”.
Asimismo, el exjefe de la División de Seguridad Pública del Ministerio del Interior recalcó que “el Estado entrega todas las garantías para que el monopolio del mercado de la droga crezca” y enfatizó en que “además genera un círculo vicioso con el Sename y nuestro sistema penitenciario que no da opciones a los jóvenes para que no tengan otra alternativa que delinquir y de esa forma se genera un capital humano de facto para el narcotráfico”.
Otra de las falencias según Vergara es que “se genera un sistema que permite que las policías distraigan sus recursos en perseguir a los eslabones débiles de la cadena, abultando las detenciones, haciendo shows mediáticos de incautaciones, mientras que el gran narco se ríe porque tiene capital humano desechable y a él no lo van a tocar”.
En esa línea y a propósito de lo ocurrido en Collipulli, Vergara sostiene que “es una acción y un evento de la más alta importancia y preocupación, pero el narcotráfico y esas prácticas ocurren en todo Chile, pero adquiere una connotación especial porque ocurrió en ese territorio y eso da piso para que el Estado justifique más acciones de operación y control en la zona”.
“Cuando la fuerza policial es usada para justificar una lógica de vigilancia, control y castigo enfocada en intereses políticos, deriva en que la población se sienta abandonada y la policía termina siendo útil para mantener el orden político y no el bien común y ese es el último paso ante de caer al barranco de la perdida de legitimidad”, advierte Vergara.
Finalmente, respecto de la legalización del mercado de la droga, Vergara sostuvo que “lo que creo es que acá hay que regular las drogas y no hablo solo de la marihuana, también la cocaína, las drogas sintéticas. ¿Te imaginas si el dinero que actualmente genera el narco tuviese un impuesto del 19 o 18% y que ese dinero se invirtiera en prevenir y educar para que los jóvenes no consuman? Imagínate si en vez de perseguir esas plantaciones que están en las poblaciones, las personas pobres no se tuvieran que ver obligados a trabajar para sobrevivir”, reflexionó Vergara.
De todas formas, aclaró que “no basta solo con regular las drogas para terminar con la ilegalidad y la criminalidad, ésta seguirá existiendo, pero se disputará un territorio importante y una cantidad de recursos que, de otra forma, terminará en la compra de armas y de poder político en los territorios“.