Hugo Covarrubias, director del cortometraje Bestia: “Los festivales de cine todavía tienen que interesarse más por la animación”

En la animación, el realizador aborda la historia de Ingrid Olderock, ex oficial de Carabineros e integrante de la DINA, quien fue acusada de adiestrar perros para violar prisioneros políticos durante dictadura. “Más que hablar sobre la justicia que hubo o no con las víctimas de esa época, este es un ensayo sobre la maldad”, comentó el diseñador gráfico, cuya obra fue reconocida, recientemente, en el marco del Festival Internacional de Animación Chilemonos.

En la animación, el realizador aborda la historia de Ingrid Olderock, ex oficial de Carabineros e integrante de la DINA, quien fue acusada de adiestrar perros para violar prisioneros políticos durante dictadura. “Más que hablar sobre la justicia que hubo o no con las víctimas de esa época, este es un ensayo sobre la maldad”, comentó el diseñador gráfico, cuya obra fue reconocida, recientemente, en el marco del Festival Internacional de Animación Chilemonos.

El domingo recién pasado, el Festival Internacional de Animación Chilemonos concluyó su certamen 2021, reconociendo a la cinta Bestia (2021), pieza dirigida por el realizador nacional Hugo Covarrubias, como la mejor obra de la Competencia Latinoamericana de Cortometrajes Animados. 

De esa manera, el galardón cayó en manos de una película inusual para el género que hacía referencia a uno de los episodios más lúgubres de la dictadura chilena, es decir, el caso de Ingrid Olderock, ex oficial de Carabineros e integrante de la DINA, quien fue acusada de adiestrar perros para violar prisioneros políticos durante el régimen.

“Obviamente, siempre va a haber algo de denuncia, pero más que hablar sobre la justicia que hubo o no con las víctimas de esa época, este es un ensayo sobre la maldad”, comentó el director y diseñador gráfico detrás de esta obra. 

“Lo que pretende el cortometraje es imaginar cómo podía ser ella en la intimidad, en su soledad, en su relación con su perro, con su cuerpo y sus frustraciones. Sin tratar de empatizar con Ingrid, de alguna forma, uno trata de entender que ella estaba en un sistema donde quería hacerse valer y hacerse respetar”, dijo el director. 

¿Cómo nace la idea de crear una animación vinculada al caso de Ingrid Olderock? 

Hace algún tiempo, estaba conversando con Constanza Wette, quien es la directora de arte del corto, sobre nuevas ideas para realizar. Entonces, una idea era hacer algo con la subtrama de la historia de Chile, con personajes menos conocidos, menos oficiales y más oscuros. Una semana después, me junté con Martín Erazo de La Patogallina para también hablar de nuevas ideas y le planteamos algo casi igual, es decir, basarnos en historias ocultas de Chile para desarrollar una serie. Entonces, leímos Historia secreta de Chile y Los Malos. Ahí postulamos a Corfo y obtuvimos el financiamiento para desarrollar esa serie, lo que derivó en un teaser. Dentro de esos personajes estaba Ingrid Olderock y, naturalmente, le pusimos un poco más de ganas a esa historia. En lo personal, como director, me involucré mucho con este personaje porque tenía varias incongruencias mentales en las entrevistas que le dio a Nancy Guzmán. Me llamó mucho la atención eso y quise indagar un poco en su mente. 

Hasta entonces, ¿cuál era tu acercamiento con los temas de memoria y derechos humanos? 

Artísticamente, no había realizado algo tan vinculado a los derechos humanos. Obviamente, siempre he estado muy vinculado a eso y he tratado de apoyar cualquier causa de ese tipo. pero esta sería la primera vez que me aproximo a algo vinculado a esto. Si bien mis primeros trabajos hablan de mentes retorcidas y, que tienen que ver con algo político que pasó en el país, no había hecho algo directamente relacionado con esto. Pero mi aproximación fue más de autor, más cercano al thriller psicológico que algo biográfico y de denuncia. 

¿Cómo fue el proceso de ficcionar esta historia desde una perspectiva de género?

Ese es un tema complejo, porque hay que respetar mucho las posturas femeninas y feministas. Pero, al mismo tiempo, pensamos que tampoco tenía nada de malo contar los puntos de vista de mujeres que cometieron estos crímenes. Eso es lo interesante también porque, en esos tiempos, había mucho machismo y ella tenía que abrirse camino entre generales de Carabineros y del Ejército que estaban vinculados a todo este tipo de vejaciones y ella, obviamente, estaba en ese sistema. El cortometraje también habla un poco de eso. Hay capas de lectura que, de una u otra forma, dan cuenta de que ella estaba en una sociedad muy machista, un sistema donde quería hacerse valer y respetar. Por un lado, estaba la crianza que tuvo, que fue muy nazi. Sus papás eran de ideología nazi y ella también fue educada de esa forma y después entra en un sistema patriarcal y machista, donde no podía dejar ver su inclinación sexual. Finalmente, ella termina viviendo en un mundo de mucha soledad y una cosa lleva a la otra. En eso indaga un poco el cortometraje. 

La idea de profundizar en el carácter psicológico de los personajes, ¿es algo que te interesa desarrollar? 

Más allá de que funcione o no funcione, me parece súper interesante hacer esa indagación en seres perversos. Creo que uno puede aplicar esto a temas también de género, sociológicos, sociales, sociopolíticos o políticos directos. Es bien amplio ese espectro y lo que uno está acostumbrado a ver en el género político es quizás algo más contado con un narrador más omnisciente, no tan en primera persona o tercera persona. En este caso lo traté de abordar de una forma distinta. Ahí hay algo que sin duda genera interés por seguir trabajando en este estilo. 

hugo covarrubia

En la imagen el realizador, Hugo Covarrubias.

¿Cómo ves que la animación se ha vinculado a los temas de derechos humanos?

Los vínculos de la animación con los temas de derechos humanos son bien escasos. De alguna forma, Historia de un Oso tuvo que recurrir a recursos de la animación más familiar para contar una historia que es cruda, pero que termina con un final triste pero de esperanza. La animación siempre ha estado obligada a entrar en un público familiar y Bestia no busca agradar, sino que es algo bien crudo y que no termina muy bien. En este caso, fue tratado con cierto cuidado y respeto por las víctimas más que por quizás el público. Como creador uno tiene que tomar ciertas decisiones y tomé la decisión de que este corto no terminara bien. En la animación uno cree que tiene que entretener, en ese sentido, el riesgo que uno corre  quizás se multiplica, pero creo que hay que tomarlo porque si no, uno no va a poder ir avanzando como creador. Al arriesgarse se abren nuevas posibilidades y nuevos mercados también. En ese sentido, creo que se ha experimentado poco con el cine político en la animación, por lo mismo a veces se cae en los lugares comunes y son pocas las veces en que uno ve algo distinto. En ese sentido, creo que la animación chilena está un poco al debe con estos temas. 

¿Por qué contar estas historias distintas hoy? 

Estamos en una situación compleja. Fui a una librería a buscar un libro de regalo para una amiga y los libros de política estaban agotados, entonces, estamos tratando de buscarle significado a las cosas de otra forma. Esa búsqueda de significado también tiene que verse reflejado en los trabajos artísticos. En ese sentido, los comentarios que me han llegado acerca del corto dicen todo simboliza un poco algo en lo visual y narrativo, en cómo actúan los personajes, entonces, eso tiene que ver con una inquietud de quizás entender al ser humano desde distintos puntos de vista. 

¿Cómo ves que la animación ha ido ganando terreno en el circuito audiovisual? 

Se ha notado el cambio. Recuerdo haber postulado a festivales de cine en Chile con otros trabajos de animación y no siempre estaba la posibilidad. Por lo general, los trabajos de animación eran un poco más de autor, perteneciente a alguna universidad en específico. La animación un poco más tradicional no cabía tanto en los festivales. Pero los festivales de cine todavía tienen que interesarse más por la animación. No esperar que les vaya bien. Es fácil decir que uno está interesado en la animación cuando, realmente, no lo está. Los festivales de cine deberían estar mucho más atentos y ver cuales son los otros estrenos y estar pendientes, ofrecer estrenar. Si no pasa eso, no estamos entendiendo el crecimiento de la animación. 

Bestia4

El cortometraje Bestia también fue premiado en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy. No obstante, luego de su reconocimiento en el Festival Chilemonos 2021, podría iniciar una carrera por los Oscar. Aunque ahora lo primero es exhibir la obra en distintos festivales internacionales. “Sabemos que el cortometraje puede ser muy crudo para la academia, pero, de todas formas, nos vamos a entregar a esa ruta”, cerró el realizador.





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