El presidente conservador de 60 años ganó las elecciones presidenciales de junio en la primera vuelta con casi el 62 por ciento de los votos, pero también con una abstención récord. Sucede así al moderado Hasan Rohani.
Reanudar las negociaciones con las grandes potencias
La prioridad de Ebrahim Raisi es mejorar la situación económica mediante el fortalecimiento de las relaciones de Irán con sus vecinos inmediatos: “Hasta hoy, la máxima presión contra nuestro país no ha dado resultados. Estados Unidos debe revisar su política. Nuestra política exterior no se limitará al acuerdo nuclear. Como principio, buscaremos llevarnos bien con todos los países”, afirmó.
Pero también debe relanzar las negociaciones con las grandes potencias para el levantamiento de las sanciones estadounidenses, lo que podría dar un impulso a la economía iraní. A cambio, Irán aceptará limitar su programa nuclear.
Represión de los opositores
Varias personas han denunciado el papel de Ebrahim Raisi como fiscal en la tortura y ejecución de opositores políticos en la década de 1980. Además de los Muyahidines del Pueblo, la represión se dirigió a diferentes afiliaciones políticas.
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional pide que se investigue el papel de Raisi. Lo ha identificado como miembro de las comisiones de la muerte, que según ella fueron responsables de la desaparición forzada o la ejecución sin juicio de miles de disidentes en 1988.
Las Naciones Unidas deben intervenir ahora, afirmó Diana Eltahawy, directora adjunta de Amnistía para Oriente Medio y África del Norte: “Pedimos al Consejo de Derechos Humanos que establezca un mecanismo que recoja y conserve las pruebas para permitir futuras investigaciones judiciales de crímenes de derecho internacional”.
Por el momento, no se ha iniciado ninguna investigación contra Ebrahim Raisi. Pero estas acusaciones complican sus viajes. La semana próxima, un tribunal sueco juzgará a otro presunto miembro de las comisiones de la muerte, detenido en el aeropuerto de Estocolmo.