La economía mundial teme el derrumbe sistémico del sistema financiero de China, en caso de que Evergrande no cumpla con los acreedores y los bancos chinos. Uno de los pagos de intereses se vencía este jueves 23 de septiembre.
Sin embargo, la preocupación en Pekín parece más enfocada en dar una lección a los abusos que esta empresa ha hecho con el sistema de palanca que el Estado chino instaura para evitar el endeudamiento de empresas privadas como esta.
En la calle, el mensaje está claro, el gobierno chino no va a intervenir, primero por ser una empresa privada y, segundo, por las continuas advertencias que hizo a Evergrande y que la empresa pasó por alto.
Todo bajo control
A pesar de la preocupación mundial porque la crisis en este gigante provoque un tsunami en la economía mundial, Pekín aparenta tener todo bajo control. En las últimas horas, los inversores han incrementado su confianza y la compañía ha subido en bolsa.
Mientras, cientos de afectados, trabajadores y propietarios de viviendas a medio construir, se movilizan frente a las sedes de la compañía en diferentes ciudades chinas para mostrar su preocupación e incertidumbre.