Flavia Liberona sobre acuerdos emanados de la COP26: "Si no hay presión pueden quedar en la nada"

La directora ejecutiva de la Fundación Terram hizo un balance sobre los compromisos que se han adquirido en la cita internacional que se encuentra en sus jornadas de cierre, sosteniendo que aún hay materias en las que "vamos demasiado lento".

La directora ejecutiva de la Fundación Terram hizo un balance sobre los compromisos que se han adquirido en la cita internacional que se encuentra en sus jornadas de cierre, sosteniendo que aún hay materias en las que "vamos demasiado lento".

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP26 sigue en funcionamiento. Si bien el encuentro internacional tenía estipulado como fecha de finalización este viernes 12 de noviembre, el plazo fue prorrogado para este domingo 14 con lo que las negociaciones de la cita internacional siguen en pie luego que, la publicación de un primer borrador de declaración final, dio pocas luces de un esfuerzo internacional a la altura del desafío climático.

Y es que la estimación del documento daba cuenta que, aún cuando un centenar de naciones se dispusieron a cesar la desforestación y adoptaron medidas de descarbonización para así, reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, el total de estos esfuerzos no daría para mantener el aumento de la temperatura del planeta en los 1,5 grados Celsius. De hecho la tierra continuaría dirigida a los 2,7°, o bien, en el mejor de los escenarios a 2,1° Celsius.

Al respecto Radio Universidad de Chile conversó con la directora ejecutiva de Fundación Terram, Flavia Liberona, quien valoró el trabajo que ha desarrollado la Convención Marco de Naciones Unidas, la Secretaria Ejecutiva, Patricia Espinoza y el Secretario General del organismo, Antonio Gutiérrez, en cuanto han hecho enormes esfuerzos para alinear a los países de acuerdo a lo que dice la ciencia en el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático. No obstante a eso, hay materias en la que aún se presenta un importante rezago, señaló.

“Lo que ha mostrado esta COP pese a los esfuerzos es que no se logran alinear los países que más contaminan. Sin embargo hay algunas cosas positivas, no todo es completamente negativo, el problema es que estamos muy lentos y en ese sentido, los escenarios del aumento de la temperatura media mundial y con ello los desastres que podrían ocurrir, cada vez, se hacen más posibles si no se adoptan medidas drásticas y rápido y ahí todavía falta más compromiso de los países”.

Respecto a las falencias, Liberona reparó en el Fondo Verde del Clima, vale decir los 100 mil millones de dólares anuales que los países más ricos comprometieron a los países en desarrollo para su adaptación al cambio climático y su transición a economías de bajo carbono, un acuerdo que a este 2021 no se ha logrado materializar.

“Un punto que es súper relevante es cómo los países ricos ayudan a los países pobres que son estos 100 mil millones de dólares que andan dando vuelta para el Fondo del Clima y que los países ricos todavía no se comprometen con ese fondo, aún no se logra llegar  a los 100 mil millones. Hay países, Centroamérica, Chile, que somos muy afectados por el cambio climático entonces hay toda una discusión sobre cómo estos países se adaptan, o sea, se preparan para afrontar el cambio climático y en ese sentido es súper importante la cooperación internacional”.

Más de 100 líderes mundiales firmaron un acuerdo en el marco de esta COP para acabar con al deforestación de aquí al año 2030, al que también suscribió Brasil donde grandes porciones de la selva amazónica han sido deforestadas. No obstante la coordinadora de campañas de Greenpeace, Estefanía González, señaló que este pacto es insuficiente y que tampoco está a la altura del desafío que tienen los líderes mundiales en base al contexto.

Por otro lado, expertos han advertido que el año 2014 ya se firmó un acuerdo similar de deforestación que fracasó al al ser de carácter voluntario y legalmente no vinculante con la deforestación, de modo que la tala continuó a un ritmo alarmante. Al respecto la representante de fundación Terram señaló que si bien estas declaraciones son importantes en cuanto marcan un rumbo, hay que observar cómo los países realmente se comprometen con acciones materializando políticas nacionales y financiamiento a nivel local.

“Voy a ir al caso de Chile. Chile se puede comprometer, de hecho Chile firmó esa declaración a no seguir deforestando pero por otro lado en la política pública nacional nos damos cuenta que al Conaf autoriza planes de manejo para sustituir vegetación nativa por plantaciones de fruta y además que la Comisión Nacional de Riego junto al Ministerio de Agricultura dependen una prorroga a la Ley de Riego sin muchas restricciones para seguir regando esos paltos y uvas que están en las pendientes entonces una cosa es firmar el acuerdo y otra cosa es traducirla a la política nacional”, sostuvo.

En esa línea manifestó que los compromisos que se adoptan en contexto de estas citas internacionales deben fiscalizarse persistentemente por las ONG en cuanto “las declaraciones que se toman en las COP son relevantes porque marcan una guía pero si no hay presión pueden quedar en la nada“, manifestó.

Una atención que no debe perderse en materia de deforestación al ser un eje sustancial para efectos de reducir las emisiones, recalcó Liberona. Y es que, es manteniendo e incrementando la masa de bosques y vegetación -idealmente nativo- que se genera un equilibrio entre lo que se emite por actividades productivas y lo que la naturaleza es capaz de absorber y retener, subrayó.

Chile en vía de descarbonización

De acuerdo a la Estrategia Climática a Largo Plazo que presentó el gobierno para esta COP26, en la que se consideró un total de 407 metas y acciones concretas que buscan lograr la carboneutralidad en Chile de aquí al 2050, se plantea cerrar la totalidad de las termoeléctricas a carbón de aquí al año 2040, una disposición que ha sido criticada en cuanto se ha considerado que sentencia al país a 20 años de carbón.

Evidentemente el plazo de descarbonización se puede adelantar, esto tiene que ver con una voluntad política tanto del gobierno como de las empresas de hacer un cierre mucho más anticipado sobre el tema de las termoeléctricas a carbón y también sería súper importante en nuestro país que comenzáramos a conversar del cierre de las termoeléctricas a gas. Hoy día tras esta primera declaración pública y acuerdo que hacen los países en el cual Chile no se pronunció sobre el tema del gas, sería bueno saber si vamos a seguir supliendo la electricidad, la generación eléctrica con gas”, reparó.

Por otro lado, la representante de Terram indicó que el plan de descarbonización de Chile es de carácter voluntario entre las empresas y el gobierno de Sebastián Piñera, “nosotros no sabemos si después viene un gobierno distinto y si este plan voluntario se mantiene o no. Todo dice que sí, pero no está claro”, observó.

Del mismo modo, aún cuando algunas empresas han adelantado el cierre de sus termoeléctricas a carbón, todavía pueden hacer uso del estado de reserva estratégica, explicó, lo que implica que estas centrales quedan latentes por si el sistema las requiere.

“De hecho hace unos meses atrás vimos que el Coordinador Eléctrico Nacional pretendía poner de vuelta en funcionamiento Ventanas 1 y eso es porque hay algún problema en el sistema eléctrico según ellos y hace que una termoeléctrica tenga que volver a funcionar por lo tanto este cierre es relativo para quienes se acogen al estado de reserva estratégica”.

De acuerdo al plan de gobierno en lo relativo a la acción climática, se proyecta además que al 2040 el hidrógeno verde sea el 20 por ciento de la matriz de combustibles en el país. Iniciativa que fue matizada por la directora de Terram dado que este recurso requiere de una tecnología que consume grandes cantidades de agua, lo que se traduce a un riesgo para un país como este donde hay una notoria desigualdad en la distribución de este recurso vital.

En ese sentido consideró que el cambio debe apuntar a la lógica, dado que no se puede seguir viviendo igual, “eso es algo que a la ciudadanía no le gusta y que los gobiernos no dicen” mencionó. Al respecto sostuvo que China y Estados Unidos se basan en un modelo en que la tecnología va a poder suplir las cosas, pero el uso de nuevos mecanismos debe partir de la sabe de que tenemos que aprender a vivir con menos, “sobre todo las clases sociales que tienen más deben ser mucho más eficientes en su consumo y consumir menos”, indicó.





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