El lunes recién pasado, más de 50 organizaciones sociales firmaron una carta para respaldar la realización del festival Lollapalooza en el Parque O’Higgins. “Apoyamos todo emprendimiento e iniciativa que se muestre como vitrina tanto musical, cultural y deportiva que vayan de la mano con las áreas verdes de nuestro entorno”, indicaron frente a la polémica que deberá ser zanjada por medio de una consulta ciudadana. 

Sin embargo, pese a estas declaraciones que bien podrían augurar el resultado de ese sondeo, para Isabel Bravo, vocera de la Federación de Musicxs de Chile, la polémica está lejos de resolverse. En ese sentido, precisó que el tema es complejo e involucra más de una arista. Lo principal, dijo, es entender que este evento no beneficia mayormente a las y los artistas nacionales. Por el contrario, durante la actividad las y los músicos se ven enfrentados a situaciones complejas, sobre todo los técnicos, quienes deben sortear situaciones de precarización laboral.

“Con la productora que hace Lollapalooza, Lotus, tenemos un drama bien grande y, a nosotros, los músicos chilenos, no nos beneficia absolutamente en nada. De hecho, es una vergüenza el trato, es una vergüenza el pago, entendiendo la plata que ellos tienen”, comentó. “En el fondo, los montos menores siempre son para los artistas nacionales y para qué decir si hay un músico que ganó un premio para telonear a alguien. Como si uno viviera de la publicidad”, sostuvo Bravo.

Según la vocera de la Federación de Músicxs de Chile, entidad que hoy convoca a más de 8 mil artistas de todo el país, durante el desarrollo del festival se dan situaciones en donde las y los músicos no cuentan con servicios básicos como  catering o transporte. 

Sin embargo, pese a esta realidad, sostuvo que la realización del encuentro daría una señal importante, sobre todo, porque las y los trabajadores de la cultura hoy viven un momento difícil y de constantes retrocesos en el Plan Paso a Paso, lo que, inevitablemente, lleva a la suspensión de los eventos. A ello se suma la batalla por el incremento del presupuesto del sector, tema que es visto con preocupación por el gremio 

En esa línea, Isabel Bravo dijo: “Si logramos que Lollapalooza se haga, podemos apelar a que cualquier comuna nos dé un espacio para poder hacer cualquier actividad de cualquiera de los oficios y trabajos que está en el sector cultural, las artes y el patrimonio”.  

“La autoridad debería tener una consideración y apoyarnos como sector, darse cuenta de que, más allá de que esa productora no nos guste o de que ese evento sea internacional, Lollapalooza es un símbolo para decir que la cultura puede trabajar de nuevo”, agregó. 

Para la artista es importante que la institucionalidad adopte una posición mucho más activa respecto de la promoción cultural y manifestó que no se trata de enfrentar a la cultura con las organizaciones vecinales. “El municipio debería preocuparse de las medidas para que la gente no vaya en contra tuya”, subrayó. 

“Una vez más los perjudicados somos nosotros”, enfatizó la dirigenta y señaló que durante toda la crisis sanitaria los y las trabajadoras de la música han cargado con estigmas que han imposibilitado su desarrollo. Por ello, llamó a las autoridades a recoger la opinión de los gremios: “En ese sentido, la autoridad debe apoyarnos”, concluyó.