A 20 años de la llegada de los primeros prisioneros, Cuba exige el cierre de la base norteamericana de Guantánamo

El canciller de la nación antillana, Bruno Rodríguez Parrilla, señaló que el enclave militar en el territorio de su país representa la ignominia de dos décadas de atropellos a los derechos humanos. Este lunes, expertos de la ONU emplazaron a EE.UU. al cierre de la base naval.

El canciller de la nación antillana, Bruno Rodríguez Parrilla, señaló que el enclave militar en el territorio de su país representa la ignominia de dos décadas de atropellos a los derechos humanos. Este lunes, expertos de la ONU emplazaron a EE.UU. al cierre de la base naval.

El 11 de enero de 2002 fueron trasladados a la Base Naval de Guantánamo, en el oriente de la isla de Cuba, el primer grupo de prisioneros detenidos por tropas norteamericanas en su denominada “lucha contra el terrorismo” iniciada después de los ataques con aviones comerciales contra las Torres Gemelas y el edificio del Pentágono.

Desde entonces han pasado por ahí 780 personas incluyendo niños, muchos de ellos sometidos a diversos tipos de tortura, entre ellos privación del sueño, encierro en lugares estrechos y sometidos a altas temperaturas, además de la técnica del “submarino seco” o waterbording como se le define en la terminología de la inteligencia estadounidense.

Al cumplirse 20 años de este episodio, el canciller cubano Bruno Rodríguez, emplazó una vez más a las autoridades norteamericanas al cierre del recinto militar.

“Base Naval de EEUU en Guantánamo alberga historia de 20 años de ignominia”, escribió Rodríguez en su cuenta de Twitter, donde emplazó: “Póngase fin a esa cárcel atroz”.

Ya el lunes un grupo de expertos en derechos humanos de Naciones Unidas pidió al Gobierno de Joe Biden el cierre de la base militar el que consideraron como “un símbolo de la falta sistemática de la rendición de cuentas y prohibición de torturas patrocinada por el Estado”.

Además, solicitaron que los 39 detenidos que permanecen en el recinto sean devueltos a sus hogares o enviados a terceros países, además de entregar reparación a quienes han sido torturados y mantenidos privados de libertad arbitrariamente.

La última liberación de un prisionero detenido en la base norteamericana se produjo durante el verano boreal bajo la administración de Joe Biden, aunque el silencio que ha mantenido el mandatario estadounidense en este luctuoso aniversario número 20 ha generado inquietud en quienes exigen el cierre de la cárcel.





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