Dedicado a quienes aún echan de menos las noches de música y vino caliente en el Café del Cerro, y a quienes deseen conocerlas, en abril será el lanzamiento del libro Miles de voces dirán que no fue en vano, que cuenta la historia del local y hace un recorrido por los tipos de música y arte que pasaron por su escenario. Investigado y escrito por la periodista de cultura María Eugenia Meza, cuenta en parte con el apoyo del Fondo de la Música del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Tal como su nombre lo indica, la narración es un relato coral en el que confluyen las voces de más de 100 artistas, gestores culturales, periodistas y más de cincuenta asistentes regulares al local, que entregaron sus testimonios mediante el Fanpage del Café en Facebook. A ello hay que sumar citas a artículos de prensa de la época, obtenidas en la revisión de medios entre 1982 y 1992 y posteriores, los últimos correspondientes a los diversos homenajes que han destacado la labor de la sala, a partir de los años 2000.
“El trabajo fue como abrir una muñeca rusa. Mientras más investigaba surgían más y más artistas y diferentes tipos de música que se presentaron allí, así como obras de teatro, piezas de danza, citas con el folclor, jornadas poéticas. La prensa, tanto la alterativa como la oficial, recogió estas actuaciones y prácticamente todas las semanas había dos o tres notas publicadas, más la cartelera. Aunque es cierto que el Café del Cerro fue el epicentro del Canto Nuevo, también lo fue del pop y del jazz. Los primeros recitales de La Ley fueron allí y el pre-lanzamiento del casete “Pateando piedras” de Los Prisioneros congregó a la mayor cantidad de público que hubo en el local: más de 400 personas”, dice su autora.
En lo que al jazz se refiere, todas las más importantes bandas y formaciones estuvieron presentes. Desde un paseo por la historia de esta forma musical, protagonizado por Luz Eliana, la gran cantante de la Nueva Ola, reconvertida en ladycrooner, hasta la vanguardia de Fulano, Trifusión, Congreso y Ensamble (por nombrar algunas) pasando por los diversos grupos y estilos cultivados por los míticos hermanos Lecaros (Roberto, el maestro, y sus hermanos Pablo, Mario y Nené).
Para Mario Navarro y Marjorie Kusch, sus dueños y gestores, llenar la parrilla del Café, abierto de lunes a sábado y a veces, e incluso en domingo cuando realizaban jornadas solidarias, fue un trabajo que supuso una curatoría establecida sobre la base de mucho conocimiento de la escena musical de la época, mezclado con intuición y gusto personal.
Respecto de ello, Mario Navarro explica: “La selección era espontánea y nos resultaba difícil decirle que no a alguien. Los artistas que tenían éxito estaban una vez al mes o los repetíamos con mayor continuidad. Pero a otros, los probábamos. Hubo muchos artistas que estuvieron solo una o dos veces. Y había mucho, pero muchísimo, de gusto personal. Igualmente, siempre planteamos que el Café era una fuente de trabajo, para nosotros y para los músicos. Teníamos un compromiso, pero el objetivo era sostener una fuente de trabajo, lo cual era en sí un objetivo político: dar un aporte económico y publicidad a los artistas era también un asunto político”.
Quienes estarán en el recital
La selección de los artistas que se presentarán en el recital –que tendrá lugar en el Teatro Caupolicán, el 8 de abril a las 19:30 horas– responde igualmente a esas lógicas curatoriales y reunirá a parte de las voces más emblemáticas de entre los artistas que estuvieron en el Café. Y, posiblemente, a los favoritos del público cafetero.
Congreso, Schwenke y Nilo, Sol y Lluvia y Arak Pacha mostrarán los variados estilos que era posible escuchar en el Café en materia de grandes grupos. Cecilia Echenique y Carmen Prieto representarán a las mujeres que cantaron allí; Luis Le Bert recordará a Santiago del Nuevo Extremo y Claudio Narea aportará los sonidos de Los Prisioneros y Profetas y Frenéticos. Y ambos mostrarán sus talentos personales. Y si de esos talentos se trata, no podía faltar el aplaudido y premiado Eduardo Gatti, que mantuvo el primer lugar de asistencia de público desde el inicio hasta el cierre del local. Como en el Café la mezcla de música y humor estuvo siempre presente, conducirá el recital Pippo Guzmán, habitual animador de la sala, en sus diversos horarios (vermú, prime y trasnoche) y el humor político lo pondrá Ricardo Meruane.
Una parrilla de antología, con artistas siempre vigentes, a la vez que representativa del arte contestatario de la época, así como del local que inauguró las noches bohemias del Barrio Bellavista. Un lugar que fue un espacio de libertad, en años duros y a la vez llenos de esperanza.
Las entradas para el recital están a la venta desde hoy en el sistema Puntoticket y el libro estará disponible en algunas librerías y por Internet, desde su lanzamiento, en abril.