El giro diplomático del Gobierno de España, encabezado por Pedro Sánchez, provocó una convulsión política en ese país. El viernes por la tarde, Marruecos anunció que Sánchez comunicó al rey Mohamed VI que España entregaría su apoyo a la propuesta marroquí sobre la autonomía para el Sáhara. En la misiva hecha pública por el Gabinete Real del país africano, Sánchez subrayó que “reconoce la importancia de la cuestión del Sáhara para Marruecos” y, por ello, “España considera la iniciativa marroquí de autonomía, presentada en 2007”.
Incluso, el Presidente del Gobierno de España destacó “los esfuerzos serios y creíbles de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución mutuamente aceptable”, y valoró que “los dos países están indisolublemente unidos por afectos, una historia, una geografía, intereses y una amistad compartida”.
Sin embargo, la propuesta marroquí apenas contempla algunas competencias para el pueblo Saharaui, y no reconoce el anhelo de independencia que reclaman. Una proposición alejada, incluso, de las resoluciones presentadas por las Naciones Unidas, que durante años han llamado a la realización de referéndum de determinación del pueblo Saharaui.
Durante el fin de semana, desde Unidas Podemos y el Partido Popular hasta los aliados del Gobierno de España reprocharon su accionar y denunciaron la falta de información en torno al acuerdo. Entre las críticas se asomó el futuro líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien acusó a Sánchez por tomar una “decisión unilateral” y lo catalogó de “soberbio”, ya que la decisión compromete “la credibilidad exterior que se ha ganado España”.
Asimismo, Núñez Feijóo aseguró que desde el Partido Popular observarán las reacciones de Argelia y las Naciones Unidas debido a este giro diplomático. “Un cambio drástico en política exterior es una temeridad sin el apoyo suficiente”, dijo.
Mientras que el presidente del comité organizador del congreso de abril del Partido Popular, Esteban González Pons, pidió explicaciones al Ejecutivo español y enfatizó que “debe en este momento explicarse, le debe explicaciones a todo el mundo, a Argelia, a Marruecos, a los saharauis y sobre todo a los españoles”.
Además, las críticas al acuerdo también aparecieron desde el sector de la centro derecha española. Una de ellas vino desde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien a través de su cuenta de Twitter condenó lo ocurrido y lamentó la decisión del Presidente del Gobierno de España. “¿Con qué derecho? ¿En qué programa electoral venía? ¿En qué parlamento lo ha discutido?”, cuestionó.
Por su parte, la Fundación FAES, presidida por José María Aznar, se sumó a las críticas por el apoyo de Pedro Sánchez al rey marroquí y, al mismo tiempo, hizo hincapié en que el pueblo de España conoció la nueva postura del Gobierno español a través de la publicación de la misiva realizada por el Palacio Real de Marruecos.
Y el rechazo a la nueva postura de Sánchez también vino desde jóvenes saharauis con nacionalidad española quienes, en su gran mayoría, llegaron como refugiados al territorio español. En ese contexto, aseguraron que la decisión les provocó “frustración, vergüenza y una sensación de desamparo”, y cuestionaron que, con el giro del Presidente del Gobierno, España “nos han vuelto a vender” luego de apoyar la propuesta marroquí.