En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el sociólogo y analista político, Axel Callís, abordó la relación entre las dos coaliciones de gobierno; Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático, a propósito de la tensión que han instalado parte de los legisladores socialistas y del Partido Por la Democracia por la falta de incidencia del Gobierno en el acuerdo al que arribaron las mayorías de la Comisión de Sistema Político de la Convención Constitucional.
Un diseño que fue visado por la Comisión 1 con 17 votos a favor, 5 en contra y 3 abstenciones y que finalmente reemplazaría el Senado -en el caso que el articulado concite los 2/3 del pleno en su votación general y particular- por una Cámara de las Regiones, constituyendo un bicameralismo asimétrico y un presidencialismo atenuado, por la vereda del Ejecutivo, suprimiendo del informe original la figura del vicepresidente de la República y la del ministro de Gobierno.
Una fórmula ad portas de ponerse a prueba en el plenario de la Convención que ha exacerbado el disgusto de los actuales miembros del oficialismo en la Cámara Alta. Esto considerando que algunos esperaban que Jackson lograra acordar algunas garantías respecto al establecimiento de normas transitorias que permitan a los parlamentarios del Senado cumplir íntegramente su período.
Pero en cuanto a los emplazamientos, el Gobierno ha hecho hincapié en la autonomía del órgano redactor, lo que genera dudas respecto del respaldo DC y fundamentalmente del Socialismo Democrático para hacer frente a los 25 votos que tiene la derecha en la corporación.
Abordando este escenario, Callís, consideró que la molestia en torno a la decisión por eliminar el Senado no es transversal al Partido Socialista sino a algunos senadores que han enarbolado casi una defensa corporativa, lo que tendría relación con la elección de Elizalde a la testera del Senado.
“Yo creo que el presidente del Senado, o a lo mejor el Partido Socialista, se logró un acuerdo en base a que él iba a defender en su colectivo y en los ámbitos que él pueda la subsistencia del Senado pero eso está absolutamente fuera del alcance“, señaló.
Y es que independientemente de la reprobación que pueda provocar las modificaciones que nacen del órgano redactor, “la Convención tiene una legitimidad absolutamente autónoma y constituyente”, aseveró Callís, lo que hace imposible que el Ejecutivo pueda interceder a su voluntad.
“En términos prácticos yo creo que en el Gobierno no tienen ninguna posibilidad de interferir en los constituyentes. O sea podrá tener una influencia en algunos convencionales pero si es por eso, la mesa actual no sería la que es. Entendemos que el Frente Amplio y el Colectivo Socialista intentaron parar una mesa y fracasaron entonces no es mecánica la influencia que tenga el Gobierno sobre los constituyentes, los constituyentes se mandan solos y ahí lo que suceda entre el PS y el Gobierno no creo que pueda ser endosable por parte de los parlamentarios a lo que suceda”, señaló.
Bajo ese entendido, el sociólogo dijo no estar de acuerdo en que los senadores estén ejerciendo una presión sobre el Gobierno para efectos de que interceda en el debate constituyente.
“No creo que el Senado esté molesto, yo creo que hay senadores molestos, que son distintos. Yo creo que se ha intentado una suerte de defensa corporativa por parte sobre todo de la UDI, del PS, de algunos PPD y DC también, o sea creo que hay un grupo importante de senadores que están molestos con lo que suceda pero que esos senadores entiendan que el responsable es el gobierno, eso no lo comparto ni lo creo, porque eso es no entender lo que está pasando en la constituyente“, consideró.
Aquilatando la convivencia entre los dos conglomerados que constituyen el Gobierno, Callís consideró que el esquema que impulsó Boric seguirá evidenciando complejidades en el futuro en la medida en que ambas coaliciones se encuentran mancomunadas principalmente por voluntades.
“Es una relación mucho más de deseo por parte del Presidente que de una relación construida sobre la historia. En la política, las relaciones se arman en la historia, no se arman por los deseos. Recordemos que hace menos de un año hubo un portazo de parte de Apruebo Dignidad para las primerias y no hay una historia de haber trabajado juntos entonces es no es un problema de cuajar, es que no existe la historia en conjunto entre ambos y va seguir generando diferencias y desajustes porque las culturas de pacto se forman en las elecciones, a lo largo de mucho tiempo”, señaló.
En lo relativo al acuerdo alcanzado por la comisión de Sistema Político, el analista consideró que si bien hay aspectos a mejorar, “es un buen primer borrador”.
“A mí no me molesta la Cámara Regional como una expresión de personas que representan territorios y no proporcionalmente a las regiones. Me hubiera gustado el ministro de Gobierno porque creo que hay que transitar hacia algo un poco más parlamentario”, observó.
En cuanto a los puntos débiles, Callís afirmó que “el tema que deje en el aire y a sujeción de lo que es la ley lo de la homologación entre un movimiento social y partido político, no me satisface. Creo que los partidos políticos tienen que ser reformulados, de hecho por una nueva ley pero, a desaparecer… Ningún país ha encontrado nada que sustituya a un partido político hasta el día de hoy. Tampoco me gusta como se resuelve algunos temas de las diversidades, es un poco ambiguo y creo que no corresponde en toda instancia poner esas categorías”, sostuvo.