En conversación con los periodistas Claudio Medrano y Juanita Rojas, el co-coordinador de la comisión de Normas Transitorias de la Convención Constitucional, Eduardo Castillo, abordó los últimos debates y votaciones que han ido afinado detalles del texto constitucional propuesto por el órgano redactor, como lo es la aprobación de la comisión del quórum de 2/3 para realizar reformas a la nueva constitución en el marco del plebiscito del 4 se septiembre hasta la renovación del nuevo legislativo, que se renovará el 11 de marzo del 2026, incluidos a todos los y las actuales senadoras, independientemente de la fecha de su elección.
Es así que las elecciones para constituir el Congreso de Diputadas y Diputados, junto a la Cámara de las regiones se realizarán en noviembre del 2025, explicó el convencional del colectivo del Apruebo. Un proceso al que podrán optar los senadores y senadoras en ejercicio sin el límite de reelecciones de la Constitución vigente, indicó, dando cuenta además del período fijado para el nuevo legislativo.
“Este poder legislativo así elegido va a durar tres años, porque la nueva constitución establece que asumido el presidente de la República al 11 de marzo del 2026, al tercer año es la elección parlamentaria. Entonces esos parlamentarios que comienzan el 11 de marzo del 2026 van a durar hasta el año 2029. Ése es el ritmo y después el próximo Presidente, o si es que se re-elige el del 2026, el 11 de marzo del 2030 va a asumir y el 2033 habrá nuevas elecciones del poder Legislativo”.
En cuanto al quórum visado en la comisión, el representante del distrito 23 acotó que los 2/3 para las reformas constitucionales corre para este período hasta el 11 de marzo del 2026, lo que es complementario con la norma permanente de la nueva constitución en el que las reformas a la Carta Magna se rigen por ley simple. Así todo “en materias importantes como derechos fundamentales, régimen político, sistema electoral, tiene que ser por los 4/7 y someterse a plebiscito”, indicó Castillo, acotando que “en el caso de que el Congreso quiera evadir el plebiscito, debe concitar los dos tercios”, añadió.
Ahora bien, Castillo dijo dudar respecto a si esta definición de la Comisión será visada por el pleno. “Puede suceder evidentemente, pero eso no está decidido y hay que ver el comportamiento de los grupos políticos”, reparó.
“Si no alcanza los 103 votos en el pleno, ese tema vuelve a la comisión y la comisión tendrá que hacer una propuesta ya evidentemente no de los 2/3, ya que el pleno la rechazó. Entonces va a tener que hacer una propuesta distinta y ahí pareciera ser que la que reúne más consenso es la de los 4/7“, sostuvo.
En atención a las críticas que han enarbolado desde la derecha y la ex Concertación, desde donde se ha considerado el guarismo como poco democrático y un candado a la nueva constitución, el convencional consideró que si bien el actual es un período de indecisión, señaló que “lo que resulta ciertamente ilogico es que la constitución se pueda modificar con el mismo quórum de una ley simple”.
“En la Constitución del 25 era muy flexible, pero a pesar de todo tuvo muy pocas modificaciones, 11 modificaciones en sus casi 50 años de vigencia, pero aún así ella exigía la mayoría absoluta de los diputados y senadores en ejercicio y después una formalidad en el Congreso pleno que lo aprobaron todos los diputados y senadores juntos, pero lo que veo ahora es que no puede una constitución ser modificada por el mismo quórum que una ley simple por lo tanto tenemos que subir a la mayoría absoluta de los integrantes del poder Legislativo o bien, a los 4/7 o a los 3/5 que es la otra alternativa”, manifestó.
En otra materia, el convencional criticó el llamado a “aprobar para reformar” en cuanto solo se ha dado a conocer el borrador de la nueva constitución, por tanto, si bien hay que tener espíritu crítico frente al proceso, hay que hacerlo frente a la propuesta definitiva, señaló. En esa línea relevó materias trascendentales del documento.
“Hay señales importantes, que el Estado sea democrático social y que se ampliarán derechos sociales, eso es una cuestión central que se demandaba antes de este proceso. La descentralización también, que se consagra con una perspectiva de largo plazo que significa llegar a un Estado con regiones autónomas y desarrolladas. Entonces si tenemos esos elementos y podemos citar más, yo en el momento me inclino por el apruebo, pero porque hay esos elementos centrales”.