El Fiscal Jefe Centro Norte, José Morales y uno de los encargados del caso que condenó a los asesinos de la menor Tamara Moya, detalló algunos aspectos de la investigación como los patrones de conducta que tenían los imputados y posteriores condenados por el asesinato de la niña en Huechuraba.
“Eran adolescentes que tenían un historial delictual, habían sido condenados por todos los delitos de la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, habían tenido una carrera criminal en ascenso, desde los delitos de poca gravedad como los hurtos subiendo a los robos por sorpresa, pero ya habían comenzado a cometer delitos de mayor gravedad y ya ellos lo consideraban como su trabajo. Algo que nos llamó la atención era la forma en que se referían en el chat a lo que hacían”, contó a 24 horas.
Al respecto, Morales añadió que “lo grave es que lo habían normalizado y lo hacían parte de su diario vivir. No sólo lo normalizaban ellos, sino que lo que era más preocupante era su familia, que aceptaba esta ocupación que tenían esos jóvenes”.
Sobre el aumento de la participación de menores en encerronas y otros delitos violentos, el persecutor reconoció que “estamos fallando como sistema de persecución penal en lo que se requiere en este sentido, pero no sólo en este delito (encerronas), sino que en muchos más”.
En ese sentido, Morales mencionó que era necesario un mejor trabajo de Fiscalía con las policías y mejorar los sistemas informáticos de la Fiscalía. “Cuando la Fiscalía efectivamente hace un análisis completo de las evidencias y se relacionan evidencias de un delito con otro, tenemos buenos resultados”, aseguró.
Por último, sostuvo que “si uno ve las cifras de los últimos años, desde 2015 en adelante, la participación de los adolescentes ha disminuido, pero hay cifras que son preocupantes. Si revisan las cifras del 2022, las amenazas de adolescentes han subido al doble, ha subido la participación de adolescentes en abusos sexuales contra otros adolescentes y contra adultos”.