Italia se prepara para un eventual apagón

Del racionamiento eléctrico al corte de luz en las calles a ciertas horas, pasando por apagar la iluminación de los históricos monumentos de Roma, el gobierno de Mario Draghi prepara un plan de austeridad ante el temor de un corte total de gas ruso.

Del racionamiento eléctrico al corte de luz en las calles a ciertas horas, pasando por apagar la iluminación de los históricos monumentos de Roma, el gobierno de Mario Draghi prepara un plan de austeridad ante el temor de un corte total de gas ruso.

Resulta casi imposible imaginar el Coliseo, la Fontana di Trevi, la Piazza Navona o el Vaticano a oscuras por las noches. Pero podría ser realidad en un tiempo cercano. Es que el temor de que Rusia pueda utilizar el gas como un arma para amenazar a Europa se hace cada día más patente. Porque, aunque estaba ya previsto, al cierre  por mantenimiento del gasoducto Nord Stream 1 (a través del cual Moscú surte de gas a Alemania a través del Báltico), se sumó este martes una notable reducción del suministro a Italia y Austria, dos países altamente dependientes de la energía rusa.

La compañía italiana de hidrocarburos Eni -un 30% de cuya propiedad es estatal- informó que el gigante ruso Gazprom le comunicó que va a proporcionar sólo unos  21 millones de metros cúbicos de gas al día, frente a la media de más de 32 millones de las últimas jornadas, lo que implica enviar a Italia un tercio menos de gas diario.

No obstante, desde el estallido de la guerra en Ucrania que este tema se viene trabajando en il Palazzo Chigi, la sede del Gobierno de Italia y residencia del Presidente del Consejo de Ministros, donde saben que están contra el tiempo. De hecho, el Gobierno de Mario Draghi está concentrado en que la península sea completamente autónoma del gas de Moscú en 2024, puesto que hasta el 2021, Rusia era el principal suministrador de gas a ese país, representando un 40% del total de las importaciones.

Según los expertos gubernamentales, hasta ahora Italia ha logrado reducir esa dependencia al 25% gracias a acuerdos con países como Azerbaiyán y Argelia, que han aumentado sus envíos, aunque en poca proporción, pero también comprando más gas a países del norte de Europa y potenciando los tres regasificadores de los que dispone actualmente. Por lo pronto, Mario Draghi ya dio un paso en la consecución del plan para frenar el consumo, al limitar la temperatura del aire acondicionado en los edificios públicos a 25 C°. Por otra parte, el TAP (gasoducto TransAdriático), que lleva gas de los yacimientos de Azerbaiyán a través del mar Adriático, está llegando al máximo de su capacidad, por lo que Roma ya ha firmado contratos con República del Congo, Qatar y Angola.

Pero los italianos no son los únicos que están con el  gas al cuello. El poderoso grupo OMV, en Austria, el mayor consorcio petrolero y gasífero del centro y sureste de Europa, dijo estar recibiendo solamente un 30% del volumen del suministro de gas acordado con Gazprom. Viena compra a Moscú el 80% de sus importaciones de gas y ya recibía desde mediados de junio una cantidad mucho menor debido a una reducción de dos tercios de la cantidad que cruzaba el Nord Stream 1. La empresa rusa declaró que la merma se debía a problemas técnicos derivados de la falta de una turbina alemana Siemens, que estaba en reparación en Canadá y que Ottawa retuvo  como consecuencia de las sanciones políticas y económicas impuestas por Occidente al Kremlin debido a la guerra en Ucrania. Versión que políticos austríacos descartaron considerándolo como un pretexto ruso para un ataque económico.

También Berlin da muestras de una grave preocupación al respecto porque, si bien el cierre de Nord Stream 1 se realiza cada año en verano para asegurar el óptimo funcionamiento de las instalaciones, el escenario actual se ha tornado muy delicado y en el gobierno del canciller Olaf Scholz se preguntan si el cierre por mantenimiento del gasoducto es sólo provisional. En otros términos, Alemania teme que se produzca un corte definitivo de combustible si Vladímir Putin decidiera presionar a Europa por esta vía, una duda que se despejará el próximo jueves 21 de julio próximo, cuando debe terminar el período de mantenimiento del gasoducto.

Al respecto, el canciller Scholz consideró que la situación es “tensa” y “muy seria”, pero como Canadá finalmente accedió a enviar a Alemania la turbina que estaba en reparación y que mantenía retenida, la razón utilizada por Moscú para cortar el suministro a través de Nord Strem 1 ya no será válida, según Berlín.

Por ahora, Italia aprovecha los meses de calor para llenar sus depósitos antes de un invierno que se prevé muy difícil. El objetivo es que su capacidad de almacenamiento que hoy está a 64%, llegue en noviembre a un 90%, en un momento que no podía ser más crítico debido a la fiera ola de calor que asola el sur de Europa y cuando la sequía que atraviesa el país afecta a las centrales hidroeléctricas. Pero, al menos por ahora, los bellos monumentos y las viejas calles adoquinadas de la Ciudad Eterna continuarán iluminadas. Aunque nadie sabe hasta cuándo.





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