Fue una despedida popular, rodeado no solo de su familia, sino de sus vecinos, amigos y seguidores que cantaron a viva voz el repertorio casi completo de Boris Leonardo González Reyes, conocido como “Zalo Reyes”, el Gorrión de Conchalí.
Con cantos, llantos y vítores, una multitud se agolpó en el Gimnasio Municipal de la comuna para rendir homenaje al artista que enamoró a generaciones de hombres y mujeres que este martes vibraron con sus canciones “cebollas” que eran amplificadas por los parlantes y que, de verdad, muchos corearon con una “lágrima en la garganta”.
Emotivo, sencillo, colorido y, aunque parezca contradictorio, alegre. Porque el hombre así lo quiso, rodeado de los suyos, volviendo a los recuerdos de juventud, cuando escuchando un “Ramito de Violetas”, conocieron el primer amor.
“Zalo, amigo el pueblo está contigo”, gritaban en coro en el recinto, donde estuvo el féretro hasta que, pasadas las 15 horas, salió rumbo a su casa, en el Pasaje Zalo Reyes, donde sus vecinos lo esperaban con flores y globos blancos, antes de partir al cementerio, previo paso por la Pérgola de las Flores, donde otra multitud, de distintas comunas, lo esperaba también emocionada, con pétalos, fotos, pañuelos y banderas.
El adiós fue emotivo, acompañado de una caravana de vehículos, motociclistas, ciclistas, incluso, gente que corría al lado del cortejo fúnebre, cuando pasaba por las calles rumbo al cementerio.
A esa altura, cerca de las 5 de la tarde, “Con una lágrima en la garganta” ya era el himno oficial de la despida del Gorrión de Conchalí y donde, además, no faltó “El Pueblo Unido, Jamás será Vencido”, que gritaban los más jóvenes que se apostaron en Avenida La Paz.
Desde San Clemente, en la Séptima Región, llegó Maribel, 60 años. “Siempre preocupada, desde que Boris ingresó al hospital, pero el dolor más grande fue cuando estaba en la casa y escuché la noticia. Ahí dije sea como sea, voy al funeral de Zalo Reyes y llegué a las 5 de la mañana. Era un ídolo para mí, siempre estaba presente con sus canciones. Conocí a mi primer pololo con sus canciones, tenía como 14 o 15 años”, relató Maribel.
“Zalo deja un tremendo legado, invaluable para el país, no solo para la comuna de Conchalí. Me da mucho orgullo haber conocido a un tipo que siempre dijo soy de Conchalí. Nunca manifestó que quería salir para ir a Ñuñoa, Providencia o Vitacura. Era un tipazo, lo conocí en la casa de mi abuelo en la Provincia de Colchagua. Feliz de estar acá, me siento un poco representando a nuestra gente de provincia”, dijo por su parte, René, un jefe de seguridad que también sintió la partida del cantante popular.
Paula Martínez, otra vecina de la comuna, señaló que “es emocionante, es hermoso el cariño que le tiene la gente. Tengo unas primas que son chicas que cantan canciones de él, niñas de 18 años, que están en la universidad. Estoy feliz que se transmita por generaciones la música de Zalo Reyes, es maravilloso”.
María Castro, cuidadora de enfermos, no oculta su dolor por la partida del cantante. Con su voz entrecortada, nos dijo que “Zalo Reyes para nosotros es como de la familia. Fue una persona que siempre estuvo presente con nosotros, nunca nos discriminó, nunca nos miró en menos. Él dijo que iba a morir en su comuna y aquí murió y con su gente al lado, porque lo amamos de corazón, porque cuando estábamos caídos él nos levantaba. Por qué cree que hay tanta gente, porque fue una persona que no discriminó, nos quiso a todos. Si podía ayudar, nos ayudaba”
El alcalde de la comuna, René de la Vega, afirmó que “Conchalí está de luto. Falleció nuestro gran artista que siempre dijo que para él era un orgullo vivir en la comuna, el Gorrión de Conchalí. Lo vamos a echar mucho de menos, pero también tuvimos la oportunidad de reconocerlo en vida, con su pasaje, con el Festival que se llama Gorrión de Conchalí. Sin duda, Chile ha perdido un gran artista y los conchalinos también, pero también ha quedado demostrado con todo lo que se ve, cómo la gente canta sus canciones, como lo quería y estimaba. Un artista que va a quedar en la memoria colectiva de todos los chilenos y es parte de los hitos y de la música chilena popular criolla”.
El nieto del músico, Boris González, agradeció las muestras de cariño de sus seguidores, del pueblo. “Lo que quisimos hacer con tocar música fue equilibrar todo el cariño que nos dan, las buenas energías de todo este último tiempo que estuvo complicado. Y su buena energía no es de ahora, es de siempre. Esto simplemente fue para equilibrar el cariño de ustedes. Gracias a mi tata por haberme permitido, haber trabajado con él y estamos todos juntos, es muy bonito”, destacó su nieto.
En medio de la despedida, en el cementerio, está Carlos Rojas, 44 años, quien cantaba junto a los centenares de seguidores que llegaron hasta el Cementerio Católico de Recoleta, donde será cremado.
“Los temas son recuerdos de mi niñez, de mi infancia, cuando mis tíos escuchaban esa música, cuando se juntaban en familia y cantaban siempre estos temas. Los tengo siempre en mi memoria, en mi retina y me encantan estos temas, el cura de allá dijo, Zalo Reyes, creció, fue famoso y se quedó en su tierra, en su comuna, con los vecinos que lo vieron crecer”, expresó Rojas, quien reconoce estar emocionado con la despedida al cantante popular. “Emocionante, una despedida bonita. Él le cantaba al pueblo, a la gente, era feliz con la gente. Dicen que también ayudó a muchos que son mayores a enamorarse, a la conquista. Así que feliz, que en paz descanse”, añadió.
Fotos: Tito Carreño