En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el analista político y director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno, abordó los cierres de campaña del Apruebo y del Rechazo que tuvieron lugar en la región Metropolitana, y la diferencia entre la adhesión ciudadana que convocaron ambos actos.
Cabe destacar que en el caso del Apruebo, se desarrolló un evento cultural en la intersección de Santa Rosa con la avenida Libertador Bernardo O’Higgins, que concitó una concurrencia masiva de la ciudadanía cifrada en más de 500 mil personas desplegadas a lo largo de la Alameda. En tanto el Rechazo realizó una actividad en el anfiteatro Pablo Neruda, en el parque Metropolitano, que congregó solo alrededor de 400 personas.
Es así que la masividad del Apruebo en términos de la convocatoria que tuvo su cierre de campaña es un asunto que contrastó con los resultados de las encuestas de opinión, que sistemáticamente han dado por perdedora a la opción que visa la propuesta de nueva Constitución.
Sobre ello, Moreno explicó que existe una cultura y una tradición de capacidad de convocatoria de parte de los sectores progresistas y de la izquierda chilena que hace predecible el nivel de participación del cierre de campaña del Apruebo. “En contraste, el Rechazo muestra absolutamente lo contrario”, indicó.
Si bien, consideró complejo proyectar un cambio en la tendencia a raíz de este acto, aseguró que el hito genera réditos a la opción del Apruebo desde distintos puntos de vista. “Este tipo de actividades sirven para instalar nuevamente el optimismo, la posibilidad de que la elección todavía no está cerrada sino que está abierta; en segundo lugar, para aceitar, para preparar el despliegue territorial, porque esta campaña se va a decidir en quien tenga más capacidad de movilizar el día de la elección, y por lo tanto lo de ayer facilita eso”, afirmó.
Por otro lado, señaló que “hay un fenómeno estudiado que se llama el efecto de vagón de cola, o también conocido como el efecto de arrastre que lleva a algunas personas, especialmente al electorado blando que hay en cualquier cuerpo electoral, a tratar de imitar, a tratar de seguir la tendencia mayoritaria”.
“Mucha gente vio el acto ayer, hoy día lo está comentando, lo está conversando y eso podría tener un efecto de arrastre, de que mucha gente, que había tomado su decisión, por lo de ayer la confirmó, pero otros que estaban más dubitativos quieran no ser perdedores, no perder sus votos, y al ver la masividad del acto de ayer, probablemente esa gente también pueda moverse hacia la opción del Apruebo”, sostuvo.
En cuanto a la fotografía que entregó el cierre de campaña del Rechazo, Moreno indicó que, “en ese sector, donde mayoritariamente hoy día están los partidos de derecha, no hay una cultura de movilización, de actos masivos”. Además, a la falta de capacidad de convocatoria podría sumarse un fenómeno conocido como “espiral del silencio”, reparó, señalando a aquellas personas que “no expresan su opción por miedo a la crítica, al comentario, a la burla, a la funa de quienes están a su alrededor”.
“Lo de ayer ha sido una constante en toda la campaña, no es que ayer haya habido poca gente, siempre hubo poca gente en las movilizaciones del Rechazo, de las actividades que realizaban. No hicieron muchos puerta a puerta, casa a casa, no hicieron muchas actividades culturales, porque no está allí su fuerza ni pueden mostrarla y por eso no sabemos cómo se va a comportar la gente. Pueden muchos electores no estar expresando su opción de voto y eso solo lo vamos a poder saber el próximo domingo”, advirtió.
Respecto al cuestionamiento sobre el resultado de los sondeos, Moreno criticó el uso que se le ha dado a este instrumento en el último tiempo, en el sentido de hacer de la encuesta un “placebo de certidumbre”, calificó.
“En el último tiempo en Chile hemos estado mucho más orientados a simplificar la realidad. Un gran problema de la política y de la democracia es la simplicidad en los análisis y en lugar de complejizar la sociedad haciendo intervenir más factores en el proceso político, la élite, los centros de poder y los medios de comunicación se han dejado arrastrar por el espejismo de las encuestas. Los ciudadanos también, son espectadores y en ellos también opera una suerte de cierre cognitivo”, señaló.
“En Chile además yo agregaría que no se hacen estudios electorales, lo que tenemos son encuestas de clima, o estudios de clima, que es una cosa distinta”, añadió, “porque yo te pregunto sobre muchas cosas en estas encuestas especialmente las de panel y las telefónicas y entremedio te pregunto sobre evaluación presidencial, sobre comportamiento electoral, pero no son encuestas hechas para medir, para poder proyectar resultados electorales, porque las encuestas electorales son mucho más caras, requieren de una sofisticación metodológica distinta y por lo tanto lo que en Chile tenemos son estudios de clima y esos climas se van reproduciendo”, indicó.
En ese sentido, el analista político dijo creer que “hacia adelante va a haber que pensar en regular de mejor manera lo que pasa con los estudios de opinión“.
“Ellas, las empresas encuestadoras dicen que se autorregulan, pero yo creo que se requiere de algún tipo de mecanismo que efectivamente pueda evitar, como ha ocurrido ahora, y como ocurrió en plebiscitos tan importantes como el Brexit, en Reino Unido, que todas las encuestas daban a favor que el Reino Unido permanecería en la Unión Europea y resultó al revés y lo mismo pasó en Colombia el año 2016 con el plebiscito sobre los acuerdos de paz. Todas las encuestas sistemáticamente, igual que en Chile, mostraban que ganaría la opción que estaba por aprobar los acuerdos de paz y terminaron rechazándose”, comentó.
Respecto a este domingo, Moreno señaló que el resultado del referéndum tendrá mucha relación a la cantidad de personas, en el entendido que “mientras más personas vayan a votar el domingo, mayor nivel de posibilidad hay de que gane una opción por sobre otra, con un margen más bien estrecho”.
Proyectando la participación, Moreno indicó que “el piso son las personas que votaron en la última elección presidencial de segunda vuelta de noviembre, hace ocho meses atrás, que fueron 8 millones 400 mil personas, y el techo son las personas que han consultado en el Servel el cambio de su domicilio electoral. Ese es un dato que se maneja, cerca de 14 millones de personas han hecho consultas”.
Suponiendo que varias personas han consultado en más de una oportunidad sus datos en el Servicio Electoral, el analista vaticinó una participación “que vaya entre los 8 millones de personas y los 11 o 12 millones de personas que han consultado. Ahí debería moverse el rango de participación y ése va a ser el único predictor verdadero del resultado que tendremos el próximo domingo”, señaló.