El cambio de Gabinete efectuado en las últimas horas, tiene una característica particular: marca el giro del Gobierno hacia la centro izquierda tradicional. Así queda de manifiesto, tras la decisión del Presidente de sacar de la primera línea a sus “amigos”, Izkia Siches y Giorgio Jackson y, en su lugar, instalar a figuras de la transición democrática.
No hay que olvidar que el propio Gabriel Boric, en el marco de su intervención en La Moneda, dijo: “Los cambios de Gabinete siempre son dramáticos y a este no le ha faltado su dosis. Tenía que doler y duele, pero es necesario. Este es uno de los momentos más difíciles que me ha tocado enfrentar”.
A juicio de analistas, el ajuste ministerial da cuenta de una moderación de la administración Boric, empujada además por los resultados del plebiscito constitucional.
Marco Moreno, director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Central, advierte precisamente, que “el Gobierno lleva adelante un cambio en su diseño original que asumió hace seis meses. La incorporación del Partido Socialista y del PPD, al equipo político, al corazón, a la máquina de un Gobierno, es una señal inequívoca de que el Gobierno está buscando sintonizar con la demanda expresada en las urnas el domingo, de mayor moderación, de mayor gradualidad”.
Agrega que “hay un giro en el diseño original, en donde el Presidente lo que buscó es equiparar las fuerzas que tenían las dos coaliciones que sustentan su Gobierno: Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático; el PS; el PPD; los Radicales, Los Liberales y, eso, se expresa en la incorporación de estas dos mujeres como ministras de las carteras más importantes en la gestión del Poder Ejecutivo”.
Asimismo, el experto hace hincapié en que Boric en su discurso, se encargó de subrayar que “no hay una marcha atrás o un pie atrás”. A juicio del analista político, ”justamente para desvirtuar esta idea que se había ido instalando en las últimas horas de que los resultados del domingo iban a tener que llevar al Gobierno, probablemente, a partir de la realidad, a tener que introducir algunas modificaciones a lo que era su programa de gobierno”.
Espacio para morigerar las reformas
Por su parte, el analista político y académico de la Universidad Central, Nicolás Freire señala que el resultado del cambio de Gabinete, -más allá de las polémicas asociadas, como el eventual nombramiento de Nicolás Cataldo en la Subsecretaría del Interior y que levantó una ola de críticas en la oposición-, cuando uno ve los nombramientos en las carteras y cómo se movieron los ministros, “responde, correctamente, a mi modo de entender, a la oportunidad que tenía el Gobierno de recoger los resultados del último plebiscito”.
Freire recalca que “es un giro más hacia la centro izquierda y no tanto al programa original del Presidente de la República y la posibilidad de tener que conversar, más y mejor, tanto con una de las almas de la coalición como es el Socialismo Democrático, como así también, incluso, con la derecha, con la oposición”.
Según el analista, la designación de Ana Lya Uriarte en la Segpres, “no sólo viene a colmar un vacío que había dejado la figura de Giorgio Jackson que ya no tenía el crédito de negociación política, ni siquiera con algunos sectores del socialismo democrático. Ahí la cara más visible de Michelle Bachelet, del Bacheletismo que entra a provocar la conversación con sectores propios y con sectores ajenos, ahí es donde la conversación institucional se tiene que dar”.