Putin concede nacionalidad rusa a ex agente de la CIA

El presidente de Rusia firmó el decreto que otorga la nacionalidad rusa a Edward Snowden, el ex agente de inteligencia de Estados Unidos, quien reveló los programas de vigilancia masiva de las comunicaciones por parte del Gobierno de EE.UU.

El presidente de Rusia firmó el decreto que otorga la nacionalidad rusa a Edward Snowden, el ex agente de inteligencia de Estados Unidos, quien reveló los programas de vigilancia masiva de las comunicaciones por parte del Gobierno de EE.UU.

La decisión de Putin, rubricada el lunes en Moscú, está contenida en un decreto presidencial que aprueba conceder la nacionalidad rusa a varias decenas de personas de diferentes países, entre los que se encuentra el conocido operador de la CIA. “Snowden Edward Joseph, nacido el 21 de junio de 1983 en Estados Unidos”, es como aparece mencionado por su nombre completo y país de origen en la lista de los seleccionados para el procedimiento. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló a la agencia oficial RIA Novosti que Snowden había solicitado la ciudadanía con mucha anterioridad y Anatoli Kucherena -su abogado- reveló a medios locales que también la esposa del ex agente solicitará la ciudadanía rusa.

Pero, ¿quién es este hombre de actuales 39 años que, a sus 30, en 2013, hizo públicos a través de los periódicos The Guardian y The Washington Post, documentos clasificados como TOP SECRET por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), que incluían nada menos que los programas de vigilancia masiva PRISM y XKeyscore-34567…?

Edward Snowden es un consultor tecnológico estadounidense nacido en Carolina del Norte. Su padre fue un oficial de la Guardia Costera y su madre, residente de Baltimore, funcionaria del Tribunal Federal de Distrito de Maryland. Tiene una hermana mayor que es abogada. Cuando en 1999 la familia se mudó a Maryland, Edward, de 16 años,  decidió estudiar computación en un Community College de Maryland con el fin de conseguir la certificación GED y el diploma de licenciado en educación general. Según el periódico británico The Guardian, Snowden era muy meticuloso y dejaba pocos o ningún rastro de sí mismo en el entorno virtual. Tal vez mínimos detalles sobre su familia, nada de nuevas fotografías o actualizaciones en Facebook o Twitter “si es que tenía una cuenta”, y ninguna relación con sus ex compañeros de secundaria.

En 2004 Snowden se enroló en el Ejército de los Estados Unidos, pero debido a un accidente en que se quebró ambas piernas, fue licenciado y pasó a trabajar como guardia de seguridad de ciertas instalaciones secretas de la NSA en la Universidad de Maryland. De ahí a ser enganchado por la CIA hubo sólo un paso. En su primer trabajo para la agencia de espionaje estadounidense figura como “experto en seguridad informática”. Ya para 2007, la CIA lo destinó a Ginebra, Suiza, como “agente con protección diplomática”. Allí era responsable de administrar la seguridad de la red informática. Tras abandonar la CIA en 2009, pasó a trabajar para una consultora privada dentro de unas instalaciones de la Agencia Nacional de Seguridad en una base militar estadounidense en Japón.

Más tarde trabajó por un tiempo como administrador de sistemas para la empresa contratista de defensa Booz Allen Hamilton, dentro de la NSA, en Hawái. Booz Allen, con sede en Virginia, y con 80 oficinas en todo Estados Unidos, presta servicios de consultoría, gestión, tecnología y seguridad a agencias gubernamentales civiles y a agencias de la defensa e inteligencia, como contratista del gobierno o como contratista de la defensa.

En mayo del 2013 solicitó una licencia médica temporal como consultor de la Agencia Nacional de Seguridad en Hawaii, con el pretexto de recibir tratamiento para la epilepsia que manifestaba sufrir. Pero el 20 de ese mes voló a Hong Kong y se instaló en un hotel desde donde comenzó a filtrar una ingente cantidad de documentos y donde, también, concedió la ya célebre entrevista a The Guardian. Según su agente inmobiliario, Snowden y su novia habían salido de su casa de Waipahu, Oahu, Hawái, el 1° de mayo, sin dejar nada, ningún rastro o seña. A los pocos días el Departamento de Justicia de Estados Unidos calificó su actuación en la revelación del programa de vigilancia PRISM como un “asunto criminal” y eso habría gatillado la huida de Snowden desde Hong Kong a Rusia. Una vez en Moscú, solicitó asilo político a España, Venezuela, Bolivia, Cuba, Ecuador entre una veintena de países y, de hecho, Nicolás Maduro y Daniel Ortega le ofrecieron esa protección. Pero nunca se concretó su viaje a esos países.

The Washington Post informó, a su vez, que el motivo de las filtraciones era destapar el que Estados Unidos es un Estado que mantiene vigilancia sobre las personas. Profundamente decepcionado de las promesas de Obama, a quien había apoyado resueltamente en su primera elección en 2008, Snowden afirmó que éste “siguió con las políticas de su predecesor” (el reaccionario George W. Bush), según se lee en un documento que tituló “Manifiesto”, donde reconoce que finalmente fueron razones políticas las que motivaron su denuncia. En palabras de Snowden: “en conciencia no puedo permitir al gobierno de Estados Unidos destruir la privacidad, la libertad en internet y las libertades básicas de la gente de todo el mundo con esta gigantesca máquina de vigilancia que están construyendo en secreto”, señaló. Y concluyó agregado: “No tengo ninguna intención de esconderme porque sé que nada de lo que he hecho es incorrecto. La ley no reemplaza la conciencia”.





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