El 14 de octubre de 1973, en la madrugada, 14 jóvenes y adolescentes de Puente Alto fueron fusilados en el Puente Bulnes, en Santiago, Chile. Producto de ello, 13 de los ejecutados fallecieron, correspondiendo a 12 hombres y una mujer, siendo esta última una adolescente de 14 años, embarazada de 6 meses.

En el Memorial del Puente Bulnes, se puede ver una placa, costado izquierdo de la capilla abierta del sacerdote Joan Alsina, en recuerdo de los caídos de Puente Alto.

Los hombres ejecutados tenían entre 16 y 26 años de edad, correspondiendo en sólo tres casos, a mayores de edad, de 26 años, un caso, y de 23 años, en dos casos. Cabe señalar que, la mayoría de edad, a la fecha de la masacre era de 21 años. Por tanto, Carabineros de Chile, asesinó a 10 menores de edad.

Todos los asesinados eran de extracción popular, siendo la adolescente estudiante, y los hombres corresponden, en los casos identificados, a: un obrero textil, un electricista, dos pintores de automóviles, tres comerciantes y otro obrero.

Cuando fueron detenidos, ni tampoco después a sus familiares, la policía militarizada de Chile, les dio ninguna explicación, a las víctimas. Todos los casos están referidos al Informe Rettig, excepto los casos de NN, dónde se señala “probable”, y es la Segunda Fiscalía Militar, la que remite el cuerpo.

“Esta masacre constituye uno de los crímenes más alevosos cometidos por la dictadura cívico-militar de Pinochet y no puede quedar en el olvido”, sostienen los organismos de derechos humanos que convocan al encuentro.

Se ha invitado a participar en esta actividad, al Centro Cultural de DDHH Salvador Allende de Puente Alto, así como a la organización “Plantar Memoria”.