La hora de la despedida de Joan Manuel Serrat: una voz que acompañó el dolor y la esperanza de Chile

El artista catalán estuvo de manera relevante junto a aquellos chilenos y chilenas que vivieron las restricciones de la dictadura militar. A su vez, formó parte de una generación de cantautores comprometidos con la poesía y el cambio social.

El artista catalán estuvo de manera relevante junto a aquellos chilenos y chilenas que vivieron las restricciones de la dictadura militar. A su vez, formó parte de una generación de cantautores comprometidos con la poesía y el cambio social.

Uno de los cantautores españoles más populares e influyentes, con una trayectoria cuya valoración se ha extendido profundamente a toda América Latina, se despedirá de Chile en conciertos este 12 y 13 de noviembre en el Movistar Arena. Joan Manuel Serrat, el autor de Mediterráneo, Penélope, Cantares, Hoy puede ser un gran día y otras exitosas composiciones, se presentará por última vez en territorio nacional. 

Con su gira “EL VICIO DE CANTAR 1965-2022”, en la que ya ha tenido conciertos en México, República Dominicana, Colombia, Costa Rica, Venezuela, Argentina y en distintas localidades de España, el artista le dice adiós al público que ha compartido con él y su música durante más de medio siglo

En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile el locutor nacional conocido por su trabajo de difusión de la canción iberoamericana, Miguel Davagnino, destacó la conexión del cantautor español con el país“Esa complicidad se entiende cuando se sabe que Joan Manuel Serrat es catalán y que vivió la dictadura franquista, dos buenas razones para que él haya comprendido la realidad latinoamericana”, afirmó. 

Su debut en el territorio nacional lo hizo en el Teatro Municipal de Santiago en 1969, tuvo dos pasos por el Festival de Viña del Mar donde interpretó sus primeras versiones de Violeta Parra, Víctor Jara y otros clásicos latinoamericanos. 

 

El académico, periodista y autor del libro Los necios. Conversaciones con cantautores hispanoamericanos -junto al poeta Reiner Canales-, Dino Pancani, reconoció que las primeras visitas de Serrat se ajustan al proceso social que Chile estaba viviendo. Según el escritor, el músico “venía con un mensaje de una universalidad impresionante”.

“Serrat logra encarnar un tipo de canción latinoamericana en donde el verso, la letra, la historia es representativa de los acontecimientos y la cultura latinoamericana. La canción Fiesta o Muchacha típica, perfectamente pueden referirse a nuestras características culturales, esta mixtura entre el campo y la ciudad y la organización social que había”, declaró.

Por su lado, la escritora y crítica cultural, Raquel Olea, sostuvo que Serrat es parte de esa generación de cantautores españoles con “una gran influencia de la poesía y la literatura como Paco Ibañez y Lluís Llach”, quienes al igual que el autor estaban conectados con el progresismo y los valores culturales propios del humanismo. Mientras que para Chile el catalán tuvo gran relevancia porque cuando empezó su carrera musical “el país estaba en el proceso de la Unidad Popular, la expectativa y el horizonte que se abría”. 

“Lo que me interesó de él siempre fue su hermosa voz y empatía. Cantaba canciones de Antonio Machado o de Miguel Hernández y estimo que fue un gran cantautor”, afirmó Olea, quien vivió su exilio en Alemania escuchando las canciones de Serrat y otros trovadores de su época. 

Asimismo, Davagnino reconoció que así como Serrat “es un comprometido con la realidad latinoamericana”, mucho tiene que ver con aquella generación de chilenos y chilenas que después de presentarse en el 70 y 71 en Viña del Mar, no pudo verlo sino hasta 1990 luego del fin de la dictadura militar. 

Según el locutor radial, el cantautor ha mostrado “la gracia de tener un arte transversal, adecuarse a la realidad y la verdad de lo que está ocurriendo en el mundo”. Así, sostuvo que Defensa de la alegría, una de las canciones que interpretó Serrat en su regreso a Chile después del retorno a la democracia “significó el gusto de llenar los teatros o los lugares donde actuaba después de haber sido prohibido por la dictadura”. 

En ese sentido, Pancani recordó que en dictadura el compositor intentó ingresar a territorio nacional al menos dos veces aun cuando tenía claro que le negarían su entrada. 

“Tenía muy claro el punto solidario que quería y tenía que hacer, entendiendo que de ese modo mandaba un mensaje a la oposición y a la dictadura, a un público que veía en sus acciones, avalada por sus canciones, como actos de resistencia y de horizontes democráticos”, señaló. 

Canciones que marcaron los corazones de una generación

Para Raquel Olea pensar en Joan Manuel Serrat también es pensar en Antonio Machado y su poema Caminante no hay camino, el cual el cantautor usa como inspiración y como parte de la letra de Cantares, uno de sus grandes temas. De esa manera, la crítica cultural recalcó la influencia de la poesía en las composiciones del músico y cómo marcó toda una época de cantautores

 

“Cantautores comprometidos con la sociedad, la cultura y el cambio social. Cantantes de izquierda mientras Chile -y otros países de Latinoamérica como Argentina- estaban llenos de dictaduras horrorosas”, expresó. 

El también académico de la Facultad de Comunicación e Imagen, Dino Pancani, recordó que en su casa, en período de dictadura, sus padres tenían un tocadiscos y el álbum más preciado por su familia era el disco Canción infantil, de Serrat. “Probablemente por su fuerza, su interpretación y el mensaje que transmite”, la canción Campesina es una de las favoritas del periodista, que por cierto, es parte del repertorio de ese disco. 

Mientras, para Miguel Dagnino, “busqué, mirando al cielo, inspiración y me quedé colga’o en las alturas, por cierto al techo no le iría nada mal una mano de pintura”, letra de No hago otra cosa que pensar en ti, es esa primera canción que llena de melodía su mente cuando piensa en Joan Manuel Serrat.





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