La pasión de los argentinos por el fútbol se aprende desde la cuna y se agiganta con los años. Es un sentimiento compartido, a veces inexplicable. Aquí se ofrecen cinco claves para entenderlo.
1 – Al principio era el fútbol –
La génesis del fútbol en Argentina se remonta a mediados del siglo XIX, cuando fue introducido por marineros británicos en el puerto de Buenos Aires. Los criollos, sorprendidos, llamaban “los ingleses locos” a aquellos que corrían detrás de una pelota. Ingleses, galeses, escoceses e irlandeses fundaron clubes a la vera de las estaciones de los ferrocarriles que construyeron.
La Asociación de Fútbol Argentina (AFA) fue la primera que se creó en Sudamérica, en 1893, y la octava en el mundo.
Los criollos se adueñaron del fútbol. Le cambiaron el predominio de la fuerza física por una impronta basada en la habilidad, el ingenio, la magia, la picardía, la astucia y el engaño. Así se forjó una identidad que se transmitió hasta hoy en los Lionel Messi, Rodrigo de Paul, Julián Álvarez o Ángel Di María.
“En Argentina el fútbol se construyó como parte de una sociabilidad posible, con territorio (el barrio), a través de los clubes. Esa es su magnitud. Hay una memoria colectiva y personal que se comparte y que opera en estos momentos”, dijo a la AFP el investigador y doctor en comunicación Juan Branz.
2 – Varios ídolos y un D10s –
La gente se identificó enseguida con ídolos que representaban ese fútbol diferente. Así crearon leyendas como Vicente Zito, Natalio Perinetti, Francisco Varallo y Luis Monti, que encabezó una legión de argentinos nacionalizados italianos que dieron a Italia su primer campeonato del mundo en 1934. Aquellos grandes futbolistas deslumbraron al célebre cantante y compositor de tangos Carlos Gardel, quien los iba a ver a las canchas.
Figuras excelsas a través de los tiempos fueron Ángel Labruna, José Manuel Moreno, Tucho Méndez, Amadeo Carrizo, Ubaldo Fillol, Daniel Passarella, Mario Kempes, René Housemann, Gabriel Batistuta y Román Riquelme. Al Olimpo de las leyendas sólo había subido el símbolo histórico de la Albiceleste: Diego Maradona, y ahora se le unió Lionel Messi.
“Messi entró como Diego en el corazón de los hinchas. Demostró tener dotes de caudillo con su hermosa arenga en el vestuario antes de ganar la Copa América en Brasil-2021. Además de ser el mejor jugador del mundo, es una gran persona, un tipo muy querible. Mucha gente está contenta por Argentina pero también por Messi. Los que dudaban, lo han incorporado a su corazón”, aseguró a la AFP el historiador Felipe Pigna.
3 – Hinchas ilusionados –
Las hinchadas gestaron una mística de tribuna que se expandió a todo el mundo. Los hits argentinos se hicieron famosos en los Mundiales. ‘Muchachos’, con música de la banda de ska y rock La Mosca, para este Mundial, es cantado por 40.000 aficionados en Catar y por millones en plazas, bares y parques de Argentina.
La pertenencia a un club suele venir desde la cuna y de esa elección prácticamente nadie se arrepiente.
El escritor, profesor y periodista Ariel Scher lo definió así: “Podemos citar al escritor Roberto Fontanarrosa, a quien escuché decir que una de las razones por las que el fútbol nos fascina es porque cuando un 4 de tu equipo saca un lateral es imposible que estés pensando que debés un mes de facturas de luz. El fútbol es un juego y es una identidad y cuando transcurre, no estás para otra cosa”.
Pero también hay grupos violentos, una asignatura pendiente pese a las medidas que se han tomado y que incluyen la prohibición de público visitante en las canchas desde 2013. Para este Mundial, las autoridades elaboraron una lista de más de 6.500 argentinos a los que se prohibió el ingreso a Catar.
4 – Dos copas –
La Albiceleste conquistó su primera Copa del Mundo en Argentina-1978, al vencer a Holanda (3-1), en el apogeo de Mario ‘Matador’ Kempes, y la segunda en México-1986, al superar a Alemania (3-2), en el cenit de Diego Maradona.
Perdió las finales de Uruguay-1930 con los locales (4-2), y la de Italia-1990 (1-0) y Brasil-2014 (1-0) con Alemania. Lleva conquistados 15 campeonatos sudamericanos (Copa América), el máximo ganador junto a Uruguay.
5 – Obelisco, bandera y festejo –
El Obelisco, en medio de la muy amplia avenida 9 de Julio, es emblema de Buenos Aires, y desde 1978 el lugar de celebración futbolística por excelencia.
Con 140 metros de ancho, la vía inaugurada en 1937 e inspirada en los Campos Elíseos de París invita a la concentración de personas. Pero el escritor Matías Bauso explicó que el lugar se convirtió en destino natural de encuentro de los aficionados durante el Mundial Argentina-1978, en plena dictadura, cuando los partidos eran transmitidos en pantalla gigante y a color en los teatros de la aledaña Calle Corrientes.
En Rosario, la ciudad de Messi y de Di María, las victorias de la Albiceleste se celebran alrededor del Monumento a la Bandera, levantado a orillas del río Paraná, donde el general Manuel Belgrano la izó por primera vez en 1812.