Un pormenorizado análisis se ha desprendido del quiebre entre el Partido por la Democracia y el Partido Socialista, al menos respecto a la definición del pacto electoral de cara a la conformación del Consejo Constituyente. El divorcio del PPD y el PS se ha aquilatado como el cortocircuito del eje histórico de la centroizquierda de la ex Concertación, mientras que la incapacidad de arribar a una lista única ha sido cuestionada en tanto transparenta las persistentes desconfianzas al interior del oficialismo y por tanto, la inconsistencia de la autodenominada “alianza de Gobierno”.
Sin relativizar la importancia de este cisma, el sociólogo Alberto Mayol desdramatizó la definición a la que llegaron ambos partidos, en cuanto radica en una apuesta política necesaria bajo la aguda crisis de legitimidad del sistema político.
Si bien Mayol es de los que quita peso a los comicios de mayo y tiene pocas expectativas sobre el debate constituyente, considera que éste es un momento crucial para arribar a síntesis históricas y decisiones ideológicas en miras al mediano y largo plazo, revistiendo de sentido las acciones y superando la lógica exclusivamente electoralista.
¿Qué te lleva a desdramatizar el hecho que la izquierda fuera en dos listas?
Lo que pasa es que el argumento de que es dramático, que produce una seria lesión en la izquierda, todo eso me parece que es operar con una lógica de contabilidad del cierre del día y éste no es un momento para pensar tanto en el cierre del día, sino que es un momento para pensar bastante más allá. Estamos en un momento de redefiniciones del sistema político, necesariamente, porque la crisis de legitimidad fundamental es una crisis del sistema político. Esto no se entiende mucho por parte del sistema político y en este momento en que más bien se siente cómoda la derecha -y hace dos años se sentía cómoda la izquierda- dicen ‘bueno, vamos a sacar partido y podemos hacer lo que queramos y en el fondo, podemos poner a Hernán Larraín a cargo del comité experto’ y dices ya, esto es como una locura porque es jugar con la legitimidad nuevamente. Bueno, en ese contexto, hay redefiniciones que son obvias y en general, las jugadas de los actores no habían sido jugadas que tuvieran una apuesta y eso es muy importante en momentos de crisis.
En momentos de crisis tienes dos posibilidades: o te refugias en el pasado con todo y tratas de no moverte nada o apuestas al futuro y pones algo sobre la mesa. El refugio en el pasado lo intentaron durante 10 años, no funcionó, hay que apostar, eso es obvio y lo interesante aquí es que tanto el Partido Socialista como el Partido por la Democracia tomaron sus caminos, hicieron sus apuestas. Podría haber sido otra apuesta, no digo que sea exactamente la correcta, pero la apuesta que hicieron tiene sentido y tiene significado. Tiene riesgos, no significa que hayan hecho una cosa genial, fantástica o que va a ser políticamente exitosa, sino que tomaron riesgos y esos riesgos pueden salir mal.
Yo me acuerdo que Pablo Iglesias salió de la vicepresidencia de la República, se fue a ser candidato a Madrid haciendo una apuesta súper fuerte -y la apuesta era desde el punto de vista estratégico muy interesante- y salió muy mal, pero hizo la apuesta en el momento que correspondía apostar. Y esto es lo mismo. O sea, ambos partidos estaban haciendo una apuesta que es histórica porque el Partido por la Democracia y el Partido Socialista son, de origen, el mismo partido. El Partido por la Democracia era el nombre técnico que usaban para inscribir el Partido Socialista que estaba excluido de toda posibilidad de inscripción y por eso había un militante, incluso, que pertenecía y pertenece hasta nuevo aviso a los dos partidos, que es Ricardo Lagos. Y ese partido instrumental hace un nuevo ejercicio de poder autonomizándose de su historia y dice ‘nosotros no solamente perseveramos en el tiempo, al costado, pero diferente al Partido Socialista’, sino que ahora nos separamos por completo y hacemos un proyecto distinto y es interesante porque es una apuesta.
¿La apuesta es netamente electoral o estamos frente a una división del tipo doctrinario o ideológico? La presidenta del PPD, Natalia Piergentili consideraba que “esto es como que nos pedimos un tiempo” con el PS.
No, yo creo que aquí no se está pensando en lo electoral. De hecho, por eso hay tantos analistas que se centran en lo electoral que dicen ‘esto es un suicidio’ en términos electorales, pero estamos hablando de una elección cuya importancia es mínima. ¿Qué se elige con los miembros del Consejo Constituyente hoy día? La Constitución ya partió media redactada, la van a redactar además los expertos, o sea, va a llegar a ser validada en estas instancias y los acuerdos son de los partidos, por lo tanto, los partidos nombraron a los expertos y los partidos ofrecen los candidatos y es un juego, funcione o no funcione, dentro del sistema político. En este escenario lo importante es que sí es un momento crucial para establecer decisiones de mediano y largo plazo.
Ahora, si están pensando en el PPD que esto es tomarse un tiempo, es un error brutal, es demostrar que lo único que quieren hacer es intentar presionar al Partido Socialista y tratar de buscar la manera de hacer una demostración de fuerzas eventualmente que les permita decir ‘mira, te conviene más seguir por este lado’ y punto, pero eso es irracional, es subir sus bonos para un acuerdo posterior. Lo que es interesante -y me puedo estar equivocando porque es una lectura sobre los actos- es que hay una mirada de que los valores de la política chilena, de la ciudadanía, son valores que han encontrado un cierto asiento en miradas de centroizquierda y que en esa mirada de centroizquierda, en ese recuerdo no conmemorativo, no emocionado, no divinizado de la Concertación, pero con cierta reivindicación al quehacer concertacionista, construye un nuevo espacio político dentro del cual podría llegar el Partido Socialista de vuelta, pero no viceversa, porque el Partido Socialista no puede llegar de vuelta con el Frente Amplio al Partido Comunista a ese espacio. Entonces la gran pregunta es ¿Qué se hizo cuando se hizo esto? ¿Qué estuvo en claridad- no digo de las autoridades del Partido- sino de aquellas personas que fundamentalmente llevan el diseño estratégico de este proceso? Me imagino que las hay porque se ha notado mucho la mano en este proceso de Ricardo Lagos, de Guido Girardi, que son personas que han llevado a cabo esto, el esfuerzo de construir una alternativa distinta a lo que es el Frente Amplio.
Aquí hay dos partidos que han estado circulando alrededor del Frente Amplio que son el Partido Socialista por un lado y el Partido Comunista por el otro, y si bien el Frente Amplio hoy día es muy débil y el Partido Socialista es más fuerte en términos de quién es el órgano, la instancia, el elemento que permite el sistema gravitacional sigue estando en el Frente Amplio. Y ese sistema gravitacional, incluso si ganara Camila Vallejo, seguiría en el Frente Amplio, no en el Partido Comunista. Y si ganara el Partido Socialista una elección en este momento separado del resto de la ex Concertación, el Frente Amplio sería el que marcaría el orden gravitacional. Entonces, es bien importante a mi juicio la separación, pero no es dramática porque aquí se tomaron muchas decisiones en la historia de acuerdo con la famosa estructura que hizo Pepe Auth en su momento de ir en listas separadas para maximizar la cantidad de electos, de diputados y senadores electos o en las municipales. En fin, se enfocaron en estructuras distintas y esa gestión despolitizada, completamente electoralista, terminó en una crisis de sentido para la coalición. Esto me parece que tiene más que ver con buscarle un sentido a la acción. Si eso es así, me parece inteligente; si es un esfuerzo de corto plazo para chantajear, bueno, sería realmente espantoso.
Yo solamente quiero decirle que hay muchos indicadores para eso, distintos, pero de acuerdo a lo que yo trabajo, en el año 2022 se llegó al punto más bajo del sistema político, al más bajo desde que tenemos medición después de la dictadura. O sea, el 2019 con estallido social y todo no se llegó tan bajo. Éste es el momento más bajo del sistema político y por tanto, la idea de tomar decisiones de carácter propias de los partidos políticos, de los sistemas políticos, el jueguito de seguir tratando de ganar al rival de turno, no tiene ningún sentido. Hay que construir una plataforma política ideológica o al menos un posicionamiento claro con una oferta política relevante, ése es el único camino.
En el caso improbable de que a la lista del PPD, el PR y la DC le vaya bien en los comicios de mayo ¿Consideras que se formularía una nueva versión de los tres tercios, como tradicionalmente fue antes en la política chilena?
Es un misterio la verdad. Yo no diría que es improbable que les vaya bien porque uno está operando con números de una estructura anterior. En lo que sí tienen mucho problema es que no tienen lideres y no tienen nombres, salvo justamente si en el PPD sale Ricardo Lagos, pero no tienen nombres. La DC también quedó bastante dañada en ese sentido, es bien complejo. Sin embargo, en términos relativos, si yéndoles mal logran sacar un ocho o diez por ciento, la verdad es que ese porcentaje es muy decisivo. Si logran frenar el crecimiento de Amarillos y Demócratas por ejemplo, eso también es importante, todo eso está por verse, ellos están apostando a que por el centro no les puedan comer mucho y que por izquierda lo perdido, perdido está. Hay mucha gente que puede votar por el Partido Socialista pero podría llegar a ocurrir que lo pensara dos veces si lo ve unido al Frente Amplio y al Partido Comunista. Si lo ve muy convertido en el Frente Amplio podría ser una merma.
Están apostando a un electorado que puede llegar a ser del 15, 16, 17%, que probablemente ellos no tengan la posibilidad de articular justamente porque no tienen lideres, pero cuando uno está en caída en política, lo mejor es tomar la decisión de hacer la resta, ponerse en una posición mucho más modesta y tratar de crecer desde ahí, en vez de estar defendiendo posición todo el tiempo. Eso es muy desgastante y si no tienen los recursos para defenderla, no tiene sentido.
Tú explicas el acercamiento del PS con el FA como una fórmula que tienen los socialistas para consolidar su capacidad hegemónica en dicha relación ¿Cómo se explica desde la vereda del Frente Amplio? Considerando que el conglomerado nace como una alternativa a la Concertación.
Es que por eso digo que no hay nada de dramático en este escenario porque a todos los actores se les cumplieron sus sueños. Ahora, si los sueños de hoy son exactamente lo que estaban buscando desde el punto de vista de las consecuencias últimas, ésa es otra historia, tiene que ver con el diseño estratégico, pero supuestamente el Frente Amplio y el Partido Comunista están en el mejor escenario de lo que tenían diseñado.
El Frente Amplio tenía diseñado un camino con el Partido Socialista con el cual trabajaron muchísimo hace mucho rato, la diferencia es que el Partido Socialista durante mucho tiempo estuvo yendo a llevar flores sistemáticamente al Frente Amplio y ahora, mediante una trasmutación luego de dedicarse a poder sanar las heridas del Frente Amplio, logra una posición mucho más fuerte, todavía no hegemónica, tiene el poder administrativo, pero tampoco sabemos cuál es el proyecto de Partido Socialista en este momento.
El PS es un partido que tiene que tomar su decisión de cuál va a ser su senda, un partido más social-liberal o un partido socialdemócrata. El vacío socialdemócrata es lo que genera la creación del Frente Amplio, ésa es la razón. El Frente Amplio muchas veces no lo entiende muy bien y se ha ido más a otras cosas, a veces a la izquierda, a veces más a la derecha, y eso produce un poco de confusión, pero ése era el escenario. Entonces el Partido Comunista está con quien quiere estar, con el Partido Socialista y con el Frente Amplio. Me parece la única combinación poderosa, interesante, al Frente Amplio le parece también lo mismo, al Frente Amplio nunca le ha acomodado tanto el Partido Comunista pero ahí está Camila y si Camila tiene control sobre el Partido y tiene controlado lo que ellos consideran las bestias, digamos, no hay problema y por tanto esa triada, bajo la fantasía además de que el PC puede estar hoy día en 15 puntos y entre los otros dos actores, el FA y el PS podrían tener otros 30, o sea estamos hablando de que ellos sienten que podrían estar administrando prácticamente la mitad del electorado de la izquierda. Ahora, es una pregunta abierta porque naturalmente eso es sumar simplemente y ése es el problema, que se está sumando cuantitativamente cuando estamos viviendo una época de trasformaciones cualitativas, entonces esas sumas pueden servir o pueden ser totalmente impertinentes.
¿Vaticinas conflictos entre ambas fuerzas para efectos de llegar a coincidencias programáticas en la discusión constituyente?
Sí, esa parte es relativamente compleja. Ahora, yo creo que hay un conjunto de expectativas de que el texto constitucional saliente va a ser un texto bastante pragmático centrado en acuerdos simples y sin mucha sofisticación. Eso se entiende de todo este proceso. Si alguien, claro, la derecha se envalentona y dice ‘mira el Estado social y democrático de Derechos adiós y Estado subsidiario’, eso es un absurdo porque en el fondo, la razón por la cual se está cambiando la Constitución, lo que queda problemático de la Constitución es su diseño estructural, no de artículos específicos, en favor del Estado subsidiario. Entonces si la derecha quiere defender realmente eso, hacer un proceso constituyente nuevo es solamente una obra de teatro.
Me da la impresión de que la discusión ideológica no debiera ser tan importante, quiero decir, del dicho al hecho hay mucho trecho, en los dichos van a decir todos que están muy distintos y que quieren marcar sus diferencias y después convergerán donde estaban en un principio. Yo creo que este proceso constituyente es una prótesis y si funciona bien es porque tuvieron un buen libreto para la obra de teatro, pero no tiene muchas más posibilidades, esto no es un proceso constituyente en términos estrictos así que yo no haría demasiadas cábalas respecto a cuál es el contenido.
¿En qué pie quedan los liderazgos de los exmandatarios y del Presidente Gabriel Boric con la negociación frustrada por la lista única?
El meterse en contiendas de partidos políticos es un error tipo uno en los procesos políticos. Los gobiernos no entran en discusiones de los partidos políticos y si entran, no es público y si es público es porque sabes que vas a ganar. O sea, cuando se habla de los errores de experiencia, bueno, ése es un error de experiencia grave.
Estos son los errores que no les importan al votante promedio, pero que producen pérdidas de poder frente a la élite política. Eso que en las nuevas creencias se piensa que no es relevante, sí lo es, porque genera una estructura de poder diferente en la relación; genera medios de comunicación que entienden que el juego es completamente diferente. O sea, no nos olvidemos que los medios de comunicación, noticias falsas más, noticias falsas menos, cuando apareció recién la Convención hicieron sendos reportajes sobre los principales nombres de la Convención, sobre el fenómeno de los independientes, de los sectores populares, todo eso se dijo. A la primera de cambio cuando aparecieron los problemas, bueno, giraron completamente el discurso, pero eso existió, si tú reproduces tu poder, tu probabilidad de estar mal aumenta radicalmente, entonces el Presidente Gabriel Boric perdió en este camino, no cabe ninguna duda.
El Presidente Ricardo Lagos hizo tres batallas. Él consideraba fundamental que el ministro de Hacienda mantuviera la senda, él hizo gestiones personalmente para que eso fuera así, su nombre, su candidato, la persona que él promovía se llamaba Mario Marcel y lo consiguió. Luego, su diseño explicito, por supuesto elegante, fino, pero explicito fue un triunfo del Rechazo con un nuevo proceso constituyente liderado por el sistema político, fue lo que ocurrió el 4 de septiembre y después del 4 de septiembre, él deja claro que no le gusta el proceso constituyente vivido, deja claro que está votando Rechazo, no lo dice explícitamente, pero lo deja claro y luego inmediatamente le dice a Gabriel Boric, ‘mire yo creo que usted tiene claro que la próxima Constitución tiene que llevar su firma’ y Gabriel Boric asume que eso es indispensable, compra la lógica de Ricardo Lagos de lo que importa es la portada del ya inexistente Icarito y entonces entra a promover el proceso constituyente que también fue un error del Gobierno.
Michelle Bachelet apostó a la unidad y pensó que con su potencia, con su poder de convocatoria, con su liderazgo, iba a ser un complemento formidable para los esfuerzos de Gabriel Boric y resulta que los partidos políticos dejaron de lado la propuesta del presidente de la República, la propuesta de las dos veces presidenta de la República, Michelle Bachelet, y se fueron por otro lado en el cual solo se cumplen más menos los deseos y los vaticinios de Ricardo Lagos. Entonces aquí hay una expresidenta y el Presidente vigente que salen mal y hay un expresidente que sale bien.