La Corporación Nacional Forestal (CONAF) informó el primer avistamiento de un huemul en la Reserva Nacional Magallanes desde que se instaló la unidad hace 91 años.
Según informó el organismo, el ejemplar fue encontrado en el sendero Las Lengas por dos turistas españoles, Víctor Hernández y Roser Aragonés, quienes captaron fotos y un video de más de un minuto de duración del animal.
Previo a este hallazgo, el administrador Marcelo Martínez, halló unas huellas y fecas de la especie en el sector del río de Las Minas el 2021. Ese mismo año, dos huemules debieron ser rescatados de la zona urbana de Punta Arenas después de fuertes vientos, siendo trasladados a la Reserva Nacional Laguna Parrillar.
CONAF advirtió que la población actual del huemul no es superior a los 2 mil 500 individuos entre Chile y Argentina, distribuyéndose en pequeñas subpoblaciones fragmentadas desde Chillán hasta la península de Brunswick en Magallanes.
Su presencia está confirmada en cinco Áreas Silvestres Protegidas: Parque Nacional Bernardo O’Higgins, Parque Nacional Torres del Paine, Parque Nacional Kawésqar, Reserva Nacional Laguna Parrillar y ahora en la Reserva Nacional Magallanes.
Asimismo, informaron que las principales amenazas para su declinación son la ocupación, modificación y fragmentación de su hábitat, junto con la caza y la introducción de la ganadería y especies exóticas. Es considerado como el ciervo más amenazado del Neotrópico y fue categorizado como En Peligro, estando protegido por la Ley de Caza N° 19.473 desde 1929 y siendo declarado Monumento Natural por el Ministerio de Agricultura en junio de 2006.
“Este primer registro audiovisual del huemul en la reserva permite plantear la existencia de un corredor biológico entre la Reserva Nacional Laguna Parrillar y la Reserva Nacional Magallanes, considerando que la presencia de esta especie en el país abarca desde la región de Ñuble hasta la Península de Brunswick en el extremo austral”, afirmó el director regional (s) de CONAF, Mauricio Ruiz.
La autoridad señaló que el hallazgo obliga a fortalecer las políticas y medidas de conservación de la reserva, ya que el impacto de ingreso ilegal de animales domésticos como caballos, vacunos y perros, así como de vehículos motorizados, afectan la integridad del ecosistema que requieren para su supervivencia.