En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la representante de la Democracia Cristiana en la Comisión Experta, Paz Anastasiadis, se refirió a los avances en el organismo que el día de hoy revisará el capítulo tres (sobre participación y representación política) del anteproyecto constitucional.
En primer lugar, Anastasiadis se mostró conforme con el trabajo que hasta ahora ha desarrollado en la Comisión Experta, indicando que se ha llegado a normas con un espíritu transversal.
“Siempre hemos señalado que esta Constitución debe ser habilitante, que finalmente permita el sano debate democrático y pueda entonces hacerse cargo del futuro. Un texto constitucional que marque el camino, que haga el rayado de cancha y, efectivamente, hoy día estamos encontrándonos en normas que tienen este espíritu con esa transversalidad necesaria”, dijo.
Por otra parte, la comisionada abordó la existencia de una serie de deberes, que van en conjunto con los derechos en el anteproyecto constitucional.
“Cuando nos entendemos en sociedad, hay un Estado que tiene un rol primordial en cuanto a la entrega de este orden institucional. Pero, por otra parte, también como sociedad, que conformamos todos y cada uno de nosotros, tenemos deberes con nosotros mismos. Si entre nosotros no cumplimos nuestras condiciones para poder sentirnos libres y en igualdad de condiciones, bueno, también estamos contraviniendo nuestra propia consagración de sociedad”, señaló.
“Desde esa perspectiva se avanza en materia de deberes. Se habla del comportamiento fraterno, solidario entre las personas y todos aquellos deberes que dicen relación con el respeto a la patria, entre otros varios que van de la mano con todo el rol que cumple el Estado en esto”, agregó.
Consultada respecto a las diferencias entre el anteproyecto constitucional y la Constitución del 80, Anastasiadis destacó el Estado social y democrático de derechos, que se menciona en el primer capítulo del texto.
“Hablamos por fin de un Estado social y democrático de derecho, que es lo que señalaban las bases. Eso podría haber quedado simplemente en una norma y dejar la interpretación abierta a la comunidad, pero esto no se hizo de esa manera, sino que ya la siguiente norma habla de qué se entiende por Estado social y democrático de derecho, de las características de solidaridad, de justicia y cómo estos principios finalmente son promotores de la necesidad de entregarle al Estado el compromiso por remover esos obstáculos que van impidiendo el pleno desarrollo de los derechos”, indicó.
“Ya desde esta perspectiva cambia, sale el Estado de esta banca suplente y pasa a la cancha”, añadió.
Por último, Anastasiadis relevó las normas que transforman el sistema político y judicial, con el objetivo de revestirlas de mayor legitimidad.
“A mí me tocó estar en la subcomisión de función jurisdiccional y organismos autónomos. Por primera vez le quitamos a la Corte Suprema esta supervigilancia correccional, directiva y económica que tenía desde hace 200 años, para pasar a un modelo distinto donde la función jurisdiccional sea el norte de los tribunales y el aspecto más administrativo de funcionamiento quede en otros órganos”.
En definitiva, “hay cambios en cada una de las instituciones. También se busca un poder legislativo con mayores exigencias, con mayor rapidez. Son todas materias que vamos viendo que son deficiencias y que son necesarias para poder garantizar más confianza en las personas”, aseveró.