A las 10:00 horas se instaló oficialmente el Consejo Constitucional, órgano redactor de la nueva propuesta de Carta Fundamental. De manera transitoria, asumió como presidente Miguel Littín (PS), de 80 años, en vista de que es el miembro más longevo.
Al inaugurar la ceremonia, el cineasta pronunció un discurso y afirmó que “me toca por rigor del azar, la suerte, el destino y la ley, presidir esta primera reunión. Estoy aquí saludándolo a todos, con la mano alta y perpendicular en señal de paz, armonía y de amistad”.
“Quiero comenzar estas palabras recordando a dos patriotas chilenos que en 1850 escribieron en el acta de fundación de la sociedad de la igualdad, don Santiago Arcos y don Francisco Bilbao: todo chileno por nacer tiene derecho a vivir en su casa propia, a una buena educación, a una buena salud, a un trabajo bien remunerado, a un goce de la cultura y de las artes, a jubilarse con sueldos dignos, a gozar del agua y el equilibrio del cuidado de la tierra y de la naturaleza con justicia, recorriendo el camino que trazara Platón, camino a la felicidad”, añadió.
En la misma línea, el consejero sostuvo ante sus pares que “quiero proponerles un pequeño acuerdo con mucha humildad, que en el momento de jurar pensemos en Chile, en las mujeres, hombres, campesinos, obreros, en la clase media, en la gente que confió en nosotros y nos entregó una misión que nos dijo en la calle: escriban una constitución clara, que yo entienda, transparente, que yo comprenda. Escriban una constitución que la ame, que la haga mía y la defienda, y que sirva de carta de navegación hacia el futuro”.
“Recordemos la historia y sus constituciones, la de 1822 recién nacida la patria, impregnada aún con la tinta de quienes escribieran de su puño y letra, marcándola a fuego para siempre. La de 1833, la de 1925 conteniendo en sus vientos turbulentos los cambios que eran necesarios para abrir paso a la historia”, sumó.
Littin aseguró que “hoy es nuestro momento, hoy es nuestra hora de ser dignos del cargo que nos otorgó la ciudadanía. Luchemos por el acuerdo, por la paz de la nación, seamos dignos de la tarea. De lo contrario, lo digo con toda humildad y modestia porque sé que cada uno de ustedes sabe lo que se necesita hacer, la historia no perdonará a quienes se dejen llevar por pasiones o revanchismos del pasado”.
“Estoy firmemente convencido que lo que le corresponde a nuestro pueblo, nuestro único mandante, es que en forma clara y trasparente escribamos una propuesta que interprete sus deseos de paz y seguridad social. Es decir, que el conjunto de nuestras ideas den paso a las leyes que rijan con armonía y coherencia el trascurso ciudadano, lejos de sectarismo, lejos de odios, y más cerca del amor y de la paz”, apuntó.
Asimismo, llamó a que “pensemos en nuestra pequeña y frágil casa común, la que nos recuerdan todos los días los científicos que podría ser el último amanecer o último atardecer de la patria. Cada constitución, lo sabemos, es un nuevo desafío de un grupo humano, nunca una será igual a la otra, porque el cuerpo social está en permanente movimiento y cambio”.
“Sin embargo, siempre somos continuidad, como dijera el gran escritor mexicano Carlos Fuentes, quien afirmaba que quien no se reconoce en su abuelo nunca encontrará su futuro. Carl Jung afirma que cada lugar, cada objeto contiene en sí mismo el espíritu que impulsa el pasado hacia los tiempos futuros”, agregó.
“Es decir, este lugar y su significado significa que está en nuestras manos el poder contribuir al desarrollo de nuestro país y mostrarle a la humanidad entera que Chile, nuestro pueblo, nosotros, sus instituciones, tenemos la capacidad de resolver nuestros problemas mirándonos a los ojos, abriendo el diálogo, diciéndonos la verdad y llegar a acuerdos en paz, mostrándole al mundo de lo que Chile y su historia es capaz de realizar”, puntualizó.
El representante del oficialismo aseveró que “hoy es el momento de señalar sin temor, con valentía cívica, que es el triunfo del diálogo, del acuerdo, entre los distintos sectores, de extremo a extremo, ninguna cosa o vacío en el medio, que vamos a entregarnos como chilenos en todos nuestros buenos sentimientos y nuestro amor por la patria, y afirmemos que todo cambio debe hacerse con sensatez, con serenidad, apelando al uso de nuestro bien supremo: la razón”.
“Quiero terminar recordando lo que O’Higgins escribió de su puño y letra en la Carta de 1822: Chile y sus islas adyacentes forman de hecho y por derecho un Estado libre e independiente y tiene el derecho de darse el Gobierno o la Constitución que más convenga a sus intereses”, concluyó.