Cámara baja rusa aprueba ley que prohíbe el cambio de sexo

“Debemos hacer todo lo posible para proteger a nuestros hijos y a aquellos que quieren vivir una vida normal”, señaló Viacheslav Volodin, presidente de la Duma, citado por la agencia Interfax en declaraciones recogidas por EFE.

“Debemos hacer todo lo posible para proteger a nuestros hijos y a aquellos que quieren vivir una vida normal”, señaló Viacheslav Volodin, presidente de la Duma, citado por la agencia Interfax en declaraciones recogidas por EFE.

De paso, el alto dirigente tachó de “puro satanismo” el dramático aumento del número de transexuales entre los adolescentes estadounidenses. “Nosotros no queremos que haya eso en nuestro país. Que apliquen esa política diabólica en EE UU., ya veremos cómo acaba, no traerá nada bueno, es puro satanismo”, aseguró el parlamentario durante la sesión plenaria de la cámara baja del Parlamento ruso. En su crítica a la situación en EE.UU. dijo que el número de adolescentes transexuales “es ya tres veces mayor que entre la población adulta”, enfatizando que, en su criterio, aquello “es resultado de la propaganda. El número de niños que recibe terapia hormonal se incrementó más de dos veces en los últimos cinco años”, afirmó.

Volodin emitió sus declaraciones en el contexto de la sesión en que la Duma aprobó la referida ley, la que prohíbe las operaciones quirúrgicas para  cambiar de sexo, proyecto que ha provocado una gran alarma en la comunidad transexual rusa. “La persona se levanta por la mañana y decide que ya no es hombre, sino mujer, o mujer y no hombre. Va a una clínica privada, recibe un certificado y se va al registro civil, al departamento de documentos de identidad a cambiar su apellido, nombre y patronímico”, señaló. Y añadió escandalizado: “Y puede ocurrir lo siguiente: contraen matrimonio y, no lo quiera Dios… ¡adoptan un niño!”.

El proyecto fue aprobado en la cámara baja por 400 de los 450 diputados que conforman la Duma, todos ellos pertenecientes a los cinco partidos con representación parlamentaria, incluido el partido gobernante, Rusia Unida. La ley también propone prohibir el cambio de sexo en los documentos de identidad y otros certificados oficiales sin operación quirúrgica. Entre 2018 y el pasado año, más de 2.700 rusos cambiaron de sexo en sus documentos, lo que condujo a casi 200 matrimonios.

A su vez, el viceministro de Sanidad, Oleg Salagái, estimó hoy que en 2022 recibió 996 solicitudes para cambiar de sexo y aunque prometió que los transexuales sí seguirán recibiendo ayuda médica, matizó afirmando que no cabe duda que “la transexualidad es un estado enfermizo”. Los transexuales temen que tras la aprobación de la ley se disparen los suicidios entre los miembros de esa comunidad, muchos de los cuales se plantean emigrar al extranjero. La reforma constitucional de 2020 introdujo en la Carta Magna el concepto de que el matrimonio es una unión sólo entre un hombre y una mujer.

De hecho, en octubre del año pasado el Parlamento ruso ya había aprobado por unanimidad la ley relativa a “propaganda LGTB” sobre relaciones sexuales no tradicionales”, conocida como ley anti-LGBTI. Con ella se penalizaba cualquier posibilidad de defensa de las relaciones sexuales no tradicionales en todos los grupos etarios -no sólo para menores- y se limitaba toda información en contra de los “valores familiares”, en particular aquella que pudiera estimular a los adolescentes a cambiar de sexo y a la pedofilia.

Dicha “propaganda” quedó terminantemente prohibida tanto en los medios de comunicación, como en internet, los libros, el cine, la publicidad y los servicios audiovisuales pagados. Las multas por propaganda homosexual pueden ascender hasta los 5 millones de rublos (más de 80.000 dólares).

Con esta nueva ley, las autoridades rusas endurecen los criterios establecidos en una ley anterior, de 2013, que ya fue duramente criticada por las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, que alertan ahora de un refuerzo de posiciones conservadoras en Rusia en medio de la guerra en Ucrania. La nueva legislación también necesita la aprobación de la cámara alta antes de ser enviada a Putin para su firma. Él y otros altos funcionarios, así como líderes religiosos ortodoxos han presentado con frecuencia la aceptación que da Occidente a las personas homosexuales y transgénero como evidencia de que las sociedades han perdido su brújula moral. “Los matrimonios homosexuales no producen hijos”, afirmó en una ocasión el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, que usualmente se refiere al liberalismo como “sin género y estéril”.





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