El proceso de deterioro de Valparaíso, que hoy se evidencia a través de sus edificios abandonados, en el daño del espacio público y ambiental agravado por los ocasionales derrumbes, inundaciones e incendios en quebradas, lleva más de medio siglo sin poder resolverse.
Situación compleja para una ciudad portuaria que este mes cumple 20 años desde que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El arquitecto y Doctor en Estudios Urbanos y Consejero del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), Alberto Texido, apuntó a que este proceso de abandono inició “con una pérdida de base económica en la actividad portuaria que se separó de la ciudad, se separó físicamente y administrativamente del entorno”.
Texido detalló que la ciudad portuaria de la primera mitad del siglo XX era un lugar donde la carga, el movimiento de los trabajadores, pasajeros, tripulantes, estaba absolutamente integrado a la estructura urbana, pero gradualmente “fuimos entrando en procesos de separación física con muros, con resguardos de seguridad, con la línea férrea, con el flujo de camiones, con el volumen de las embarcaciones y con la “contenerización” que en parte es también un proceso en el cuál la carga deja de interactuar con la estructura urbana, deja de entrar a la ciudad”.
Para el arquitecto, esta sumatoria de situaciones hicieron que el puerto, que antes era un proceso integrado a la ciudad, haya terminado siendo una especie de espacio restringido con sus propias lógicas.
Sin embargo, Texido ejemplifica, como una luz de salida, lo ocurrido con el camino La Pólvora y con la apertura del Muelle Barón y el Parque Barón, que hoy día está en construcción y que será un acceso al borde costero de la capital regional porque, para el arquitecto, “eso sí va por la lógica de coexistir, el puerto con una ciudad y un espacio público resiliente”.
El también académico de la Universidad de Chile destacó que lo mismo se puede trabajar en el polígono de protección, el barrio patrimonial, destacado por Unesco. Así, aprovechando la reorganización de flujos y de espacios se podría lograr “el puerto eficiente” y, a su vez, que la ciudad acceda al frente marítimo “para que la zona urbana central del sector puerto y El Almendral tengan esta activación desde el borde que vaya contagiando hacia el interior de la ciudad y sea una de las posibilidades de recuperar esa base económica perdida del pasado a través de un frente marítimo activo”.
Recientemente, Texido fue autor de una columna llamada “El mar es el patrimonio” publicada en el Diario El Mercurio de Valparaíso. En el texto evidenció parte de la relación entre la activación del borde marítimo con el punto más álgido de la ciudad puerto.
Ahora, con más detalle, el académico explicó que al hacer un análisis histórico de Valparaíso y detectar sus glorias y éxitos “no es casual que coincidan con un tiempo en que el mar es accesible, en que el frente marítimo está activo, en que hay flujo de personas caminando por el borde, que activan los primeros pisos y fachadas de la primera línea de mar, luego hacia el interior de la ciudad y permiten entonces esta ciudad activa que levantó grandes edificios, grandes espacios públicos que hoy día, después de este medio siglo de abandono y de desactivación, dan la oportunidad de tener una cáscara que es absolutamente revitalizable”.
Para Texido, si seguimos esa línea, entonces estaríamos “retomando una senda del pasado que mostraba que acceder al mar era un atractivo, lo fue, generó la ciudad que hoy día vemos como valiosa en términos patrimoniales globales, pero que en el intertanto generó una barrera”.
Por otro lado, el Doctor en Estudios Urbanos señaló a los cortos periodos de gobernabilidad como una piedra de tope para mantener proyectos de largo plazo que logren resolver los grandes problemas de la ciudad.
Entonces, según el arquitecto, el desafío ante esto último es el de los proyectos y diseños, pero planteó que esto no puede realizarse sin gobernanza, por lo que implica coordinación de todos los escalafones del Estado para realizar mejoras urbanas. “Por tanto, en la duración de los plazos alcaldicios y presidenciales hay una casualidad visible en que cuando se acortaron, también desaparecieron los proyectos de largo plazo y de gran escala, privilegiando otro tipo de intereses y otro tipos de proyectos”, afirmó.
¿Peligra Valparaíso como zona patrimonial?
Respecto a la duda que se ha sembrado en cuanto a que la ciudad puerto pueda perder su calidad de Patrimonio de la Humanidad, Texido descartó esa posibilidad y clarificó que “lo que ha pasado es que la Unesco entregó una serie de recomendaciones a fines del año pasado al proceso de conservación de sitios”.
Estas observaciones dijo Texido, no fueron planteadas como una amenaza desde la entidad patrimonial de la ONU, sino que para generar un desafío que tiene que ver con la administración del sitio, que hoy día está en manos del municipio, pero que asciende hasta las responsabilidades del Ministerio de las Culturas y del Consejo de Monumentos Nacionales a nivel nacional y regional.
“No ha sido planteada de esa forma, pero muchas veces por intentar una pelea política de baja altura se termina diciendo cualquier imprecisión, entonces ahí tienes gente diciendo que Valparaíso está en riesgo solo por una reelección alcaldicia. Yo creo que esa es una mirada de corto plazo que no cabe aquí, no obstante, también no por eso estoy diciendo que hay una gestión exitosa aún en ninguna parte”, advirtió Texido.
Por último, el Doctor en Estudios Urbanos declaró que el manejo del patrimonio que estamos viendo hoy “no es un problema de esta alcaldía, ni de la anterior, quizás sí del grupo de alcaldías que han estado desde que fuimos declarado patrimonio de la humanidad en 2003, pero el Estado tomó la decisión de que la administración quedara en manos municipales siendo que podría quedar en manos regionales o nacionales”.
“Y si sumamos, además, el abandono de la base económica de la ciudad producido desde hace 70 años por los cambios productivos del puerto, estamos viendo que el proceso de deterioro es un proceso histórico largo donde las autoridades del momento no son las responsables únicas y que su salida implica reconocer ese largo plazo, pero también reconocer esa multisectorialidad y coordinación que aún no logramos para poder salir de ese proceso de deterioro”, concluyó el arquitecto.