Ahmed Solyman: la pieza clave en el triunfo del karate chileno

El entrenador egipcio llegó a nuestro país a los 27, momento en que la barrera idiomática y su edad similar a los deportistas fueron un obstáculo. A la larga, sin embargo, se transformó en el artífice de un resultado histórico para la disciplina.

El entrenador egipcio llegó a nuestro país a los 27, momento en que la barrera idiomática y su edad similar a los deportistas fueron un obstáculo. A la larga, sin embargo, se transformó en el artífice de un resultado histórico para la disciplina.

A los 27 años, la vida del egipcio Ahmed Solyman dio un giro radical. Llegó a vivir a un país que nunca había visitado, donde se hablaba un idioma que desconocía, todo por darle un nuevo giro a su carrera deportiva.

En su país natal, Solyman era karateca profesional, pero una lesión en la rodilla lo obligó a buscar otras opciones. Por dos años estuvo en la incertidumbre, hasta que su amigo, el marroquí Dris El Mannini, le contó que dejaba su puesto como entrenador de karate en el Team Chile.

“Cuando fue el momento de él para irse, recomendó mi nombre a la presidenta de la Federación que estaba en ese momento y ahí la Federación de karate empezó a hablar conmigo. Me pidieron el currículum, lo mandé, ellos hablaron con el Comité Olímpico de Chile y ahí me contrataron”, contó el exkarateca, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile.

Solyman es descrito como el artífice del triunfo del karate chileno en los Juegos Panamericanos. En un resultado histórico para nuestro país, Valentina Toro, Rodrigo Rojas y Enrique Villalón consiguieron oro en sus respectivas categorías, mientras que Tomás Freire y Camilo Velozo, obtuvieron plata y bronce. Sin embargo, como en toda trayectoria deportiva, el camino para llegar allí no fue fácil.

La verdad es que algo había escuchado de Chile. Tenía amigos chilenos, incluso conocía desde antes a Rodrigo Rojas, pero el no saber español lo complicaba bastante.

“Yo no hablaba español antes de venir acá, pero aprendí. Acá los chicos me empujaron mucho para hablar, me enseñaron muchas cosas y además yo estudié, aproveché el tiempo de la pandemia para estudiar, para hablar y para comunicarme con la gente más rápido”, dijo Solyman.

Otra dificultad fue su edad. El tener 27 lo dejaba muy cerca de los mismos deportistas, “pero también pasamos todo eso”. “Los chicos me dieron la oportunidad para trabajar con ellos, confiaron en mi trabajo y siempre nuestra relación estuvo basada en el respeto, así que todo fue muy bien”, afirmó.

Luego de su triunfo en la categoría -55 kilos, Valentina Toro le agradeció especialmente a Solyman, a quien definió, en una publicación de Instagram, como “la cabeza de su equipo”.

“Aunque te juro que ya estoy muy feliz porque no te veré en harto rato, tú sabes que te quiero mucho y que eres como un hermano para mi. Gracias por tu entrega conmigo y todos mis compañeros, nos has empujado al límite para lograr cosas increíbles y somos muy afortunados de tenerte como entrenador”, le escribió Toro.

Por ella y el resto de sus deportistas, Solyman asegura sentirse “feliz y orgulloso”. “Feliz por cumplir el objetivo, de que la gente los conozca. Al mismo tiempo, estoy molesto, me duele mucho el que algunos chicos  del equipo no consiguieron sus objetivos esta vez, en esta competencia”.

Para el entrenador, el último combate de Tomás Freire fue particularmente doloroso. En la final de la categoría -67 kilos, el karateca chileno se enfrentó al venezolano Andrés Madera, en un enfrentamiento que fue muy reñido.

El primer punto fue para Madera, luego Freire tomó la delantera, hasta que en los últimos 30 segundos, los jueces le dieron un punto al venezolano que terminó convirtiéndolo en campeón panamericano.

“Yo y mi equipo que está atrás no trabajamos para un segundo lugar. Para mí personalmente llegar a una final y perderla, no sirve de nada, es como haberte quedado en tu casa”, lamentó Freire después del combate.

Luego de que ambos, tanto entrenador como deportista, superaran la frustración inicial, lo primero que hizo Solyman fue recalcarle a su púpilo lo joven que es (solo tiene 20 años) y el hecho de que eran sus primeros Juegos Panamericanos.

“Debemos estar tranquilos con el resultado ahora, seguro que en el futuro tendrá muchas otras oportunidades para lograr lo que quiere, pero lo bueno de eso, lo que me gustó mucho, fue la mentalidad de los deportistas, la mentalidad de Tomás. Nadie de nuestro equipo está entrenando para tomar una medalla de plata o de bronce o estar conforme con eso. Así que de verdad yo me sentí muy orgulloso en ese momento, porque eso fue un objetivo durante todo el último período”, confesó.

Tomás Freire en su combate con Andrés Madero.

Tomás Freire en su combate con Andrés Madero.

Ahora que los Panamericanos quedaron atrás, Solyman tiene su ojos puestos en posicionar al equipo chileno de karate a nivel mundial. Con los resultados en Santiago 2023 y en el Panamericano específico de la disciplina, se consagraron como el mejor equipo de América, pero ahora, quieren ir por más.

“Yo creo que nosotros tenemos un equipo y materiales perfectos para lograrlo. La gente solo vio los resultados de los Juegos Panamericanos, pero sí ellos vieran nuestras competencias durante el año, van a saber que tuvimos este año a Rodrigo Rojas como finalista en la liga mundial de karate, que Valentina Toro sacó una medalla de bronce y que Fabián Huaquimán fue finalista mundial en el 2021, así que, nuestro objetivo ahora es a nivel mundial”, señaló.

Por el momento, en todo caso, todavía está saboreando el triunfo, uno que se explica en el “trabajo duro que hicimos durante los últimos cuatro años”.

Para Solyman, la cosa va mucho más allá de una mente maestra o gran artífice, sino que significa “que los deportistas que están haciendo el proceso con mucha disciplina y que además me aguantan cuando yo soy muy pesado y pido muchas cosas”, admitió entre risas.

“Además, hay un equipo de profesionales que trabajan con los deportistas. Algunos de manera voluntaria, preparadores físicos, Tomás y Alexis, psicólogos, María José, Gabriel y José Riveros, un equipo  de Federación grande, Anita, Mariela, Raúl, el gerente técnico… Es el apoyo de muchas personas, que trabajaron por cada detalle, para que esos deportistas llegaran en su mejor forma”.





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