El artista visual y académico del Departamento de Artes Visuales de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, Enrique Matthey, montó en el frontis del Museo Nacional de Bellas Artes, la intervención artística “Palabras Mayores”, una piedra gigante que “así como apareció sorpresivamente, desaparecerá de un día para otro”, según comentó el propio autor.
Radio Universidad de Chile conversó con el artista en torno a esta propuesta que fue financiada por el Fondart, y explicó que “los artistas en general, o yo al menos, trabajamos con imágenes que hacen que uno se cuestione todo el contexto, la realidad y el mundo. Y una piedra gigante para mí constituye una imagen que tiene mucho misterio, y me hace recordar mi infancia, cuando caminaba por la costa de la playa El Tabo, y de repente a lo lejos advertía lobos marinos varados, y que junto con invadirme una profunda curiosidad, esas imágenes se me quedaron muy grabadas”.
– En el siglo XX los artistas se cuestionaron qué es el arte, ocupando objetos cotidianos en contextos artísticos para darles el cariz de obra de arte, como los readymades de Marcel Duchamp, ¿se buscaba proponer esto con “Palabras Mayores”?
Yo más que pensar en el arte contemporáneo, pienso en imágenes, estas hacen que yo me cuestione todo el entorno, como si fuera la primera vez. Y lo que pasa con esta piedra, y es el propósito que a mí me motiva fundamentalmente, es que altera el paisaje cotidiano en torno al museo, y eso hace que uno por esa alteración vea aquello que por el hábito se ha vuelto invisible, y lo vea por primera vez.
– En una entrevista señaló que le “parecía alucinante que se tratara de una piedra, algo tan común, que sepultara el cotidiano, que se erigiera como protagonista”. Esto recuerda al monolito negro de “2001: Odisea al espacio”, y a intervenciones en edificios púbicos del artista Christo, que hacen cuestionarse al espectador. ¿Cree aquí se ha logrado un impacto similar ?
Lo que ocurre es que la gente empieza a hablar de la escultura de Rebeca Matte por ejemplo, o del museo, considerando que en todo este tiempo ha estado prácticamente cerrado. He ido muchas veces, y me instalo y recorro la piedra como cualquier ciudadano y escucho lo que se dice, y hay muchos comentarios en contra y otros a favor, y creo que todo eso es positivo, considerando que en este país la cultura por el arte es mínima. La gente está sumida en otros menesteres, que tienen que ver con el consumo y la superficialidad, pero el hecho que te saquen de eso por un rato, es bueno.
– Dada las similitudes con motivos selk’nam de la piedra, ¿se podría tomar como gesto de reivindicación del arte de ese pueblo, en contraste con lo que representa la escultura de Rebeca Matte, proveniente del mundo no indígena, y el mismo museo que representa a la institución arte?
Siempre he tenido una profunda admiración por esos pueblos. Me adentré en ellos, los estudié y me generan una gran emoción, por eso estas señales de los diseños me atraen demasiado, y es un homenaje a ellos. Algo hay ahí, una señal que me conmueve.
– ¿Qué ocurrió con la escultura de Rebeca Matte luego de la instalación de “Palabras Mayores”?
Está debajo, es una piedra hueca (…) Lo bonito va a ser cuando salga la roca de ahí, y va a ser noticia porque apareció la escultura, y eso es presencia por omisión, es decir, por el hecho de que no está, está más presente que nunca. Eso me conmueve mucho porque es un gesto demasiado simple y económico.
Esto habla de lo abierto que es una obra de arte, una obra de arte cuando es muy cerrada y no remite a posibilidades de lectura, no tiene sentido, es como una especie de diario de vida. Pero una verdadera obra de arte es cuando deja abierta la posibilidad de múltiples lecturas, que dependiendo de la historia de cada quien que la vea, es como se constituye.
– Por último, ¿cuál es la importancia de la intervención del espacio público por medio del arte, considerando que no todas las personas acceden a sitios de difusión artística pese a que muchos museos y galerías son gratuitas?
Sí, por ejemplo, esta piedra originalmente yo la había concebido para instalarla en la Sala Matta en el Museo Nacional de Bellas Artes, lo que habría generado un gran impacto porque todos se habrían preguntado cómo ingresó esta piedra, y que por las puertas no cabe, y habría tenido otro tipo de lectura, considerando que el público que visita el museo, tiene un cierto interés por el arte.
Lo interesante de que no esté en un espacio consagrado solamente para el arte, y que esté en un espacio más público, es que interpela al personaje común y corriente. Y eso me importa mucho, que ojalá todos aprendiéramos algo de este idioma que se llama arte, que es otro lenguaje.
Imagen de portada: Enrique Matthey