Viuda de Jovenel Moïse es imputada por el magnicidio del presidente hatiano en 2021
Martine Moïse está acusada de robo a mano armada, intento de asesinato y conspiración para atentar contra su marido, el ex mandatario de la República de Haití.
Miércoles 31 de enero 2024 16:21 hrs.
Expresidente de Haití Jovenel Moïse y su viuda, Martine Moïse.
Martine Moïse estuvo cerca de morir aquella madrugada del 7 de julio, luego que un grupo de hombres armados acribillara en el propio lecho conyugal a su esposo, el presidente de Haití, Jovenel Moïse. Ahora, la viuda ha sido incriminada en la investigación del caso, en que la justicia tratará de establecer su vínculo con delitos como robo a mano armada, intento de asesinato, asesinato e, incluso, asociación para delinquir, luego de que la entonces primera dama denunciara a más de una decena de colombianos por estos hechos.
En las primeras horas del 7 de julio de 2021, un grupo de individuos que afirmaban pertenecer al FBI atravesaron las ventanas de la vivienda, en Puerto Príncipe. De acuerdo con la información expuesta por las autoridades locales, el asalto fue perpetrado por un conjunto de 28 hombres bien armados, de los cuales se identificó a 26 colombianos.
Casi cuatro años después del asesinato de su esposo, el juez haitiano Walther Wesser Voltaire emitió una orden de captura en contra de Martine Moïse, quien se presume que está en Estados Unidos, a pesar de que la visa que le fue otorgada, ya estaría vencida. En todo caso, la mujer se ha mantenido en pleno silencio y pese a que siempre ha señalado que los responsables del crimen deben pagar por sus hechos, poco habla sobre el caso, según testigos.
El político y empresario Jovenel Moise, tras ganar las elecciones de noviembre de 2016, asumió la presidencia de Haití el 7 de febrero de 2017, la que ejerció hasta su asesinato, el 7 de julio de 2021, tras cuatro años y 5 meses de gobierno. Durante su mandato, Haití experimentó fuertes protestas y disturbios generalizados, especialmente en 2019, aunque éstas fueron duramente reprimidas.
Repasando los datos de la historia, hay que recordar que en 2015, el presidente Michel Martelly designó a Moïse como el candidato a la presidencia del Partido Haitiano Tèt Kale (PHTK), en que ambos militaban. En su campaña, Moïse promovió la agricultura bio-ecológica como un motor económico para Haití, cuya población rural está por encima de 50%. También expresó su apoyo a las políticas de educación y salud universal, a la reforma energética, al estado de Derecho, a la creación de empleos sustentables, a la protección del medio ambiente y el desarrollo de Haití como destino para el ecoturismo y el agroturismo.
De acuerdo a la Comisión Electoral Provisional, Moïse habría recibido el 32,8% de los votos en la primera ronda de las elecciones celebradas el 15 de octubre de 2015, clasificando para una segunda vuelta frente al candidato Jude Célestin. Sin embargo, una encuesta de salida realizada por el Haiti Sentinel mostró que Moïse tan sólo recibió el 6% de los votos y muchos observadores dijeron que los resultados de las presidenciales habían sido fraudulentos. Miles de personas salieron a las calles en protesta violenta, forzando el aplazamiento de la segunda ronda de las elecciones.
Sin embargo, el 27 de noviembre de 2016 funcionarios de la Comisión Electoral Provisional dijeron, sin más, que Moïse había ganado las elecciones de 2016 en primera ronda, basándose en los resultados preliminares que mostraban una participación electoral estimada en apenas el 21%. A principios de 2019, las paupérrimas condiciones de vida de la mayoría de la población se deterioraron aún más debido a la devaluación de la moneda nacional y al aumento de la inflación.
Como consecuencia, las masas desafiaron nuevamente a Jovenel Moïse en febrero de 2019, con manifestaciones a gran escala destinadas a conseguir que abandonara la presidencia del país. El movimiento ciudadano fue consecuencia de la publicación de un informe del Tribunal de Cuentas (Contraloría haitiana) sobre la posible malversación de fondos de ayuda al desarrollo por parte de antiguos ministros y altos funcionarios. Y, lapidariamente, allí también se afirmaba que las empresas de Jovenel Moïse se encontraban “en el corazón de un plan de malversación de fondos”.
Martine Moïse estuvo cerca de morir aquella madrugada del 7 de julio, luego que un grupo de hombres armados acribillara en el propio lecho conyugal a su esposo, el presidente de Haití, Jovenel Moïse. Ahora, la viuda ha sido incriminada en la investigación del caso, en que la justicia tratará de establecer su vínculo con delitos como robo a mano armada, intento de asesinato, asesinato e, incluso, asociación para delinquir, luego de que la entonces primera dama denunciara a más de una decena de colombianos por estos hechos.
En las primeras horas del 7 de julio de 2021, un grupo de individuos que afirmaban pertenecer al FBI atravesaron las ventanas de la vivienda, en Puerto Príncipe. De acuerdo con la información expuesta por las autoridades locales, el asalto fue perpetrado por un conjunto de 28 hombres bien armados, de los cuales se identificó a 26 colombianos.
Casi cuatro años después del asesinato de su esposo, el juez haitiano Walther Wesser Voltaire emitió una orden de captura en contra de Martine Moïse, quien se presume que está en Estados Unidos, a pesar de que la visa que le fue otorgada, ya estaría vencida. En todo caso, la mujer se ha mantenido en pleno silencio y pese a que siempre ha señalado que los responsables del crimen deben pagar por sus hechos, poco habla sobre el caso, según testigos.
El político y empresario Jovenel Moise, tras ganar las elecciones de noviembre de 2016, asumió la presidencia de Haití el 7 de febrero de 2017, la que ejerció hasta su asesinato, el 7 de julio de 2021, tras cuatro años y 5 meses de gobierno. Durante su mandato, Haití experimentó fuertes protestas y disturbios generalizados, especialmente en 2019, aunque éstas fueron duramente reprimidas.
Repasando los datos de la historia, hay que recordar que en 2015, el presidente Michel Martelly designó a Moïse como el candidato a la presidencia del Partido Haitiano Tèt Kale (PHTK), en que ambos militaban. En su campaña, Moïse promovió la agricultura bio-ecológica como un motor económico para Haití, cuya población rural está por encima de 50%. También expresó su apoyo a las políticas de educación y salud universal, a la reforma energética, al estado de Derecho, a la creación de empleos sustentables, a la protección del medio ambiente y el desarrollo de Haití como destino para el ecoturismo y el agroturismo.
De acuerdo a la Comisión Electoral Provisional, Moïse habría recibido el 32,8% de los votos en la primera ronda de las elecciones celebradas el 15 de octubre de 2015, clasificando para una segunda vuelta frente al candidato Jude Célestin. Sin embargo, una encuesta de salida realizada por el Haiti Sentinel mostró que Moïse tan sólo recibió el 6% de los votos y muchos observadores dijeron que los resultados de las presidenciales habían sido fraudulentos. Miles de personas salieron a las calles en protesta violenta, forzando el aplazamiento de la segunda ronda de las elecciones.
Sin embargo, el 27 de noviembre de 2016 funcionarios de la Comisión Electoral Provisional dijeron, sin más, que Moïse había ganado las elecciones de 2016 en primera ronda, basándose en los resultados preliminares que mostraban una participación electoral estimada en apenas el 21%. A principios de 2019, las paupérrimas condiciones de vida de la mayoría de la población se deterioraron aún más debido a la devaluación de la moneda nacional y al aumento de la inflación.
Como consecuencia, las masas desafiaron nuevamente a Jovenel Moïse en febrero de 2019, con manifestaciones a gran escala destinadas a conseguir que abandonara la presidencia del país. El movimiento ciudadano fue consecuencia de la publicación de un informe del Tribunal de Cuentas (Contraloría haitiana) sobre la posible malversación de fondos de ayuda al desarrollo por parte de antiguos ministros y altos funcionarios. Y, lapidariamente, allí también se afirmaba que las empresas de Jovenel Moïse se encontraban “en el corazón de un plan de malversación de fondos”.
Martine Moïse estuvo cerca de morir aquella madrugada del 7 de julio, luego que un grupo de hombres armados acribillara en el propio lecho conyugal a su esposo, el presidente de Haití, Jovenel Moïse. Ahora, la viuda ha sido incriminada en la investigación del caso, en que la justicia tratará de establecer su vínculo con delitos como robo a mano armada, intento de asesinato, asesinato e, incluso, asociación para delinquir, luego de que la entonces primera dama denunciara a más de una decena de colombianos por estos hechos.
En las primeras horas del 7 de julio de 2021, un grupo de individuos que afirmaban pertenecer al FBI atravesaron las ventanas de la vivienda, en Puerto Príncipe. De acuerdo con la información expuesta por las autoridades locales, el asalto fue perpetrado por un conjunto de 28 hombres bien armados, de los cuales se identificó a 26 colombianos.
Casi cuatro años después del asesinato de su esposo, el juez haitiano Walther Wesser Voltaire emitió una orden de captura en contra de Martine Moïse, quien se presume que está en Estados Unidos, a pesar de que la visa que le fue otorgada, ya estaría vencida. En todo caso, la mujer se ha mantenido en pleno silencio y pese a que siempre ha señalado que los responsables del crimen deben pagar por sus hechos, poco habla sobre el caso, según testigos.
El político y empresario Jovenel Moise, tras ganar las elecciones de noviembre de 2016, asumió la presidencia de Haití el 7 de febrero de 2017, la que ejerció hasta su asesinato, el 7 de julio de 2021, tras cuatro años y 5 meses de gobierno. Durante su mandato, Haití experimentó fuertes protestas y disturbios generalizados, especialmente en 2019, aunque éstas fueron duramente reprimidas.
Repasando los datos de la historia, hay que recordar que en 2015, el presidente Michel Martelly designó a Moïse como el candidato a la presidencia del Partido Haitiano Tèt Kale (PHTK), en que ambos militaban. En su campaña, Moïse promovió la agricultura bio-ecológica como un motor económico para Haití, cuya población rural está por encima de 50%. También expresó su apoyo a las políticas de educación y salud universal, a la reforma energética, al estado de Derecho, a la creación de empleos sustentables, a la protección del medio ambiente y el desarrollo de Haití como destino para el ecoturismo y el agroturismo.
De acuerdo a la Comisión Electoral Provisional, Moïse habría recibido el 32,8% de los votos en la primera ronda de las elecciones celebradas el 15 de octubre de 2015, clasificando para una segunda vuelta frente al candidato Jude Célestin. Sin embargo, una encuesta de salida realizada por el Haiti Sentinel mostró que Moïse tan sólo recibió el 6% de los votos y muchos observadores dijeron que los resultados de las presidenciales habían sido fraudulentos. Miles de personas salieron a las calles en protesta violenta, forzando el aplazamiento de la segunda ronda de las elecciones.
Sin embargo, el 27 de noviembre de 2016 funcionarios de la Comisión Electoral Provisional dijeron, sin más, que Moïse había ganado las elecciones de 2016 en primera ronda, basándose en los resultados preliminares que mostraban una participación electoral estimada en apenas el 21%. A principios de 2019, las paupérrimas condiciones de vida de la mayoría de la población se deterioraron aún más debido a la devaluación de la moneda nacional y al aumento de la inflación.
Como consecuencia, las masas desafiaron nuevamente a Jovenel Moïse en febrero de 2019, con manifestaciones a gran escala destinadas a conseguir que abandonara la presidencia del país. El movimiento ciudadano fue consecuencia de la publicación de un informe del Tribunal de Cuentas (Contraloría haitiana) sobre la posible malversación de fondos de ayuda al desarrollo por parte de antiguos ministros y altos funcionarios. Y, lapidariamente, allí también se afirmaba que las empresas de Jovenel Moïse se encontraban “en el corazón de un plan de malversación de fondos”.
