Luego de la revelación de una reunión de extremistas de derecha donde planeaban cómo expulsar a extranjeros de Alemania, la población del país europeo quedó conmocionada. Así, el canciller federal alemán, Olaf Scholz, presentó este martes una serie de medidas para combatir a la ultraderecha, las cuales atacan principalmente el financiamiento de estos movimientos políticos.

Una vez que la ciudadanía alemana conoció estos hechos en enero, miles de personas de movilizaron contra los  extremistas y el racismo. El gobierno de Scholz acogió el llamado de los manifestantes, por tanto, la ministra del Interior, Nancy Faeser, detalló medidas para luchar contra lo que considera ser “la mayor amenaza para el orden democrático”.

“Queremos destruir estas redes de extrema derecha. Queremos privarlas de sus ingresos, queremos quitarles las armas”, enfatizó en una conferencia de prensa en Berlín.

El objetivo de las iniciativas es ampliar las competencias de la Oficina Federal de Protección de la Constitución -la información interna alemana- para que combata más fácilmente las fuentes de financiación de las redes de extrema derecha.

Con una modificación de la legislación sobre los servicios secretos, debería ser posible cerrar cuentas bancarias sólo alegando la posibilidad de una “amenaza potencial” al orden público.

No obstante, de momento los investigadores sólo tienen esa facultad si las organizaciones o redes incitan al odio o a la violencia. Consultada sobre el calendario de aplicación de esta medida, Faeser afirmó que sería “lo antes posible”.