El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) decidió poner término anticipado al proyecto El Encierro, que pretendía realizar 80 sondajes mineros en la naciente de las aguas, en zona de glaciares y crioformas esenciales para la vida. Así, la Asamblea por el Agua del Guasco Alto valoró la determinación del SEA y destacó que este caso “sienta un precedente importante y constituye una victoria para la vida del valle”.
A través de una declaración pública la Asamblea por el Agua del Guasco Alto afirmaron que la decisión del SEA se basa en que el organismo “carece de información esencial que permita determinar los impactos, los efectos y las circunstancias” que generan el proyecto minero. Por lo que, fue “imposible proseguir con la evaluación ambiental“.
Asimismo, señalaron que los argumentos sobre los cuales el SEA tomó la decisión son contundentes; específicamente, apunta a la falta de información esencial respecto de: efectos adversos significativos sobre la avifauna, puesto que El Encierro no evalúa un hábitat de relevancia de jilguero cordillerano; el medio humano, porque existen majadas habitadas en las cercanías del proyecto que la empresa aborda de manera insuficiente; hidrogeología y glaciares, ya que la empresa no considera toda la superficie de escurrimiento de las aguas que pueden alcanzar el arroyo Valeriano y la laguna del mismo nombre, o antecedentes para descartar que se genere recarga subterránea a los mismos desde el área del proyecto; y el proyecto tampoco toma en cuenta análisis pluviométricos y de nieve del lugar.
Según la Asamblea, “el expediente de evaluación constituye un antecedente crítico al proyecto puesto que detalla las observaciones hechas por diversos organismos que manifiestan gran preocupación en relación con sus falencias. Destacan las de la Seremi de Medio Ambiente, Dirección General de Aguas, CONAF, Gobierno Regional y Municipio de Alto del Carmen, entidades que expusieron la falta de información relevante y esencial, e incluso la configuración de impactos que obligan al ingreso por medio de un Estudio de Impacto Ambiental y no una simple declaración“.
“Las inquietudes planteadas se refieren al manejo de lodos y sus consecuencias con la interacción de precipitaciones y nieve; la afectación de glaciares y criósfera; la inexistencia de áreas de influencia para ecosistemas acuáticos; vacíos para la ponderación de afectación de flora (muchas de ella en estado de conservación); y la incompatibilidad del proyecto con un valle agrícola y con desarrollo turístico, en pleno Sitio Prioritario de Lagunas Altoandinas, entre otros”, destacaron.
De la misma manera, la comunidad del Guasco Alto Cabe subrayó “un hecho de suma gravedad, observado por el SEA, y que en gran medida ratifica el actuar inescrupuloso de empresas como Barrick, Antofagasta Minerals y las consultoras que trabajan para ellas”.
“En su Declaración Ambiental, el titular -del proyecto El Encierro- olvidó borrar un comentario hecho durante el proceso de redacción del texto que ‘recomienda’ sacar del documento una foto de un ave (volantón de jilguero cordillerano), porque esta ‘implica a que correspondería a un sitio de nidificación y pasa a ser un hábitat de relevancia’. Las Declaraciones o Estudios de Impacto Ambiental constituyen declaraciones juradas; por lo tanto, esto podría ser constitutivo de delito. Una vez más, estamos frente a un hecho que demuestra lo que como comunidad hemos sostenido siempre: la mala fe con la que actúan estas empresas, que están dispuestas a ocultar información y tratan de ingresar un proyecto a como dé lugar, sin respeto ni consideración alguna por los ecosistemas, el patrimonio ambiental y las comunidades. Con ello y al mismo tiempo, queda demostrada la inviabilidad de la megaminería en la naciente de las aguas“, enfatizaron.
La Asamblea además expresó mediante el comunicado público que a las empresas mineras “el sistema les permite volver una y otra vez con sus proyectos nefastos”. Por lo mismo, consideran que la decisión del SEA respecto al termino del proyecto El Encierro “sienta un precedente importante y constituye una victoria para la vida de este valle“.
“Esta decisión logra, por ahora, frenar el avance de la megaminería cordillerana que solo destruye las fuentes de agua de un valle históricamente agrícola, hoy enfocado en rescatar actividades tradicionales fomentando el desarrollo turístico y agrícola (con dos denominaciones de origen) de manera responsable y respetuosa con el medio ambiente“, manifestó la comunidad del Guasco Alto.
En tanto, plantearon que “con este nuevo antecedente, desde el valle del Huasco volvemos a decir fuerte y claro que la megaminería es inviable en la naciente de las aguas. Queremos y buscamos vida y futuro para este valle y para las nuevas generaciones. No vuelvan, no los dejaremos pasar. Los glaciares y las lagunas no se tocan”.