La semana pasada parlamentarios y parlamentarias del Partido Liberal presentaron la campaña “Ley de eutanasia ¡Ahora!”, la que se desplegará por todo el país como también se desarrollará en redes sociales, además de contar con los testimonios de Susana Moreira, quien inspiró la urgencia que el Gobierno le pondrá a esta ley, y de Tulsy Jara.

Esto, con el objetivo de presionar al Senado para que apruebe el proyecto de Ley de Eutanasia que lleva años tramitándose.

En entrevista con la primera edición de Radioanálisis, el diputado (PL), Vlado Mirosevic, afirmó que hubo un cambio en el sentido común por parte de la sociedad chilena respecto de la eutanasia.

“Cuando nosotros presentamos el proyecto no teníamos tanta claridad de cómo iba a reaccionar la sociedad chilena, pensábamos que podíamos estar frente a un proyecto contra cultural, en ese momento Chile era uno de los países más conservadores de América Latina, pero eso ha ido cambiando radicalmente, creo que en la última década. Por lo tanto, este proyecto goza de una gran mayoría social en Chile porque este es un debate que todas las familias han tenido, discutido y entre un 70-80% de aprobación tiene el proyecto en distintas encuestas”, relató.

En ese sentido, el parlamentario sostuvo que “con la legislación actual se vulnera el derecho que tiene cualquier ser humano de decidir en situaciones extremas, de una enfermedad dolorosa, cuando partir o tener una muerte digna. Hoy estamos vulnerando ese derecho. Entonces, creo que llego el momento, no hay más tiempo para a los senadores, ya que este proyecto ha esperado mucho en el Congreso y llegó el momento de discutir y votarlo porque la sociedad chilena está preparada hace rato”.

“La argumentación de la muerte natural es una argumentación legitima, que respeto profundamente, que tiene una inspiración religiosa, de distinta denominaciones (…) Eso está muy bien para aquellos que profesen esa religión, que puestos en una situación de sufrimiento extremo, optarán voluntariamente por llegar hasta el final de la vida a través de la muerte natural, pero otra cosa es imprimirle a la ley, entregarle ese poder al Estado a través de una norma para que obligue a una creencia determinada, eso no tiene justificación en un Estado laico. Si alguien cree que la vida es un deber, tendrá que creerlo para sí, pero no podrá creer y confundirlo con una ley que es general para todos“, añadió.

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