Para Ciudad Nómade, banda chilena que se mueve en el terreno del indie pop, el proceso del desamor tiene forma de espiral. “La idea era pensar de qué forma poder reflejar un proceso”, compartió Esteban Aravena, vocalista y líder de la banda -que comparte con los músicos Tomás Sánchez, Ignacio Quezada, Nicolás Labarrera y Cristián Costa-, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile.
“Queríamos contar el viaje de una persona que, más allá del desamor, se encuentra a sí misma a través de una relación tóxica, y con distintos momentos de aprendizaje. En general, la salud mental también es súper cíclica. A veces uno empieza un proceso de esperanza, después se hunde y pasa por lugares oscuros. Aunque después comprendes lo importante que es valorarse en este tipo de procesos y desapegarse para aprender. Porque es muy difícil estar con una persona tóxica e, incluso, de pronto uno mismo también ha sido tóxico”, explicó el cantante.
Esa fue la reflexión que dio origen a “Espiral”, el más reciente disco de la banda y que hace pocas semanas aterrizó en todas las plataformas digitales. Un recorrido de 10 canciones que, en cerca de 30 minutos, logra plasmar la recuperación de un corazón roto.
“La verdad es que ha sido un recibimiento mucho mejor del que esperábamos”, sinceró Aravena. “Uno siempre tiene expectativas y planes. Obviamente, cuando haces música y eres artista, tienes distintas visiones de lo que podría funcionar y de lo que quizás no; también hay ciertos tiempos que uno tiene que respetar, sobre todo en esta época en que vivimos en las redes sociales. Pero creo que la respuesta ha sido positiva sobre todo porque este disco propone algo distinto a lo que veníamos habitualmente trabajando“.
Sin embargo, reconoce que los cambios en el proceso de composición y el trabajo con nuevos productores fueron factores definitorios para lograr un proyecto como este.
Un sonido madurado
Ciudad Nómade lleva siete años en las pistas. Un camino que, aunque ha traído consigo algunos cambios en la formación original, permitió que hoy lograran un sonido que Aravena nota mucho más maduro.
“Particularmente para este disco cambiamos la metodología, porque antes era muy de componer en una sala ensayo, y eso hacía que quizás fuera todo mucho más ruidoso. Ahora nos tomamos el tiempo para componer en el estudio, con un cafecito. Siento que todo eso hace que los temas también tengan más guitarra acústica, por ejemplo. Que suene todo más delicado“, compartió el vocalista.
Algo que vio especialmente reflejado en su rol: “De hecho, también se notó en la misma interpretación de mi voz. Y ahí, lo que hacemos es que componemos todos la música, vamos poniendo ideas y yo escribo las letras, algunas melodías, más allá de que siempre tengo un feedback o una venia de trabajo. No me mando solo, pero en general esa es nuestra metodología de trabajo”.
Sin embargo, hubo otro factor externo que marcó una diferencia para la banda, y que tiene que ver con la incorporación de Fer Lamas y Seba Gallardo, músicos de We Are The Grand, en el rol de productores.
“Empezamos a trabajar con ellos en este disco hace dos años y fue una especie de búsqueda. Siempre que uno empieza un ciclo nuevo o quiere reinventarse, parte de eso es ver quién te puede ayudar a potenciar tu música o a llevarla hacia otro lugar. El Seba y el Fer, que son para mí grandes músicos y que tienen una banda que es súper grande en Chile, entendieron muy bien desde el minuto uno lo que nosotros queríamos reflejar, y hubo mucha química“, recordó el artista.
Sobre eso, explicó que: “A veces puedes apostar por el productor más grande, pero es un poco como el amor, que si no te fluye, no hay mucho que hacer. Con ellos se dio una cosa muy instantánea. De hecho, ahora somos re amigos, nos juntamos y nos vemos cada cierto tiempo. Hacemos cosas fuera de la música y eso también fue súper importante para que la cosa se concretara”.
“Nos ayudaron mucho a pensar y a hacer todo este proceso. Nosotros hicimos una primera camada de cinco canciones. Creo que ahí nos pegamos una crecida por lo menos a nivel técnico y en la historia que queríamos contar. Para mí, esta segunda camada de canciones que cierra el disco completo es la que mejor hemos logrado en términos sonoros y en cosas técnicas también, de mezcla, las que uno va entendiendo mejor y va logrando un mejor sonido”, sumó.
Además, y desde el punto de vista profesional, explicó que la presencia de Lamas igualmente aportó una perspectiva especial: “Fue súper bueno trabajar con un productor cantante porque me daba otro feedback. Sin desmerecer a otros colegas, pero a veces los productores tienen el sesgo de su propio instrumento y le meten a la guitarra, las baterías y, en realidad, lo que necesitaba era una guía, alguien que me fuera haciendo una devolución respecto a las melodías y las letras. Eso fue algo que yo nunca había tenido y fue una experiencia muy enriquecedora”.
“La verdad es que cuando uno deja sus egos de lado y permite que otros entren, después te das cuenta de que el resultado es mucho mejor“, concluyó.
Apostar por un larga duración
En un momento donde la industria apuesta por el single, pensar en el álbum como un concepto es un gesto que enriquece el panorama musical local. Realidad que Ciudad Nómade tiene muy presente.
“Yo creo que, por un lado, somos más románticos en ese sentido. Por ejemplo, yo escucho discos, y sé que soy como del 0,01%. Pero creo que también se fue dando en el ejercicio de ir haciendo las canciones que nos dimos cuenta que iban para un lado”, compartió Aravena.
Acerca de lo anterior, desglosó que “sonoramente, pensamos que podíamos armar una historia, que había algo. Tampoco es necesario escuchar el disco completo porque cada canción se auto explica en sí misma, pero nos era coherente hablar sobre eso porque estábamos muy puestos como en el rollo de la salud mental”.
“Creo que lo bonito del disco es que tú nunca sabes muy bien quién es la víctima y quién el victimario. Buscábamos jugar un poco con eso también. Es súper fácil ponerse en el lugar de la víctima, pero a veces tampoco nos damos cuenta de nuestras propias toxicidades. De hecho, por eso, en los videos tratamos de no insinuar quién es el verdadero culpable, por así decirlo. Y la idea es reflexionar sobre eso”, cerró.