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María Esther Zamora, la “primera dama” de La Yein Fonda: “La cueca es la vitamina del alma”

Heredera de una enorme tradición cuequera, su figura es de las más importantes de la música popular chilena. Un trabajo que realiza los 365 días del año y que, además, la convirtió en una de las colaboradoras más cercanas al músico Álvaro Henríquez.

Catalina Araya

  Miércoles 18 de septiembre 2024 9:30 hrs. 
María Esther Zamora, primera dama de la Yein FondaMaría Esther Zamora, primera dama de la Yein Fonda

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Su entusiasmo era latente. A pocos días de que arrancara una nueva celebración de las fiestas patrias, la sonrisa de María Esther Zamora, una de las más importantes cultoras de la cueca chilena, hacía evidente la emoción que siente al ver cómo el pueblo disfruta de la música que, para ella, mejor representa la chilenidad.

“Además de ser nuestro baile nacional, que nos enorgullece, la cueca fundamentalmente es la reina y señora en todas las fiestas”, expresó en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile. “De pronto, empiezan de una manera distinta. Por ejemplo, yo entro a La Yein Fonda cantando tangos, valses. Pero cuando se prende la fiesta es cuando vienen las cuecas”.

Este año, y tal como ha sido la gran mayoría de las veces, Zamora será una de las anfitrionas de la fiesta que desde 1996 preparan los músicos de Los Tres, fundamental banda del rock nacional. Celebración que, además, retorna a Ñuñoa para sumarse a la conmemoración de los 130 años de la comuna que la vio nacer.

Estoy ansiosa, como todo el tiempo en que me ha tocado el privilegio de estar en la Yein. Nosotros somos la familia Yein Fonda. Estoy muy ansiosa por compartir con todos mis niños, sobre todo con el Alvarito, con el Gonza (hermano de Henríquez), que son como mis hijos adoptivos. Así es que feliz, muy contenta y emocionada al mismo tiempo, porque realmente la forma que tienen los chiquillos de tratarme me llena de alegría y de emoción“, compartió Zamora, quien ha sido bautizada por el líder de Los Tres como la “primera dama de la Yein Fonda”, y que actuará los días 18, 19 y 20 de septiembre.

Pero el agradecimiento de la artista con el músico es mucho más profundo. De hecho, lo que sucede en la icónica fonda es una de las tantas razones por las que Zamora ubica a Henríquez como un verdadero revitalizador de la cueca.

Tradición cuequera

María Esther Zamora creció en un hogar de músicos. Su padre era Segundo “Guatón” Zamora, uno de los más importantes compositores de la cueca chilena y responsable de piezas tan populares como “Adiós Santiago querido”, “Mándame a quitar la vida”, “El marinero y “El cuerpo malo”.

Además, su hermano, Pedro Zamora, es miembro de Los pulentos de la cueca, una de las agrupaciones cuequeras más relevantes del medio y que tomó parte del legado de su padre. Banda que igualmente compartió con Pepe Fuentes, otro de los folcloristas más destacados del país y que fue marido y compañero artístico de María Esther hasta su fallecimiento.

De hecho, esa cercanía familiar fue la que abrió las puertas para que Zamora y Henríquez cruzaran sus caminos. “La relación se dio de una forma bien curiosa porque resulta que el Alvarito escuchó a Los pulentos de la cueca, un grupo que creó Pepito con mi hermano Pedro, con Jorge Montiel, Rabanito, en fin. Todos los grandes próceres de la música. Y le gustó el pandero”, recordó la folclorista.

Le preguntó a un amigo en común que tenemos, que también es músico, por quién tocaba el pandero. Quería ubicar a ese panderista, hasta que le dieron la información. Nosotros estábamos en el casino del Sindicato de Folcloristas cuando llaman al Pepe por teléfono y ahí lo contactan con el Alvarito. Pero Álvaro no tenía idea, creía que era un panderista, nomás. No sabía que era músico, que tocaba la guitarra, que era compositor y cuequero de tradición“, agregó Zamora sobre el acercamiento que terminó con Los pulentos de la cueca como uno de los grandes invitados de la primera edición de La Yein Fonda.

Fue al tiempo, cuando Fuentes invitó a Henríquez a “La casa de la cueca”, histórico centro de reunión desde el cual Zamora y su esposo han mantenido viva la tradición cuequera durante todo el año, que comenzó a labrarse la cercanía entre ambos. ” Ahí fue cuando empezó a engranar un poquito. Me preguntó qué tenía que ver yo con Segundo Zamora, porque él había comprado unos discos en el persa y había escuchado las cuecas de mi padre“.

“Ahí es cuando el Pepe le dice ‘es la hija y también canta’. Y empezamos a hacernos amigos así, pero bien suavecito, hasta que ya nunca más nos separamos. Porque ahí, cuando me escuchó cantar, me dijo ‘ya, este otro año yo la quiero en La Yein Fonda’. Para mí fue un privilegio, me sentí muy honrada de que me hayan invitado, y de ahí nunca más nos separamos”, compartió Zamora. “Los Henríquez son como parte de mi familia”.

La cueca, un sentimiento

La relación de María Esther con la cueca es especial. “Yo nací en cuna de cueca. De ahí viene este amor, porque durante toda mi vida hubo cuecas, desde que tengo uso de razón, en mi casa. Yo la llevo en el alma y me pone feliz que la juventud ame nuestro baile”, expresó la artista.

“Ahora se han abierto muchos espacios para difundir la cueca. Nosotros llevamos 40 años acá, en “La casa de la cueca”. Antes arrendábamos espacios, hasta que llegamos aquí, a Avenida Matta. Son cuatro décadas en que hemos incentivado a otros espacios para seguir difundiendo la cueca, y eso es bueno. Significa que lo que hicimos está bien, que lo que se hizo es un ejemplo a seguir“, compartió entre la emoción y el orgullo.

María Esther Zamora durante el lanzamiento de la versión 2024 de La Yein Fonda

María Esther Zamora durante el lanzamiento de la versión 2024 de La Yein Fonda

Por todo eso, destaca que actualmente existan “muchos espacios donde los jóvenes participan y siguen difundiéndola. Cada vez hay mejores lugares, pero nosotros fuimos los pioneros. Es como una tarea cumplida. Nosotros, con el Pepito, con mi hermano Pedro y Los pulentos de la cueca. Yo miraba al cielo y pensaba en mi papá, en cómo habría estado de feliz al ver que lo que hicimos estuvo bien“.

“Hemos logrado difundir nuestro baile nacional durante los 365 días del año y esto se quedó para siempre. Es un orgullo para nosotros y yo estoy muy contenta por eso. Como te digo, es una misión cumplida. La cueca la lleva“, afirmó.

Sobre lo que sucede una vez al mes en su casa, Zamora compartió que es “una cosa maravillosa porque tenemos amigos, público cautivo, que llegan a los almuerzos el primer domingo de cada mes y se van tan felices y alimentados con nuestra música… Me dicen ‘oye, lo anhelo porque después quedo feliz todo el mes’, porque se enriquecieron con la música chilena, las cuecas, ‘entonces espero el próximo mes porque se me olvidan las penas'”.

“Por eso te digo que la cueca es reina y señora en todas las fiestas. Porque tú empiezas con todos los tipos de ritmos, que son todos muy importantes para nosotros, pero cuando arrancan las cuecas se arma la fiesta en su plenitud. Es lo mejor, es la vitamina del alma, como digo yo“, sumó.

Una segunda vida

Sin embargo, María Esther aseguró que la realidad no siempre fue así. “La cueca, por la década del 50, estaba en todo su apogeo. Pero de repente hubo como una descalificación. Después, las cuecas eran para los viejos o para los curados. Era increíble esa expresión que se daba, pero igualmente nosotros teníamos nuestro público cautivo“, rememoró Zamora.

“Como gente ya mayor, seguíamos incursionando en forma prácticamente anónima, arrendando espacios con el Pepito, y manteniendo la cueca viva, pero costaba mucho. Y bueno, ahí llegó el Alvarito y esto renació de nuevo. Fue el despertar, y ahí se queda y nunca más se va“, afirmó.

De hecho, la folclorista señala al músico de Los Tres como el responsable de que la cueca haya sido reapropiada nuevamente por los más jóvenes. Esto, gracias a su rescate del trabajo de otros artistas tan importantes como Roberto Parra.

María Esther Zamora y Álvaro Henríquez en la conferencia de prensa por La Yein Fonda 2024

María Esther Zamora y Álvaro Henríquez en la conferencia de prensa por La Yein Fonda 2024

“Desde que el Alvarito puso la cueca en la juventud, esto tomó un valor incalculable. Ahora hay pero miles de niños y jóvenes que están incursionando no solamente en el canto, sino también en el baile. Y eso sigue demostrando que la cueca es como vitamina para el corazón. Porque uno se canta una cueca y se le acaban las penas, se olvida de todo. Qué mejor que nuestro baile nacional esté tan presente, y todo se lo debemos al Alvarito Henríquez. Eso es innegable”, valoró.

Afortunadamente, los jóvenes reconocen que es así, porque ahora niños recogen la herencia de sus abuelos, tíos, de todas esas generaciones. Familias enteras que siguen incursionando y aprendiendo porque, además, han salido muy buenos compositores, nuevas cepas de las cuecas con letras increíbles. Y los chiquillos estudiando, al mismo tiempo. Estudiando música como Pepito, que siempre les recomendaba no solamente quedarse en el canto y en la composición, sino que estudiar música, que es fundamental para enriquecer nuestra cueca“, concluyó.

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