El sociólogo y cientista político, Alberto Mayol, analizó el estado del “malestar social” en el quinto aniversario del 18 de octubre.
En conversación con la primera edición de Radioanálisis, el experto definió el estallido como “un infarto de la sociedad, es un proceso donde se produce, a partir de una condición patológica previa, la explicitación de un síntoma que al mismo tiempo agrava la enfermedad y entra en una fase crítica. Es una pérdida total de la capacidad institucional para hacerse cargo de las energías de la sociedad“.
Mayol recordó que después del 18 de octubre evidenció datos en la Facultad de Ciencias de nuestra casa de estudios. “Si ustedes ven el hemograma de Chile, los datos entre 2010-2011 se mueven en deterioro alrededor de 20 puntos porcentuales, cuando el movimiento habitual era uno, dos o tres puntos de modificaciones entre año y año, no nos vamos a hacer la pregunta de lo que pasó. Terminamos esperando que ocurriera un fenómeno de alta significación“.
En torno a la relación del malestar con la crisis de seguridad, el cientista política señaló que “la parte más compleja del aumento de la delincuencia no está en el aumento de la delincuencia, sino en el hecho de que el delincuente ya no piensa que su hijo no debe ser delincuente. En la generación nuestra, la delincuencia era vista como una mala actividad incluso por el delincuente y no como algo deseable para el futuro de su familia, porque había una cierta vinculación con la ética del orden social. Hoy tenemos lo contrario, la mayor parte de la gente que no comete delitos tiene una visión crecientemente laxa respecto de la valoración del carácter del delito”.
“Por lo pronto, esto está muy acompañado y ayudado por las grandes crisis institucionales que involucran casos de corrupción, tráfico de influencias y toda clase de elementos que hemos estado viendo desde hace bastante rato y que hablan de aquellos que defienden formalmente la institucionalidad, el orden social, haciendo exactamente lo contrario”, apuntó.
Profundizando en el proceso de malestar social, Mayor indicó que “se piensa como un fenómeno que tiene que ver con la pobreza y los problemas de los hogares, cosa que no es exactamente así. Involucra problemas sociales, pero el malestar social no es un problema social, sino que es la construcción de una subjetividad que considera que la existencia del poder de la institucionalidad es, cuando menos, incomprensible. ¿Para qué existe esto, si no es capaz de resolver esto otro?”.
“¿Cómo sabemos que el malestar sigue corroyendo? Porque pasa todo lo que pasa alrededor del malestar social: las soluciones institucionales no funcionan y hay dos procesos consittuyentes caídos. Antes del caso chileno, de todos los procesos constituyentes que fueron a referéndum en el mundo, habían muy pocos casos de rechazo. Sobre el 95% de procesos terminaba con una aprobación. Chile tuvo dos rechazos consecutivos, en un proyecto de izquierda y otro de derecha”, afirmó.
En esa línea, declaró que “este problema no es broma, es grave. A tal punto de que estábamos con una narrativa totalmente diferente hace tres meses atrás, y de pronto aparece el caso Hermosilla y se replica por completo todo el escenario que se manifiestó el 2011, de crisis universitarias con cuestionamientos a las universidades privadas, a las relaciones entre lo público y lo privado, a la posibilidad de que haya faltas éticas en la gestión del mundo empresarial respecto a lo público y que haya faltas legales, incluso. Esto ya no en calidad de sospecha, sino que en calidad de comprobado, porque tenemos los chats”.
“Evidentemente estamos en un escenario en el cual el malestar no se ha ido, sino que se manifiesta todo el tiempo crisis tras crisis destruyendo recursos institucionales que son los que habrían de ser convocables para resolverla”, añadió.
Sobre el conservadurismo en las derechas a las transformaciones, Mayol respondió que “en política toda la gente que considera que el mundo no tiene que cambiar, aunque cambie, tiene derecho a intentarlo. El problema de fondo es cuanto tú entras en una fase de negación de la realidad y tengo la impresión de que parte de los problemas que han exisitido por derecha y por izquierda tienen que ver con un ciclo de negación de la realidad”.