A la hora de plantear la realización de una película, la única certeza del director Rodrigo Avilés era la necesidad de registrar el momento histórico que se desenvolvía frente a sus ojos. Era el 2023 y Los Jaivas, una de las bandas más importantes y longevas del rock chileno, preparaban una gira a lo largo de todo el país para celebrar sus seis décadas de historia ininterrumpida.
“El interés surge totalmente de la urgencia de filmar. Estaba empezando la gira y dijimos ‘esto hay que grabarlo’. ¿Para qué? No sé. Eso lo supimos mucho después, por un trabajo colectivo”, confesó Avilés sobre el proyecto.
Ese fue el punto de partida de “La ruta infinita“, el más reciente documental inspirado en la banda y que llegó a las salas de cine el pasado 16 de enero. “Acercarse a la experiencia de Los Jaivas en general es en un concierto, y además se ponen a tocar y no paran. Tres horitas como si nada, es lo normal. Un concierto de ellos no dura menos de dos horas, y antes de eso hay que hacer una fila, y hace frío, comprar un ticket… Esa es la manera de acceder”, explicó el director.
“Y creo que la ambición que tiene esta película es que, tal vez, abre una posibilidad de acceder a Los Jaivas en otro formato. El del cine, que es una hora 20, una manera tal vez un poquito más breve, pero que busca acceder a ellos y a su música durante este tiempo, en este momento solemne en que está todo apagado”, sumó Avilés.
Un ejercicio que, para los propios músicos de la banda, significó una nueva forma de observarse a sí mismos. “Nosotros somos un poco reacios a estar en los medios, a publicitarnos. Tocamos calladitos, hacemos nuestra música, hacemos nuestro trabajo”, compartió Mario Mutis, bajista y miembro fundador de Los Jaivas, durante el estreno de la película.
“Pero me gustó lo que nos dijo Rodrigo, que él quería mostrarnos a nosotros de una manera distinta y con una visión externa. Porque él no conocía tanto a la banda, no tan de cerca, con su historia, sus personalidades, sus antojos y sus cuestiones. Y entonces, él desarrolló una parte que nosotros no somos capaces de hacer porque es una visión suya. Es el intérprete que nos agarra a todos nosotros y nos pone en una imagen que se las muestra a ustedes, y nosotros nos sentamos allá arriba, miramos esa imagen y no es la imagen que uno cree que proyecta”, explicó el músico.
“Esa es la gran diferencia, porque uno cree que es buenmozo, que canta bonito, pero el director tiene otra visión y le interesan otras cosas que uno muchas veces ni siquiera las toma en cuenta. Ahora vamos a prender un espejo aquí y veremos de qué estamos hablando cuando decimos Los Jaivas y los 60, los 61, y ya vamos para 62 años. Y vamos a seguir como 60 más”, agregó Mutis.
Una historia infinita
Para la banda, “La ruta infinita” representa una suerte de condensación del año de celebraciones por los 60 años de historia. Sin embargo, para todos sus miembros es, al mismo tiempo, una renovación de energías que hace imposible pensar en el fin.
“Nosotros nos hemos ido subiendo al tren, pero esto partió con Mario, con Claudio (Parra), con Gabriel (Parra), con Eduardo (Parra), con Gato (Alquinta). Y justamente descubrimos que después de cumplir 60 años de carrera, finalmente gozamos de esa libertad de poder hacer muchas cosas, todas las que queramos”, afirmó Juanita Parra, baterista del grupo.
“Finalmente, es una sensación de que, bueno, si ya llegamos a pasar incluso las seis décadas, cómo no vamos a tener permiso para hacer lo que nos haga más felices”, agregó la artista, heredera del primer percusionista de Los Jaivas, Gabriel Parra. “Gato tenía razón cuando dijo que existía una historia de amor entre los Jaivas y Chile, las chilenas y los chilenos“.
Sobre esa particular penetración de su música en la cultura criolla, los artistas aseguran que un punto fundamental recae en la forma en que conversan con la cultura de nuestra región. “Nosotros no somos solo música, sino que representamos una identidad que tiene un sentir latinoamericano, sudamericano sobre todo, y que va más allá de la moda, del tiempo, incluso de las personas que estamos aquí. La música de Los Jaivas representa un sentir que nos une nacionalmente”, reflexionó el flautista Francisco Bosco.
Palabras que resonaron en Mutis, quien, además, apeló al profundo sentido de familia que caracteriza la historia de la agrupación: “Eso de la unidad a mí me gusta porque, como decía una canción por ahí, ‘para qué vivir tan separados’. Nos llevamos peleando, en guerras, en discusiones. Para qué vamos a hablar de la gente que aparece en la tele y hablan y se agarran a garabatos, y nadie construye. Lo que hay que hacer es unirse y pensar en un futuro común, en qué cosas nos representan, cuáles son valiosas y permanentes, y aquellas que son circunstanciales y que se van olvidando”.
“La unidad tiene que ver también con la identidad. Debemos tener una identidad y siempre le digo a los jóvenes que lo primero que tienen que hacer es mirar para el lado y cachar dónde nacieron. No nacieron en Hawaii o en Australia, nacieron aquí. Tuvieron la suerte, o para otros la desgracia, pero fue acá y eso implica ciertas responsabilidades con el lugar, con la identidad que uno tiene que adquirir y perseguir también, diría yo. Porque hoy también es muy fácil confundir y olvidar lo que somos, quienes somos”, agregó el músico.
Por último, concluyó que “si perdemos la identidad perdemos la historia. Y sin historia no existimos. Desaparecemos del planeta, nos comen los chinos, los rusos o quien sea. Eso es lo que hay que salvar permanentemente a través de la música, de la pintura, del arte”.