Desde hace más de 20 años que la profesora de la Universidad de Chile, Isabel Piper, participa del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, institución internacional no-gubernamental con status asociativo en la UNESCO, creada en 1967, que reúne 937 centros de investigación y posgrado en el campo de las ciencias sociales y las humanidades en 56 países de América Latina, el Caribe y otros continentes.
Sus objetivos son la promoción y el desarrollo de la investigación y la enseñanza de las Ciencias Sociales y Humanidades; el fortalecimiento del intercambio y la cooperación entre instituciones e investigadores de dentro y fuera de la región, así como la adecuada diseminación del conocimiento producido por los científicos sociales y humanos entre las fuerzas y movimientos sociales junto a las organizaciones de la sociedad civil.
Actualmente, la académica coordina especializaciones, seminarios de formación, siendo, además, integrante del Comité Directivo entre 2015-2022, entre otras labores de gestión. Hoy busca llegar a la dirección ejecutiva del CLACSO y cuenta con el pleno apoyo institucional de la Universidad de Chile mediante su máxima autoridad, la Rectora Rosa Devés.
En conversación con la primera edición de Radioanálisis, la académica, doctora en Psicología Social y candidata a la dirección ejecutiva del CLACSO, Isabel Piper, señaló que el centro es “uno de los enclaves de pensamiento crítico más fuertes y uno de los que va quedando también en un contexto en que las universidades están cada vez más presionadas por una especie de burocracia productivista, de capitalismo cognitivo”.
“En ese sentido, poder traer todo ese pensamiento, todo ese movimiento y toda esa reflexión a nuestro país es una gran cosa. No es que CLACSO no esté en nuestro país, porque nosotros tenemos casi treinta miembros, la Universidad de Chile tiene seis centros de investigación que son miembros. Sin embargo, no es lo mismo que su dirección esté aquí y que haya un liderazgo que traiga esas iniciativas que posicionan también lo que es el pensamiento crítico en nuestro país”, complementó.
Respecto al contexto internacional, la académica señaló que nos enfrentamos a un momento donde en la geopolítica global hay un “aumento de las derechas, de las extremas derechas y un debilitamiento, invisibilización y persecución de lo que es el pensamiento crítico y los movimientos disidentes”.
“Es necesario una voz fuerte que plantee una defensa de los derechos humanos, una defensa de lo que son los procesos de memoria histórica de nuestros países y de memoria colectiva, pero sobre todo que sea un espacio de refugio también para personas y colectivos que piensan críticamente sus sociedades y que tienen proyectos políticos emancipadores y que están siendo amenazados y perseguidos”, enfatizó.
Piper destacó la importancia de fortalecer cualquier organización que sea un refugio para personas y colectivos que piensen críticamente.
En esa línea, la doctora en Psicología Social señaló que una de las tareas fundamentales de CLAPSO es “tener un espacio para promover el encuentro entre distintas iniciativas que buscan hacer ese ejercicio de pensarnos y también de pensar qué significa la crítica”.
Respecto a cómo los discursos de extrema derecha permean a la población y permiten llegar al poder a personas como Javier Milei en Argentina, la académica señaló que “el pensamiento crítico no solo debe criticar a los demás, sino que se critique a sí mismo. Pienso que es muy importante reflexionar sobre qué han hecho, qué hemos hecho cuando los sectores progresistas hemos estado en el gobierno. De qué manera hemos contribuido desde estos sectores en las reglas de la democracia a la transformación. Qué cosas hemos hecho y qué cosas sobre todo no hemos hecho. En qué medida hemos contribuido a producir esta especie de frustración o desencanto con la política y esta falta de credibilidad en la institucionalidad política”.